Los trastornos psicológicos son cada vez más
frecuentes. La depresión y la ansiedad se han convertido en auténticas
epidemias a nivel mundial, hasta tal punto que se estima que la mitad de las
personas sufrirá una psicopatología en algún momento de su vida y que el 25%
desarrollará un trastorno crónico.
Por
eso, un grupo de psicólogos de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, se ha
preguntado cuáles son las características comunes de las personas que no
desarrollan enfermedades mentales. Para descubrirlo, siguieron a un grupo de
personas a lo largo de gran parte de su vida, desde su infancia hasta la
madurez, realizando tests psicológicos cada ciertos años para evaluar su salud
mental.
Los pilares de una buena salud mental
Estos
psicólogos descubrieron que el 83% de las personas habían sufrido un trastorno
mental en alguna etapa de sus vidas. También constataron que algunos
participantes tenían una salud mental muy estable, por lo que no desarrollaron
trastornos psicológicos. ¿Qué los diferenciaba?
1.
No contaban con un historial de trastornos mentales en su familia. Algunas
psicopatologías tienen un componente genético y otras se pueden “transmitir” a
través de los patrones de afrontamiento que aprendemos de nuestros padres. Por
eso, crecer en una familia funcional donde los miembros tengan una
buena salud mental actúa como un factor protector.
2.
Presencia de menos emociones negativas. A la temprana edad
de 5 años, las personas con buena salud mental ya mostraban menos
emociones “negativas”. Sin duda, la prevalencia de emociones positivas
contribuye a mirar la vida desde una perspectiva más optimista que mantiene
alejados los trastornos mentales.
3.
Mayor autocontrol. El autocontrol es una capacidad que nos
permite gestionar de manera más eficaz nuestras primeras reacciones, sobre todo
desde el punto de vista emocional. Por una parte, nos ayuda a adaptarnos mejor
a las circunstancias para poder elegir la respuesta más adecuada y, por otra
parte, nos permite gestionar mejor nuestras emociones, de manera que estas no
tomen el mando.
4.
Buenas relaciones interpersonales. Las relaciones
interpersonales pueden convertirse en una inestimable red de apoyo o, al
contrario, en fuente de conflictos y problemas. Las personas con una buena
salud mental son capaces de mantener buenas relaciones con los demás y saben
evitar los conflictos construyendo relaciones sólidas.
5. Son resilientes. La resiliencia es una capacidad que se desarrolla desde la infancia y que nos permite enfrentar los problemas sin desmoronarnos e incluso salir fortalecidos, por lo que actúa como un factor protector del equilibrio psicológico. Un estudio realizado con niños víctimas de la guerra en Bosnia descubrió que quienes tenían menos cicatrices emocionales fueron aquellos que eran capaces de pedir ayuda, no en búsqueda de compasión sino del apoyo emocional que necesitaban.
5. Son resilientes. La resiliencia es una capacidad que se desarrolla desde la infancia y que nos permite enfrentar los problemas sin desmoronarnos e incluso salir fortalecidos, por lo que actúa como un factor protector del equilibrio psicológico. Un estudio realizado con niños víctimas de la guerra en Bosnia descubrió que quienes tenían menos cicatrices emocionales fueron aquellos que eran capaces de pedir ayuda, no en búsqueda de compasión sino del apoyo emocional que necesitaban.
Otro
detalle muy interesante de este estudio es que las personas que tenían una
mejor salud mental no eran precisamente aquellas que tenían una mejor salud
física, tampoco habían nacido en familias ricas ni eran las más inteligentes en
términos de C.I. Sin embargo, no hay dudas de que contaban con una buena
Inteligencia Emocional.
Al
llegar a la adultez, estas personas no solo habían logrado un mayor éxito en el
campo profesional sino que también reportaban una mayor satisfacción con la
vida y contaban con una sólida red de apoyo social.
Esto
nos indica que, a pesar de que puede existir una predisposición a desarrollar
determinados trastornos psicológicos, el estilo de vida y nuestra manera de
afrontar los acontecimientos es decisiva para la salud mental. Por eso, si
queremos proteger nuestro equilibrio psicológico, debemos asegurarnos de tener
una mochila llena de buenas herramientas para la vida.
Fuentes:
Schaefer,
J. D. et. Al. (2017) Enduring mental health: Prevalence and prediction. J
Abnorm Psychol; 126(2):212-224.
Kessler,
R. C. et. Al. (2005) Lifetime prevalence and age-of-onset distributions of
DSM-IV disorders in the National Comorbidity Survey Replication. Arch
Gen Psychiatry; 62(6): 593-602.
Berk,
J. A. (2002) Trauma y resiliencia durante la guerra: una mirada a los niños y a
los trabajadores de ayuda humanitaria en Bosnia. Psicoanálisis APdeBA;
25(1/2): 45-65.
https://www.rinconpsicologia.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario