Y DE
NUESTRAS CREENCIAS ES REALMENTE LO QUE VA MOLDEANDO NUESTRAS
VIDAS
!!!!
7 – Si
tu mente cree que no estás cansado, es como si no lo estuvieras realmente.
Investigadores
del Colorado College, en los Estados Unidos, midieron las ondas cerebrales de
un grupo de voluntarios mientras estaban dormidos. Previamente, se les dijo a
los participantes que la cantidad de tiempo que invertían en sueño REM tenía un
efecto enorme sobre su sensación de descanso a la mañana siguiente (lo que no
es del todo cierto).
A
continuación, separaron de forma aleatoria a los participantes en dos grupos. A
un grupo se le informó que había pasado bastante tiempo en sueño REM. El
segundo grupo solo supo que había tenido una mala noche de sueño, pues no
habían pasado mucho tiempo en REM (lo que era una mentira).
Debido
al efecto placebo, lo normal sería que las personas a las que se les informó
que no descansaron bien la noche anterior comenzarán a bostezar, independientemente
de la verdad. Pero lo que en realidad sucedió fue mucho más sorprendente. Ambos
grupos pasaron una serie de pruebas de cognición y los investigadores
descubrieron que, de alguna forma, el primer grupo resultó con un desempeño
significativamente mejor. Simplemente porqué creyeron que habían tenido un
sueño de calidad, su cerebro realmente comenzó a trabajar mejor.
En
otras palabras, no te quejes del cansancio en las mañanas más pesadas de
trabajo. Todo indica que te sentirás mejor si crees fielmente que dormiste como
un bebé.
6 – El
efecto placebo funciona incluso con los animales.
El
pilar del efecto placebo pareciera ser la expectativa de los individuos –
suponer que una cura va a funcionar es lo que la hace que funcione.
Si tu
perro se pone enfermo, casi siempre tendrás que engañarlo para que se tome el
medicamento, generalmente escondiéndolo entre la comida. Por eso, se puede
presumir que la expectativa del perro únicamente es la de comer algo increíble.
¿Cómo podría una píldora placebo funcionar con un animal, si este ni siquiera
sabe que está tomando una?
La
respuesta está en el condicionamiento. Aparentemente, la expectativa no tiene
por qué ser consiente. Un estudio realizado con perros que presentaban signos
de ansiedad por separación, comenzó suministrando a los animales dosis
regulares de un medicamento real, lo que resultó algo muy eficaz. Cuando los
investigadores sustituyeron el medicamento por un placebo, el tratamiento
siguió funcionando. Obviamente, los cerebros de estos perros hicieron una
especie de condicionamiento pavloviano entre el tratamiento y el resultado,
pese a que los animales no estuvieran conscientes de que estaban sin el tratamiento.
5 –
Pensar positivamente puede mejorar tu vida.
Muchos
medicamentos placebo pueden funcionar en condiciones un tanto turbias, por
ejemplo, un suplemento para reducir el dolor articular puede parecer eficaz
simplemente porqué resulta difícil cuantificar el dolor. Pero, ¿cómo el efecto
placebo podría funcionar con aquellas cosas que resultan fáciles de
cuantificar, como la precisión de la vista?
Quien
es dueño de una visión normal, probablemente pueda ver con facilidad los
primeros dos tercios de una prueba de visión (aquellos carteles con letras
empleados por los oftalmólogos).
Investigadores
de Harvard decidieron fabricar nuevas pruebas de visión con letras aún más
pequeñas de lo usual y, a continuación, las aplicaron a participantes que
desconocían el hecho. Como las personas esperaban tener dificultad solamente
con el último tercio del cartel, acabaron leyendo correctamente las letras que
eran muy pequeñas incluso para las personas con visión normal.
Los
científicos también descubrieron que con tan solo invertir el orden de las
letras en el cartel, colocando las más pequeñas arriba y las más grandes abajo,
se consiguió un resultado semejante, con más personas siendo capaces de leerlas
correctamente debido a la expectativa que tenían que la cima del cartel sería
más fácil de leer.
Incluso
el entorno de las personas puede jugar un papel en la precisión de la visión.
En otro experimento, los cadetes que asociaban a los pilotos de combate con una
buena visión mostraron un desempeño substancialmente mejor en pruebas de la
vista cuando se los llevó a un simulador de vuelo. El simple hecho de actuar
como alguien con una buena visión, fue suficiente para engañar al cerebro de
los cadetes y que realmente mostraran una visión excepcional.
4 –
Puedes engañar a tu cuerpo para mantenerte en forma.
Si
estás intentando deshacerte de un poco de peso corporal, conoces la importancia
de comer saludablemente. Pero tienes un enemigo: una hormona llamada ghrelina,
que influye en tu hambre y en cuán rápido tu metabolismo quema calorías. Cuanto
más tiempo pases sin comer, más se incrementan los niveles de ghrelina, de
forma que te da hambre y tu metabolismo se hace más lento. Un combo de Big Mac
hace que los niveles de ghrelina se vayan a pique en un santiamén, pero una
manzana no. Entonces, una de las razones por las que las personas obesas casi
siempre rebotan es porqué sus niveles de ghrelina nunca se ajustan.
