Una
serie de estudios realizados por los investigadores Ozlem Ayduk de la
Universidad de California y Ethan Kross de la Universidad de Michigan, demostró
que un simple truco mental puede reducir significativamente el dolor emocional
que sentimos cuando reflexionamos sobre experiencias o recuerdos dolorosos del
pasado.
En
su indagación, los autores descubrieron que la perspectiva a través de la cual
recordamos un hecho determina la cantidad de sufrimiento que evoca.
Ayduk
y Kross explican que cuando se reproducen y analizan experiencias dolorosas en
la mente, la tendencia natural es hacerlo en primera persona, es decir, vemos
la escena desarrollándose a través de nuestros propios ojos. Esto, por lo
general provoca un dolor emocional significativo, ya que se nos hace revivir la
experiencia.
En
cambio, el sufrimiento es menor cuando se reproducen recuerdos dolorosos desde
una perspectiva en tercera persona, que implica la visualización de nosotros
mismos dentro de la escena como si la estuviéramos observando desde el punto de
vista de un testigo.
Según
los autores, la diferencia entre los dos tipos de perspectivas es profunda.
Para comprobarlo, analizaron a grupos de personas que rememoraron experiencias
desde los distintas visiones. Quienes reportaron sentir menos dolor, fueron
precisamente quienes usaron una perspectiva en tercera persona.
Además,
los especialistas explicaron que utilizar un punto de vista psicológico
distante también permite reconstruir la comprensión de estas experiencias y
llegar a nuevas conclusiones y sentimientos de cierre.
Otro
aspecto que impresionó, fue que al monitorear la salud de los voluntarios del
sondeo, quienes vieron sus experiencias en tercera persona, presentaron niveles
de estrés y presión arterial significativamente menores, además su ritmo
cardíaco volvió a la normalidad más rápido que quienes recordaron en primera
persona.
Luego,
tras realizar un seguimiento de una semana a los participantes, se determinó
que quienes reflexionaron en tercera persona meditaron acerca de ellos mismos
con mucha menos frecuencia que el resto.
El
doctor en psicología Guy Winch, columnista de Pshychology Today, resumió lo
señalado por los autores de la investigación en simples pasos que te permitirán
cambiar la perspectiva al reflexionar sobre experiencias dolorosas.
1.
Asegúrate de estar sentado o acostado cómodamente.
2.
Alejarte de la escena, hasta verte a ti mismo dentro de ella. Luego reduce aún
más la perspectiva para que puedas ver la situación como si fueras un extraño
que pasaba por ahí.
3.
Reproduce la escena mientras mantienes la perspectiva en tercera persona.
4.
Procura de hacer lo mismo cada vez que reflexiones sobre una experiencia
dolorosa.
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