1) Conecta con
tu propósito.
Me acabo de
levantar, recuerdo que anoche me propuse madrugar y aprovechar las primeras
horas de la mañana, por poco no lo consigo. Por suerte recordé el último
instante antes de caer dormid@, ¿para qué voy a madrugar?, las respuestas
conectadas a mi propósito brotaron en mi mente, al deseo de completar mi
objetos, a los motivos para impulsarme y ponerme en pie; mi energía se elevó.
Si tu propósito
está conectado a tu pasión tienes una poderosa fórmula energética en ti. Cuando
haces aquello que te apasiona o entusiasma tu energía fluye y retroalimenta con
tus acciones; cuanto más te aproximes a tu pasión más energía experimentarás.
¿Qué te apasiona?
¿Qué te mueve? ¿Para qué elevar tu energía?
2) Enfócate en
el resultado a conseguir.
No saber tu rumbo
te desgasta. La acción y dirección sin propósito es pérdida de energía. Todo
comienza con tener clara la visión del resultado a lograr. Las personas de
éxito tienen un hábito en común: orientan su actuar en función de resultados.
Siempre tienen una respuesta clara en relación a qué quieren lograr. Esta
visión les da el enfoque necesario para concentrar su tiempo y acciones en el
logro de sus metas. Cuando te orientas hacia tus metas y sientes que tu día a
día te acerca a ellas, tu energía crece. Te sientes en control de tu vida y tu
auto-estima se fortalece.
¿Qué quieres
lograr? ¿Cuáles son tus metas? ¿Cuál es tu visión?
3) Encuentra tus
“yo puedo”.
Siempre puedes. Es
posible que no puedas hacer lo que quieres en el momento que lo estás deseando.
Pero siempre puedes hacer algo.
Si bien puede que
no tengamos la capacidad de cambiar rápidamente en dónde nos encontramos,
siempre podemos modificar nuestra dirección. Es sencillo: nuestra dirección es
determinada, en primera instancia, por nuestros pensamientos. Lo que pensamos
precede a las acciones y éstas a los resultados. Cambia tus pensamientos y poco
a poco comenzarás a obtener nuevos resultados. Y esto es algo que siempre
podemos hacer: elegir nuevos pensamientos. Con este solo y simple hecho, tienes
el poder para iniciar el cambio que quieres ver en tu vida.”
Si no puedes hacer
grandes cambios en este momento, ¿qué pequeñas transformaciones sí están en tu
poder?.
Variaciones que te
permitan ir variando el rumbo para apuntar hacia el destino deseado.
Dirigir tu vida hacia
la visión que en el fondo deseas puede requerir gran energía. Pero al igual que
mover todo un buque de cientos de toneladas, todo comienza por un pequeño
cambio.
No te concentres
en tus “yo no puedo”.
Todos los tenemos.
Sin embargo, es en
nuestros “yo puedo”, por pequeños que sean, en donde está nuestro poder de
redirigir nuestra vida.”
Recuerda: tu
enfoque determina tu nivel de energía.
¿En qué te enfocas
usualmente? ¿En lo que no puedes o en lo que sí puedes? Conéctate con tus “yo
puedo” y estarás alimentando tu energía.
4) Encuentra la
fe en ti.
La fe es junto a
la pasión, quizá, una de las más poderosas fuerzas a las que el ser humano
puede conectarse. Es un recurso interior que te permite ir más allá. Es al
conectarte con la fe cuando puedes construir lo que hoy es desconocido. La fe
es la gasolina suprema. Conéctate con ella, decide creer en algo más allá de lo
visible y sentirás una energía que te acompañará hasta el logro de tu visión.
5) Muévete de
forma distinta.
¿Qué fue antes: el
huevo o la gallina?.
Lo mismo podemos
cuestionarnos sobre la energía y el movimiento. Obviamente necesitamos energía
para producir movimiento. A la vez, el movimiento por sí mismo es un generador
de energía. ¿No te quedas a veces esperando a que surja esa sensación de
vitalidad para ponerte en acción?. En la práctica lo que necesitas es ponerte
en movimiento, en acción física, para movilizar tu energía y hacerla subir.
