¿Qué nos espera después de la muerte?
Hablar del cielo es, para muchos, sinónimo de paraíso, donde se vive una vida contemplativa y feliz. Sin embargo, a la luz de la "otra ciencia" es un lugar donde existimos un espíritu para realizar la más importante de las tareas: aprender de la vida pasada y planear la futura.
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Las tres regiones superiores del Mundo Astral constituyen lo que los hermetistas llaman el primer cielo, evidenciándose como un paraíso donde se construye el entorno más maravilloso, usando únicamente la fuerza del deseo. No es de extrañar, en consecuencia, que la permanencia en esa dimensión se prolongue por el equivalente a muchos años físicos.
El Gran Silencio
Ahora bien, llega un momento en que el ser se siente atraído hacia nuevas y más elevadas tareas y, entonces, sobreviene la muerte del CUERPO ASTRAL, al igual que en su día ocurriera con el CUERPO FÍSICO. Desprovisto de ese segundo vehículo, se producirá la incorporación al MUNDO DE LA MENTE. Pero hay una gran sustancial diferencial entre ese proceso y la muerte física, difícil de expresar con palabras.
El ser, por vez primera, es consciente del tránsito que va a realizar y no pierde la lucidez en ningún instante. El momento, auténticamente sublime, es conocido como el GRAN SILENCIO en determinadas órdenes iniciáticos, porque todo se acalla a su alrededor y se siente solo, único, y plenamente consciente de que va a abandonar un mundo para penetrar en otro más elevado. Tan solo percibe una mezcla de sonido y de sensaciones indescriptibles correspondientes a la llamada MÚSICA DE LAS ESFERAS, que es la expresión utilizada para definir el sonido provocado por los astros en su movimiento. Todo ello viene acompañado por un sentimiento jamás antes experimentado, de estar regresando a su Patria tras un largo exilio por otros mundos.
No existen palabras que puedan expresar semejante acontecimiento. Sólo unos pocos místicos, que en vida alcanzaron esa experiencia, saben lo que de verdad es entrar en el cielo.
De vuelta a casa
En general, las escuelas iniciáticas llaman Patria al MUNDO DE LA MENTE en una clara alusión al sentido de ORIGEN o PROCEDENCIA que le cuadra perfectamente. Del mismo modo, el término EXILIO, encaja con el mundo físico en el que estamos. Y ello, no solamente porque la estancia aquí, calculada en unos ochenta años de promedio, sea muy inferior a los cientos de años que residimos en los mundos superiores, sino sobre todo porque todos somos oriundos de estos y peregrinamos hacia la Tierra para aprender, para vivir las experiencias que necesitamos en orden a nuestro desarrollo.
La Tierra es un lugar de tránsito y tanto el MUNDO ASTRAL como el MENTAL. Constituyen moradas estables. El cielo, pues, es nuestra casa, y allí encontramos todo aquello de lo que aquí carecemos. Somos - esto hay que decirlo - espíritus celestiales en peregrinación, convertidos en obreros de la vida que experimentan en el destierro su capacidad creadora para que, al fin, un día seamos perfectos como perfecto es el mismo Dios. Esta sensación de retorno feliz, de reencuentro con el origen, es lo que sentimos cuando emergemos del GRAN SILENCIO
El Mundo de la Mente
Tras el GRAN SILENCIO llega el despertar a la nueva vida y el espíritu se adentra en el MUNDO DE LA MENTE. No es la primera vez que se produce este encuentro puesto que, como se indicó, el ser humano en vida habita simultáneamente en los tres mundos y es precisamente el ejercicio mental el que hace "trabajar" el CUERPO DE LA MENTE. Cada vez que pensamos, nos estamos moviendo en el MUNDO DE LA MENTE, aunque no seamos conscientes de ello.
En cambio, cuando se ha accedido a ese mundo tras la muerte astral, el ser no tiene ninguna duda de su estado porque, entre otras cosas, allí alcanza la plena comprensión de su esencia y la razón de su peregrinar por el mundo de la materia.
EL MUNDO DE LA MENTE se estructura en siete niveles y la estancia en él es de tal complejidad que su descripción detallada haría este reportaje denso y, tal vez, aburrido. Creo más adecuado comentarlo de manera general.
Básicamente, la vida en el MUNDO DE LA MENTE tiene un doble propósito: prefigurar el propio futuro experiencial y comprobar después el resultado de tales experiencias. Y, todo ello, en orden a la culminación de un proceso instituido desde el origen de la vida, que convierte progresivamente al ser humano en un ser perfecto como Dios. El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios - así lo expresa la Biblia - y eso quiere decir que somos dioses en potencia.
