Cuando el desánimo, el resentimiento, la
frustración y la falta de Amor por ti mismo aparecen en tu vida, también
aparecen las enfermedades.
En la vida a veces tenemos problemas que no sabemos
o no queremos resolver a nivel emocional, es entonces cuando van surgiendo
síntomas de dolencias… al principio leves para irse convirtiendo en crónicas o
en el peor de los casos mortales.
Desde este portal vamos a intentar dar una serie de
pautas de autoconocimiento, para poder manejar de forma responsable nuestros desequilibrios
físicos.
Lo primero y más importante es empezar un proceso
de AUTO-ACEPTACIÓN de
uno mismo y de tus circunstancias. Para desde la aceptación que es una posición
de entrega y confianza en el Universo y a lo que nos ha dado, conseguir
reconciliarnos con nosotros mismos en primer lugar.
Este “milagro” se produce cuando estamos en
conexión (13 Hz en el DKG) con el Universo del que formamos y somos parte, ahí
es cuando tiene lugar la apertura de los centros receptores de energía,
inundando nuestro cuerpo, con todo el poder de autocuración al que todos
tenemos acceso.
Enfermamos porque perdemos esa conexión, nos
desconectamos de la fuente que da la energía a todos los seres vivos del
Universo, que nos da todo lo que necesitamos.
Al actuar en contra de nuestros sentimientos, el
cuerpo lo percibe como un ataque, cuando no atendemos a nuestras necesidades
vitales también lo percibe como otro ataque. Y cuando nos llenamos de odio,
resentimientos, dudas y miedos nos hacemos continuos ataques, convirtiéndonos
en enemigos de nosotros mismos.
Así una y otra vez vamos recorriendo la vida, pero
en esos estados el cuerpo enferma sin lugar a dudas. La enfermedad es un aviso
maravilloso que nos da el cuerpo de que le estamos maltratando….y aguanta
tanto…
Todas o casi todas las enfermedades tienen su raíz
en un problema emocional no resuelto en la persona.
La buena noticia es que podemos aprender a no
enfermar y si ya estamos enfermos, nos podemos curar nosotros mismos, todos
tenemos la capacidad de contribuir a nuestra propia curación.
Podemos hacerlo cambiando nuestros modelos de
pensamientos, pues cambiando lo que pensamos cambiarán nuestros actos y como
consecuencia cambiaran nuestros sentimientos hacia sentimientos más puros, de
más amor lo que llevara a tener más energía y menos toxicidad en nuestro
cuerpo. Ya que los pensamientos que nos perjudican son toxinas para el cuerpo.
Si aprendemos a interpretar con exactitud nuestras emociones podremos tomar las
decisiones adecuadas en cada momento.
Abandonando la esclavitud de la falta de
control mental caminaremos hacia una vida de libertad, pues dejaremos de estar
sujetos a las restricciones de los pensamientos.
Dejando nuestras acciones en manos de una voluntad
sujeta de forma natural a los sentimientos más nobles que todo ser humano tiene
en su ser más profundo.
Para curarnos hemos de equilibrar nuestro cuerpo,
mente y espíritu. Ya que aunque es en el cuerpo donde se manifiesta el
problema, es en el espíritu donde está la semilla del problema, que se encarga
la mente cuidadosamente de desarrollar a través de los pensamientos
inadecuados.
Si tenemos una fuerte conexión con nuestro ser
interior, unos pensamientos sanos y constructivos, además de cuidar de forma
saludable nuestro cuerpo, estaremos sanos.
Cuando hay equilibrio entre las tres partes que nos
forman, sentimos la alegría de vivir que es lo normal entre los seres vivos del
Universo, nosotros no somos una excepción.
“Lo
normal es tener salud, no estar enfermos”
Si no cambias mentalmente frente a una actitud que
te ha hecho enfermar, ni el mejor médico del mundo te podrá curar.
El Resentimiento es una de las emociones que más
enfermedades produce junto con el miedo. Pero la densidad del resentimiento
podemos cambiarla con el sentimiento del perdón, el perdón a nosotros mismos la
mayor parte de la veces y luego a los demás.
El perdón beneficia al que lo da, no es para el que
lo recibe ya que la carga emocional negativa la lleva el que no perdona.
La otra (mal llamada) emoción que causa muchas
enfermedades es el Miedo, que es lo contrario al Amor, es un cierre a la
entrada de energía a nuestro ser, es oponerte a vivir, es cerrarte a la
experiencia que supone tener una vida con ilusiones aunque tengas que correr
riesgos, no se puede tener miedo a vivir. Porque entonces te pierdes lo mejor
de la vida que es crecer… si no experimentas, por miedo fracasar, nunca sabrás
si hubieras tenido éxito y tu vida se convertirá en un cúmulo de frustraciones.
El miedo es sobre todo desconfianza, de ti mismo y
de que el Universo no te de cosas buenas, siempre te da lo que necesitas en
cada momento. Porque tú eres el que crea el Universo cada día. Es falta de fe
en que tú te mereces lo mejor, tenemos miedo porque en el fondo esperamos lo
peor.
Si perdonas y te liberas de los miedos, te podrás
curar casi de cualquier cosa. Las palabras y los pensamientos que has tenido y
pronunciado hasta el día de hoy son los que te han puesto en tu situación
actual física y emocional.
Hagamos un esfuerzo que merece la pena recuperemos
toda la Alegría y el Amor que traíamos al nacer, entonces éramos importantes y
nos sentíamos el centro del mundo.
Los bebés son osados, piden lo que necesitan y
expresan lo que sienten. Haz tú lo mismo. Recuerda que una vez hace mucho lo
hacías.
ERES UN SER PERFECTO SOLO TIENES QUE QUERER
RECORDARLO.
Rincón del Tibet
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