Tu nivel de
energía está directamente relacionado a la manera como te mueves.
¿Escaseas en
energía? Significa que te falta movimiento. No esperes a tenerla para ponerte
en acción, ¡hazlo!.
¿Quieres
transformar tu energía?. Haz en este instante ese movimiento y exclama
“¡¡Sí!!”.
Explora tu cuerpo.
Juega con tu
capacidad de moverte para aumentar tu energía. No esperes a tenerla. A veces
está simplemente “estancada” y esperando porque actives tu fisiología para
poder fluir y expandirse.
6) Cambia tu
expresión facial.
A finales de la
década de 1980 se realizó un experimento muy interesante con pacientes maníaco
depresivos. Fue muy sencillo: en las paredes de las salas comunes de la clínica
en donde se encontraban recluidos los pacientes, colocaron numerosos espejos.
A estas personas
les fue dada una simple instrucción: “cada vez que te encuentres frente a tu
reflejo, sonríe. No importa si te sientes como para hacerlo. Lo único que
tienes que hacer es flexionar los músculos de tu rostro tal y como cuando uno
se sonríe”.
Los resultados
fueron impactantes. Al cabo de unas semanas, varios de los pacientes ya habían
expresado cambios visibles en su estado de ánimo. La depresión parecía
disolverse a medida que estas personas incorporaban el hábito de sonreír varias
veces al día.
¿Qué pasaba, cómo
era posible?.
Los músculos de tu
rostro funcionan como torniquetes, facilitando o disminuyendo el paso de la
sangre hacia la zona frontal de tu cerebro. }Si tus tensiones, frustraciones o
amarguras se ven reflejadas en la rigidez de tu rostro, el flujo sanguíneo y el
nivel de oxígeno que le llega a tu cerebro se ve reducido.
Al sonreír, los 32
músculos de tu cara bombean un mayor nivel de oxígeno a los lóbulos centrales.
Esto estimula la secreción de endorfinas, hormonas neuronales que inducen
estados de placer los cuales comienzan a contrarrestar patrones de depresión,
tristeza, apatía, rabia.
Imagina…. ¡prozac
gratis e inocuo..!, y con un maravilloso efecto secundario: otros te devolverán
sus sonrisas al verte.
Así que la
prescripción es simple: ríete más a menudo. Incluso, puedes probar hacer
morisquetas para intensificar tus dosis de endorfinas.
7) Respira
distinto.
Una de las
primeras respuestas fisiológicas que cambia cuando tu emocionalidad se
transforma es la respiración.
Por ejemplo,
cuando comienzas a estresarte tu respirar se tensa y se hace cada vez menos
profundo. Cuando te excitas… bueno, ya sabes.
Cuando necesites
inyectarte energía instantánea, emplea el principio de cambiar el cuerpo para
influir sobre tu emocionalidad al respirar diferente de manera deliberada.
¿Cómo respiras
cuando estás lleno de energía y vitalidad? ¿Cómo respiras cuando estás en tus
mejores momentos? Si inhalas y exhalas como cuando te encuentras en esos
estados, comenzarás a sentir esa energía.
Recuerda que tu
energía proviene de tus células; particularmente de esas minúsculas fábricas de
energía celular llamadas mitocondrias. En ellas y junto a la inyección de
oxígeno suministrada por tu respiración, la glucosa es transformada en energía.
Más oxígeno en tu
organismo a través de una profunda respiración se traduce en una mayor
generación de energía.
Tu cerebro también
se alimenta de oxígeno y al llenarlo de él, tu capacidad de estar alerta y
despierto, aumenta.
Oxigena tu cuerpo
-respirando profundamente, ejercitándote o haciendo el amor- y llénate de
vitalidad.
No en vano para
muchas filosofías y sistemas de vida oriental, la respiración es tu conexión
con la energía del universo.