Esta creación, mucho antes que la materia, produjo ESPÍRITUS VIRGINALES ascendidos de la misma Divinidad que, en su esencia, eran idénticos a ella. Tal acontecimiento debió tener lugar en esa zona del espacio infinito que llamamos MUNDO DE LA MENTE, dando lugar al comienzo de nuestra propia existencia.
No vamos a entrar en el estudio de cuáles pudieron ser las motivaciones del Creador para desencadenar todo el proceso creativo, pero, cualesquiera que fueran estas, fuimos creados de su misma esencia, como espíritus puros y, por tanto, dioses en potencia con un aparente destino: convertirnos en dioses creadores de otros universos. partiendo de esta premisa podemos comprender fácilmente que toda nuestra existencia, manifestada en los tres mundos que conocemos, tiene un sentido último consistente en proporcionarnos las enseñanzas precisas, el conocimiento necesario para aprender a ser creadores.
Definitivamente, aquello que venimos llamando la "otra ciencia" nos conduce a una conclusión sobrecogedora: ¡el ser humano, lejos de ser un condenado que nace con el estigma del pecado, es un futuro Dios en proceso de formación! Y he dicho "sobrecogedora" porque semejante conclusión debería servir, no para enorgullecernos de nuestro rango, sino para meditar sobre la gran responsabilidad que ello comporta pues "ser dioses" nos obliga a actuar como Él lo haría.
Aprender a Ser Dios
Como ya hemos advertido, el ser humano tiene su "base" en el MUNDO DE LA MENTE, donde existe un estado espiritual configurando lo que la doctrina esotérica llama YO SUPERIOR, YO ESENCIAL o YO SOY, divino en su esencia y, por tanto, eterno. Desde allí el Yo Superior configura un conjunto de experiencias precisas para su aprendizaje y establece los vehículos o medios de expresión convenientes para su desarrollo. Es decir, el Yo Superior, crea la imagen mental de una experiencia, que se convertirá en tal en el plano de las experiencias, que es el MUNDO FÍSICO.
El Yo Superior prefigura el futuro en el MUNDO DE LA MENTE y realiza las experiencias previstas en el MUNDO FÍSICO. Para ello, necesita de medios, de soportes adecuados para realizar dichas tareas y esos soportes son sus respectivos cuerpos, de los cuales el más familiar a nuestro nivel de conciencia es el CUERPO FÍSICO.
De este modo, el Yo Superior, obviamente conocedor de la experiencia a vivir, diseña el soporte físico idóneo para llevarla a cabo elaborando el patrón, la idea exacta de cada uno de los órganos y del conjunto final que llamamos cuerpo. Todo queda establecido en aquella dimensión configurando un arquetipo mental que, más tarde, adquirirá la forma física. Y no sólo queda prefigurada la forma, sino su funcionamiento y también - puesto que su finalidad es posibilitar una experiencia finita - su duración.
De esta manera, el cuerpo surge como un vehículo o soporte necesario para la realización de ciertas experiencias que constituyen la vida, de tal forma que, agotada la experiencia - agotada la vida - el arquetipo que da consistencia al cuerpo, también se agotará poniendo fin a su vida. Todo lo que existe en el plano físico es una réplica materializada de un ARQUETIPO existente en el MUNDO DE LA MENTE. La idea es siempre lo primero: después vendrá la forma que hace visible la idea pero, si desaparece ésta, la forma se desintegrará en sus elementos constitutivos.
EL MUNDO DE LA MENTE es el mundo de las ideas mientras que el MUNDO FÍSICO es el mundo de las formas y, por tanto, dependiente de aquel.
Es evidente y normal que, después de todo lo dicho, el ser tenga la impresión de regresar a la Patria, es decir a su origen, cuando se integra definitivamente al MUNDO DE LA MENTE. Esta zona del espacio es el origen no sólo del elemento eterno de cada uno de nosotros - ese espíritu puro separado del Creador - sino también de la parte anecdótica o temporal de nosotros mismos, de ese envoltorio llamado Juan, Ángela o María, que se pasea por el exilio aprendiendo a ser Dios.
Y ¿cuáles son las experiencias a vivir? Pues, sin duda, aquellas que representan lecciones aún no aprendidas. Esto significa que una experiencia puede necesitar ser repetida cuantas veces sea preciso hasta haber aprendido la lección. Puede deducirse que una actitud de vigilia permanente, una disposición de vida conciente de cuanto hacemos o de cuanto sucede en nuestro entorno, puede garantizar un rápido aprendizaje y un eficaz aprovechamiento de las experiencias. Vivir conscientemente se revela - desde la perspectiva de la ciencia oculta - como la clave para no tener que "repetir curso".