En un
estudio, cuando los participantes bebieron un batido con un alto contenido
calórico, eso provocó que sus niveles de ghrelina disminuyeran mucho más que
cuando recibieron un batido de bajo contenido calórico. Pero la buena noticia
es que lo mismo sucedió con los participantes que simplemente PENSARON que
estaban tomando un batido rico en calorías. El metabolismo se aceleró y el
hambre se disipó. De la misma forma, los participantes que creyeron que estaban
consumiendo la opción más saludable, tuvieron hambre más rápido y sus
metabolismos se hicieron más lentos.
Aún
más raros fueron los resultados de un estudio que involucró a grupos de
empleados hoteleros. A un grupo se le informó que su trabajo cotidiano servía
como ejercicio físico. Esta sencilla información fue suficiente para disminuir
la presión arterial, mejorar la grasa corporal e incluso ayudar a las empleadas
de ese grupo a perder peso, pese a que nunca hicieron más ejercicio que el
habitual. El único cambio fue mental, una idea.
3 – El
placebo puede funcionar incluso si sabes que es placebo.
Un
estudio que solamente utilizó placebos para tratar a los pacientes, conscientes
de lo que estaban tomando, concluyó que el efecto puede ser efectivo aunque las
personas sepan exactamente que no están tomando un medicamento real.
Los
investigadores separaron dos grupos de pacientes con síndrome de intestino
irritable y uno de ellos recibió un frasco de comprimidos con la etiqueta de
“Placebo”, mientras que el otro no recibió nada. El grupo del placebo escuchó
una explicación del médico de que aquello no contenía ningún ingrediente
activo.
En el
grupo que no recibió ningún comprimido, solo un 35% de los pacientes reportó
mejorías después de tres semanas. En el grupo que ingirió conscientemente el
placebo, 60% relató una mejoría.
Los
investigadores creen que una gran parte de los resultados se debió al hecho de
que los pacientes estaban bien informados sobre el propio efecto del placebo y
cuán poderoso podía resultar. Es decir, su creencia en el efecto placebo se
convirtió en un placebo.
2 –
Los médicos recetan medicamentos reales por su efecto placebo.
Si
todavía no te convences de que el efecto placebo permea en casi todos los
aspectos de tu vida cotidiana, considera lo siguiente: el efecto placebo no
solo es causado por placebos. De hecho, algunos investigadores creen que tiene
un papel importante en prácticamente en todos los tratamiento médicos.
Resulta
complicado descubrir exactamente cuánto beneficio de un medicamento aporta el
placebo, pero un estudio con el medicamento Maxalt, para el dolor, determinó
que hasta la mitad del alivio sentido por los pacientes fue, de hecho,
resultado de sus expectativas y no del propio medicamento. La eficacia de otros
tratamientos, como los antidepresivos, podría depender de hasta un 80% del
efecto placebo.
Los
médicos saben esto, y usan la información a su favor. Un estudio en 2007 hecho
en Chicago, Estados Unidos, concluyó que cerca de la mitad de los médicos
recetan tratamientos o medicamentos inútiles con la esperanza de inducir un
efecto placebo en el paciente. Si el enfermo piensa que va a ayudar, el
tratamiento realmente puede ayudarlo.
Lo
mismo aplica en sentido opuesto. Una investigación reveló que los pacientes que
tomaban el medicamento Finasteride, y que fueron informados de que la
disfunción sexual podría ser un efecto secundario, tuvieron dos veces más
probabilidades de presentar impotencia.
Es
decir, puede ser una buena idea ignorar la lista de posibles efectos
secundarios de los medicamentos que vayas a tomar.
1 –
Cuanto más costoso es algo, mejor funciona.
Un
medicamento para el dolor que cuesta $100 pesos, es probable que te ayude más
que uno que cuesta solo $20 pesos, incluso si ambos son idénticos. Esto según
un estudio hecho por el MIT, en los Estados Unidos, que concluyó que, como
esperamos más de las cosas con un alto valor monetario, nuestros cerebros
pueden transformar esa expectativa en una profecía autorrealizable.
En
caso de que te lo estés preguntando, no, no solo aplica con las medicinas. Otro
estudio descubrió que las personas que creyeron haber ingerido una bebida
energética costosa se sintieron más alerta y desempeñaron mejor las pruebas
cognitivas que aquellos que tomaron la misma bebida, pero a sabiendas que de
que estaba en descuento.
Y,
mientras no es ninguna sorpresa que las personas declaren preferir un vino caro
a uno barato, incluso sin ni siquiera saber la diferencia entre ellos, cuando
los investigadores monitorearon los cerebros de los participantes de un
estudio, se verificó que los cerebros de los que tomaron el vino, que pensaron
era el más caro, de hecho, estaban “disfrutando” mucho más la bebida.
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