8) Medita.
La meditación es
una excelente manera de cuidar y potenciar tu energía. La meditación nos
recarga y en muchos casos ayuda a liberarnos de aquello que está bloqueando
nuestra energía; existen muchos tipos de meditación.
Una manera de
hacerlo es concentrándote en tu respiración como “ancla” para tu mente.
Simplemente
cierras tus ojos y colocas tu atención en el proceso y las sensaciones de tu
respirar.
Sin buscar el
cambio, sino más bien siendo testigo de tu proceso, por unos minutos te
concentras suavemente en tu respirar.
Pruébalo.
Cierra tus ojos y
respira durante 3 a 5 minutos.
Vamos, regálate
estos minutos.
Obséquiate este
mini-descanso… y comienza a tomarle el gusto a la meditación.
9) Hazte
preguntas que te potencien.
¿Hay algo malo en
tu vida?. No lo hagas, no lo pienses, ¡deprisa!, pon una sonrisa y saca la
lengua.
¿Qué cosas te
inspiran y qué hace vibrar tu alma?. ¿Qué enciende tu pasión?, ¿qué aspectos sí
se encuentran bajo tu control?, ¿qué puedes hacer hoy – por pequeña que sea-,
para mejorar tu vida?. ¿Cómo vas a aumentar tu capacidad para avanzar hacia tus
metas?, ¿a quién amas?, ¿quién te ama?.
Seguro que
experimentaste un cambio de energía entre el momento cuando leíste la primera
pregunta y las restantes.
Recuerda, es muy
simple: tu preguntas frecuentes determinan tu enfoque; aquello con lo que te
conectas, impacta tu energía. Diseña tus propias preguntas potenciadoras.
Emplea
conscientemente el poder que ellas tienen para dirigir tu mente hacia los
pensamientos que te nutren y elevan tu vibración.
10) Conecta con
emociones que te inspiren.
Algunas películas
nos conmueven. Es cuando se ven expresados magistralmente por la magia de la
actuación, la escenografía y la musica, momentos que disparan emociones
intensas. Hay películas, libros, biografías e historias que nos muestran el
poder de la fe, la determinación, el amor, la esperanza; nos inspiran a través
de lo que otros seres humanos que han soñado y vencido.
Recuerda esas
escenas emotivas y utilízalas como inspiración para lo que tienes que hacer,
superar y lograr.
Pasión, amor,
convicción, triunfo, coraje, fe, determinación, compasión, alegría, entusiasmo…
cuando nos dejamos tocar por estas emociones no nos queda otra que sentirnos
inspirados por la grandeza humana.
Esa misma que
reside en ti.
11) Toma
alimentos que aporten energía en vez de quitártela.
Cuando ingieres
alimentos y se dispara el proceso digestivo, tu cuerpo necesita dedicar gran
parte de su energía al procesamiento y transformación de lo ingerido.
Si la comida no es
particularmente “amigable” para tu cuerpo esa energía es enorme. Tanto así que
te da sueño, te sientes pesado y te provoca no hacer nada durante un buen rato.
Sin entrar en
detalles sobre nutrición y alimentación, sí quiero transmitirte lo siguiente:
si deseas optimizar tu energía y mantener consistentemente los niveles
necesarios de vitalidad para lograr tus objetivos, es importante elegir
conscientemente lo que comes.
Sin embargo, hay
quienes poco les importa lo que ingieren. Lo que comes no es inocente; tiene un
impacto sobre tu bioquímica y en última instancia sobre tu vitalidad.
12) Ejercítate.
El ejercicio
favorece el fortalecer tus órganos y a mantener tus sistemas internos en óptimo
funcionamiento. Si haces ejercicios adecuadamente, tras hacerlos, te sentirás
con más energía.
A veces me he
sentido cansado y a punto de retrasar mi sesión. Pero una vez que termino,
siento cómo vuelve la energía a mi cuerpo. Prueba qué ejercicios te sirven para
despertar tu vitalidad y empléalos como un recurso para mantener tu energía y
salud.