El Camino hacia la Materia
Hemos dicho que en el mundo de la mente existen las energías - o materiales - que permiten prefigurar el futuro individual creando allí los arquetipos - o patrones - que darían lugar a las formas, sean estas físicas o no. Estos arquetipos son elaborados por el propio Yo Superior de cada cuno con asistencia de entidades más elevadas que residen allí habitualmente y que se encuadran dentro de la categoría de los ARCÁNGELES.
Cuando todos los arquetipos han sido elaborados, es decir, cuando la idea - germen de una nueva experiencia ha quedad totalmente establecida - que es tanto como decir que una vida completa ha sido diseñada y aceptada por el propio Yo Superior, así como la estructura de sus cuerpos, que actuarán como vehículos, y la duración de tal experiencia - entonces, y sólo entonces, se realizan los preparativos para la encarnación, que supone la conversión de las ideas - arquetipos en formas reales.
Existe toda una organización celestial ocupada en estos menesteres y una última consulta a los REGISTROS AKHASICOS o "archivo cósmico" que guarda el detalle de todo lo acontecido a cada uno desde el origen, permitirá incluir entre sus experiencias futuras aquellas otras que nos conectan a un pasado con el que estamos en deuda y que es necesario liquidar.
A partir de ese momento se eligen las circunstancias más convenientes para la realización de esa vida y, entre ellas, las más importantes, que el momento y el lugar.
Yo Quise Nacer Así
La familia es el elemento clave para la encarnación del Yo Superior y, según estamos viendo, lejos de ser una circunstancia casual en la vida del ser, constituye un punto de referencia fundamental para el desarrollo de la experiencia prevista. Vemos pues lo equivocados que están quienes afirman no haber elegido a esos padres de los que se avergüenzan y con quienes no se entienden. Esos padres que protegen o esos padres que maltratan son, ni más ni menos, los padres que dan forma al arquetipote la experiencia elegida.
Lo mismo podemos decir de la nacionalidad y de cualquier otro aspecto de nuestra vida, incluido el de la forma física o el propio estado de salud. Todo responde a un patrón, a un diseño previo establecido en el MUNDO DE LA MENTE pero, en virtud de un mecanismo necesario, el ser humano, que es la encarnación de su Yo Superior, pierde el recuerde de su estancia en los mundos superiores cuando nace.
De este modo, y no recordando su elección, tampoco reconocerá las formas que le materializan y se enfrentará a su vida como un misterio. Pero no importa cuál sea la apariencia de la propia vida y del entorno, no importa la pérdida de la memoria consciente… todos tenemos lo que necesitamos, no para sentirnos más felices, sino para sentirnos más plenos.
Astrología y Destino
El otro aspecto importante que el Yo Superior tiene en cuenta para encarnar es el del momento idóneo. ¿Por qué? Pues porque todo está contenido en todo y un acontecimiento que tenga lugar en cualquier rincón del Universo, será percibido hasta en el más perdido rincón del mismo. Nada pasa desapercibido en el orden de la creación y todo parece responder a un mismo principio. Los hermetistas lo condena en uno de sus principios fundamentales: "COMO ES ARRIBA ES ABAJO". El cuerpo humano y el Universo son dos manifestaciones distintas de una misma esencia y, por ello, viendo como se comporta uno, podemos conocer al otro.
El Yo Superior ha previsto una determinada vida para el pequeño universo que es su hombre encarnante y buscará el momento en que el Universo Exterior esté en analogía con Él. De este modo, la posición de los planetas estará expresando los diferentes arquetipos básicos del encarnado y, con el transcurrir de los años, dichos planetas irán anunciando, desde su posición, la activación de tales arquetipos y su expresión en experiencias.
El Libre Albedrío
Algunos se dirán que si toda la vida está prefigurada de antemano, ¿qué margen queda para el Libre Albedrío? Esta pregunta parece inevitable después de lo leído y responde a la eterna necesidad de libertad del ser humano.
El Yo Superior determina la experiencia vital en base a dos razones fundamentales que ya hemos mencionado: el ansía de aprender nuevas cosas y la necesidad de liquidar deudas del pasado, deudas kármicas. De entre todas ellas, estas últimas parecen ser de "obligado cumplimiento" por su condición que podríamos llamar de "asignaturas pendientes", generalmente referidas a la reparación de daños originados en el pasado. En cambio, las correspondientes a "asignaturas nuevas" están prefiguradas como arquetipos en lo fundamental, pero no en los detalles.
Estará prefijado, por ejemplo, ser médico, pero no la especialidad. Esto sugiere de entrada, una cierta capacidad de maniobra admitida por el propio Yo Superior en beneficio de la personalidad terrestre. Pero, en la práctica, sucede que ésta se atribuye mayores prerrogativas llegando, incluso, a distorsionar de manera importante la experiencia prevista por el Yo Superior. Llegado ese caso, a éste sólo le queda el recurso de anular los arquetipos, con lo cual las formas existentes en el plano físico morirán.
Dicen los ocultistas que muchas de las muertes tempranas y repentinas tienen su origen en estos hechos: el Yo superior, viendo que su personalidad terrenal no atiende su mandato, reclama su presencia para organizarse de nuevo.
El ser humano tiene un gran poder, tanto de decisión como de acción, con pocas limitaciones establecidas férreamente. Por ello puede, desde engendrar un hijo, hasta destruir el planeta, pero otra cosas es si engendrar un hijo o atentar contra la Tierra forman parte de su experiencia o aprendizaje, necesario en ese momento de su vida física. El hombre es capaz de hacer casi todo, pero sólo está "obligado" a hacer aquello previsto como experiencia en esa vida y, si hace otra cosa, por muy meritorio que parezca, no habrá avanzado ni un centímetro en su evolución.
Conclusión
Termina aquí la información dedicada a algo tan apasionante y fundamental como lo que sucede después de la muerte, a la luz de la ciencia oculta. No he pretendido en ningún momento atemorizar, ni tampoco establece nuevas normas de moral. Tan solo he querido llevar más información a quienes la buscan para que después sigan actuando según les dicte su conciencia. No hay verdades absolutas, sino de verdad para cada uno, que es justo aquella que somos capaces de asimilar.
Espero, eso sí que esta lectura les haya permitido afirmarse en su ya intuida verdad: que ustedes son espíritus celestiales, hechos de la misma esencia de Dios, que su morada es el cielo y que aquí se encuentra de paso… justo el tiempo que tarden en superar un "cursillo" y obtener el título de Hombre-Dios.
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EL YO SUPERIOR
Hemos visto a lo largo de este reportaje sobre lo que nos espera después de la muerte, que todo tiene una vigencia, una duración determinada que se establece en función de su utilidad en el proceso evolutivo.
Hemos visto que el ser humano está formado por diversos elementos que actúan como vehículos capaces de conducirle hasta las experiencias que necesita y desaparecen agostadas éstas. Pero no todo en el hombre es finito o caduco; lo son sus cuerpos - meros instrumentos experienciales - pero no aquello que los controla y maneja: el Yo Superior o Yo Soy.
El Yo Superior es el resultado de un proceso de individualización ejercido sobre una parte surgida de la misma esencia del creador en los albores de la creación. Cada uno de nosotros es una parte de la Divinidad que, por evolución, ha conseguido la individualidad. Esa parte divina individualizada es el Yo Superior o Yo Soy, que todos nosotros incorporamos y, como tal, es inmoral y eterno.
El Yo Superior, en consecuencia, es un Espíritu Virginal individualizado y, como corresponde a su rango, habita en los espacios celestiales. En concreto y según la filosofía trascendental, su morada se fija en la región del PENSAMIENTO ABSTRACTO, dentro del MUNDO DE LA MENTE. Desde allí organiza su labor creadora valiéndose de diferentes cuerpos o medios de expresión, que son los ya conocidos cuerpos, FÍSICO, VITAL, ASTRAL Y MENTAL. Cada uno de ellos realizará diversas funciones y experiencias que son finalmente evacuadas al Yo Superior.
De este modo, y aunque no tengamos conciencia de ello, todos guardamos el recuerdo y la enseñanza de cuanto hemos sido desde los albores de la creación. Nuestro Yo Superior, nuestro Yo Eterno, lo contiene y se configura en base a tales experiencias. Un día llegará en que el Hombre habrá terminado su peregrinar por los mundos inferiores y los Yoes Superiores de todos los humanos se manifestarán en plenitud creadora.
LA REENCARNACIÓN
Esta pregunta se la hacen y la hacen muchísimas personas, sobre si es verdad o no es verdad.
La pregunta principal es ¿Cómo sabemos que es la Verdad?
Por la Ley del Ritmo. Porque está en evidencia en toda la creación en contorno. Desde la luz del día que se oculta, se muere rítmicamente después de un ciclo de doce horas y vuelve a nacer después de un ciclo de doce horas, debido al círculo que describe la Tierra al girar sobre sí misma.
Los árboles se despojan de todas sus hojas todos los años rítmicamente y vuelven a nacer las hojas rítmicamente.
Las estaciones del año, se van en su mes y nacen en su mes, rítmicamente.
Las cosechas dan sus frutos en la Primavera, que es conocida notoriamente como el RENACER de todo, y mueren en el invierno, que es conocido notoriamente como el momento anual en que todo se duerme, desaparece, involuciona, preparándose para el renacimiento, rítmicamente, en la próxima primavera. El año muere y se repita l historia, se apaga y se repite. La Ley del Ritmo que acabamos de mostrarte tan incontrovertiblemente, es un Principio; que los Principios no cambian y que los Siete Principio funcionan siempre al mismo tiempo en todo, porque son parte de aquello que llamamos Dios, y no pueden actuar separadamente como el hidrógeno y el oxígeno que actúan conjuntamente, y si se separaran, ya no sería agua.
Tampoco el hombre y todo lo que le atañe puede dejar de participar en una ley, porque ellas actúan, repetimos, siempre en todo momento, en todo cuanto existe y siempre juntas.
Y el hombre no solamente reencarna vida tras vida, sino que reencarna en Él mismo cada siete años, como ya se les ha dicho. Él renueva todas las células de su cuerpo cada siete años y su cuerpo entero se renueva, se reencarna en otra numeración. Ese es su ritmo, como el ritmo de las estaciones es de cada tres meses, el del día cada doce horas, el de la vida de los perros entre diez y doce años, el de las hojas cada año, en Otoño para renacer en la Primavera.
El motivo que ha dado la Iglesia para suprimir la enseñanza, es que si la humanidad sabe la verdad no se esforzaría en corregirse y superarse, sabiendo que siempre se le está ofreciendo una nueva oportunidad, y que es mejor que crea que no cuenta sino con una sola vida de setenta años máxima en que aprender a portarse bien, porque sino se va a cocinar en una paila eterna.
Lo que la Iglesia no realizó fue que con eso inventó el temor. El hombre le cogió terror a la muerte y comenzó a emplear la Ley de la Fe al revés, en el polo negativo, que es lo que se llama temor, atrayéndose todo lo que se teme como tú ya sabes.
¿Qué ocurre? Lo mismo del lado allá que del lado acá, ese temor es un concepto que sigue actuando y reproduce allá todos los horrores de lo que llaman los católicos el purgatorio e infierno, además de una enorme serie de errores diferentes.
La realización de que la reencarnación es verdad, quita el temor a la muerte. Quita el temor al infierno y se pasa del planeta Tierra al Plano Astral suavemente, y sin aspavientos, como si se continuara viviendo aquí, y que sólo se ésta visitando otras condiciones de vida, como otro país. Nada más. Es una nueva posibilidad que el hombre recibe, y es la comprobación de la misericordia divina y de eso que llamamos Dios, que es una energía amorosa, bondadosa, justa, inteligente o sea, Amor, Bondad, Justicia e Inteligencia en acción.
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MEDITACIÓN 29
En la misma forma se trabajarán las 8 glándulas: Pineal, Hipófisis, Tiroides, Para-Tiroides, Timo, Suprarrenales, Páncreas y Glándulas Sexuales
PINEAL
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA PURIFICANDO LA GLÁNDULA PINEAL
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA GOBERNANDO LA GLÁNDULA PINEAL
YO SOY LA PRESENCIA PODEROSA DE LA FE
HIPÓFISIS
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA PURIFICANDO LA HIPÓFISIS
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA GOBERNANDO LA HIPÓFISIS
YO SOY LA IMAGINACIÓN CONSTRUCTIVA DIVINA
TIROIDES
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA PURIFICANDO LA TIROIDES
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA GOBERNANDO LA TIROIDES
YO SOY PODER MANIFIESTO DIVINO
PARA-TIROIDES
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA PURIFICANDO LA PARA-TIROIDES
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA GOBERNANDO LA PARA-TIROIDES
TIMO
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA PURIFICANDO LA GLÁNDULA TIMO
YO SOY LA CONCIENCIA DIVINA GOBERNANDO LA GLÁNDULA TIMO
YO SOY AMOR
YO SOY CARIDAD
viernes, 9 de octubre de 2009
http://alexiis-metafisica.blogspot.com.ar/
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