13) Descansa con
calidad.
Para tener más
energía, a veces lo que necesitas es parar un rato. Es lógico: al descansar te
recuperas de la energía perdida.
Cuida que tu sueño
sea reparador. Si no lo es, busca hacer cambios en tu ambiente que te ayuden a
lograrlo.
Puedes hacer más
oscuro tu cuarto, comprar unas mejores almohadas o abrir las ventanas para
mejorar la ventilación.
Para un sueño
reparador, es importante ayudar a que la mente “se duerma” al son de tu cuerpo.
Procura no ver
programas de alto impacto visual ni psicológico justo antes de dormirte.
Así como quizá,
por la mañana, necesitas de unos minutos para “calentar motores”, asegúrate
también un proceso para ir bajando las revoluciones mentales antes de dormir;
hay que desconectar del día, lo que podías hacer hoy lo hiciste.
De haber quedado
algo pendiente, no lo puedes resolver hasta el día siguiente; suéltalo. Déjalo
tranquilo y más bien, conéctate con aquello que puede inducirte emociones
placenteras antes de caer en tu mundo onírico. Para esto, puedes hacerte estas
preguntas cuando ya te encuentres acostado y con las luces apagadas:
¿Qué he disfrutado
hoy?. ¿Ha contribuido este día a mis metas?. ¿Qué he aprendido hoy?. ¿Qué he
dado hoy?. ¿De qué puedo estar agradecido?. Y dulces sueños…
14) Estimula tus
sentidos.
Luz y colores…
música… agua… olor a canela… brisa tocando tu piel. Estimular tus sentidos
incrementa tu energía. Puede ser tan simple como prender una luz; o mejor aun,
salir para permitir que el reflejo de la luz solar estimule tus ojos.
Prueba escuchar
una música que te inspire o tómate un vaso frío y refrescante de agua o jugo de
frutas.
Inspira un aroma
estimulante o permítele a tu piel ser estimulada con sensaciones que te ayuden
a elevar el nivel de alerta.
En definitiva,
cosas tan sencillas para despertar tus sentidos como echarte agua fría en la
cara, pueden hacer una gran diferencia en un momento en el cual sientes que tu
energía va en picada.
15) ¡Hidrátate!.
Unos 2 litros de
líquido es lo recomendado al día, dependiendo de la persona.
Deepak Chopra
sugiere que cargues contigo en todo momento una botella de agua con el objetivo
de tomar sorbos cada 20 a 30 minutos durante todo el día.
Tu cuerpo está
compuesto en un 70% de agua. No es sorpresa encontrar que depende de este
preciado líquido para funcionar en excelentes condiciones.
Cuando tu cerebro
dispara la sensación de sed es tarde: tu cuerpo está en proceso de
deshidratación.
Y cuando esto
sucede, tu energía cae. No esperes a la señal de sed para ingerir agua.
Más bien
desarrolla el hábito de ingerir este líquido continuamente durante el día.
Irás más
frecuentemente al baño, pero estarás limpiando tu organismo y manteniendo su
nivel de energía.
16) Conéctate a
la naturaleza.
Contempla la
majestuosidad de la naturaleza, deja que proyecte una magia que penetra en ti,
estimulando tus sentidos y llevándote a pensamientos con altas dosis de
inspiración.
Las olas rompiendo
en la costa; las bandadas de pájaros surcando el atardecer; el rozar de la
brisa fresca en tu piel; el aroma de las flores; el canto de los grillos; el
hermoso color de las nubes en el atardecer…
¿Cuándo fue la
última vez que realmente te conectaste con la naturaleza?. ¿A qué esperas para
repetirlo?.
17) Tómate tu tiempo
para estar solo.
En ocasiones
necesitas recuperar tu centro, ¿verdad?.
Me refiero a
regalarte un momento para estar solo, asentando tu mente y emociones. Para
reflexionar, dejarte sentir y reconectarte con lo que es más importante. O
simplemente, para encontrar respuesta a preguntas acuciantes en la sabiduría
del silencio. A realmente estar contigo, no con el televisor, ni tan siquiera
con un libro.
Sólo con tus
pensamientos y tu sentir. Del silencio florece lo que quieres decir. De la
calma brota lo que has de hacer. Al estar quieto haces posible el reencuentro
con tu ser.
Para.
Guarda silencio.
Céntrate.
Déjate estar,
permítete ser.
Es en el silencio
cuando mejor puedes escuchar tu intuición; es en ese espacio que puedes
reencontrar tu centro, tu norte, tu esencia, tu profundidad, tu poder.
Por 3 minutos deja
de leer y permítete estar en silencio. Simplemente… Respira. Siente.
Y desde el
silencio vuelve a surgir para actuar tu verdad.
18) Conéctate
con la energía de otros.
Hay personas que
son como un “desagüe”, mientras otras son como fuentes.
Desagüe son
quienes al entrar en contacto contigo te restan energía. Son personas
demandantes, negativas, cínicas. ¿Conoces a alguien así?.
Fuente son quienes
te aportan nuevas energías. Por lo general positivos y entusiastas quienes,
además, muestran un genuino interés por ti. Cuando sales de estar en su
compañía, te sientes como con las pilas recargadas.
Las personas con
quienes te rodeas impactan tu energía.
Cuida de quién te
acompañas y particularmente, cuando sientas la necesidad de elevar tu
vitalidad, busca a las que son fuente.
Claro está, ellas
estarán ahí para ti en la medida en que tú también seas más fuente que desagüe…
19) Logra una
meta, cierra un ciclo.
Cada vez que logro
una de mis metas siento que mi energía aumenta. Es raro, pero el mero hecho de
completarla parece disparar un chorro de endorfinas en el cerebro, incluso a
veces me planteo metas ya completadas para recibir esa inyección de energía.
¡Atención,
completar metas puede llegar a ser adictivo ;)!.
20) Libérate de
algo.
Tu energía puede
ser consumida por personas, situaciones o metas no alineadas con tu visión de
vida. Metas del tipo “yo debería”, asuntos o conversaciones pendientes, eso que
aun no has resuelto pero lo cual continúa saltando a tu memoria. Situaciones
que no son como quieres pero has estado tolerando, a costa de tu propio
bienestar. Puede ser una memoria, un ciclo que permanece abierto, la idea para
la cena de la próxima semana o lo que no te gusta de otro. Todo esto consume
energía.
Imagina que tu
mente tiene 100 unidades de atención. Estas unidades representan tu capacidad
de asignar una parte de tu energía mental para procesar o tan sólo recordar. En
la medida en que esas unidades se dispersan al tener muchas cosas en tu cabeza,
tu energía mental disminuye. Imagina el siguiente inventario mental:
* 20 unidades de
atención asignadas a cosas pendientes.
* 12 unidades
retenidas en pensamientos sobre la conversación que aún no has tenido.
* 14 unidades
enfocadas en lo que toleras de tu compañero y no llegais a un acuerdo.
* 18 unidades
alimentando tu miedo ante el reto que estás por asumir, pensando en lo peor.
* 19 unidades
ubicadas en procesos de pensamiento agotadores sobre cosas fuera de tu control.
* 3 unidades
fijadas en el pensamiento acerca de cambiar la bombilla del pasillo…
¿Cuanto queda?.
Apenas 14 unidades de atención para dedicarle al disfrute de tu vida y el logro
de tus metas.
Suelta.
Libérate.
Identifica qué te
está restando a tu energía y no te está dando valor. Escríbelo.
Decide.
Actúa.
Bota.
Resuelve.
Negocia.
Olvida.
Acepta…
Al hacerlo
recuperarás energía y aumentarás tu capacidad de enfocarla en lo que te permita
lograr mayor satisfacción y productividad.
Fuente: Sincro Destino 2012
No hay comentarios.:
Publicar un comentario