Hoy te dejo en libertad. Hoy me olvido de mis miedos. Hoy comienzo a
valorarme. Hoy salgo adelante. Hoy te dejo de esperar.
Solemos hacernos conscientes de la esclavitud emocional a la que
estamos sometidos cuando nuestro corazón se resquebraja. Esto sucede
cuando una relación nos duele, bien porque nos esclaviza o bien porque algo
dentro de nosotros se ha roto al tener que decir adiós.
Ante estas situaciones, sentimos que el mundo se apaga y que una ola
de dolor inmenso se cierne sobre nosotros impidiéndonos respirar. Esto
es el ahogo emocional y, su ingrediente clave, la dependencia.
Pero, a veces, llega el momento de dejar en libertad lo que atábamos y
lo que nos ata y comenzar una nueva vida, porque la esclavitud emocional
ahoga. Y es en ese momento en el que no nos vemos capaces de hacer nada sin ir
de la mano de esa persona o, simplemente, de alguien que nos guíe.
Disfrutar de la
soledad de uno mismo para ser feliz en pareja
“Durante toda mi vida he entendido el amor
como una especie de esclavitud consentida.
Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor. Quien se
entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo.
Y quien ama al máximo, se siente libre. Pero
en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede
culpar al otro por eso.
Nadie pierde a nadie porque nadie posee a
nadie.
Y esta es la verdadera experiencia de la
libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo.”
En Once Minutos, de Paulo Coelho
La mejor manera de ser feliz con alguien es aprendiendo a ser feliz
estando solo. ¿Por qué? Porque de esa manera la compañía se
convierte en elección y no en necesidad.
Entendemos el amor de forma errónea porque la clave no es el “te
necesito en mi vida” sino el “te prefiero en mi vida”. No atender a los
sentimientos y necesidades de posesión nos ayudará a vivir en paz y libertad
con nosotros mismos.
Dejar de
esperar, la clave de la liberación emocional
“Sigo mal, y seguiré peor, pero voy aprendiendo a estar sola, y eso ya
es una ventaja y un pequeño triunfo” Frida Khalo
Tu verdadera libertad llega cuando empiezas a comprender quién eres y
de lo que eres capaz. Es tu independencia, ese ansiado trofeo, la que
obtienes cuando te desatas, te
deshaces de tus cuerdas y miras hacia adelante sin necesitar a alguien
que te lleve de la mano.
No poseer y que no te posean es la mejor experiencia de libertad que
podemos tener. Porque sentir algo como propio siempre significa, de alguna
forma, vivir al lado de la esclavitud.
Nuestra dependencia es la que nos hace esclavos, sobre todo si es
nuestra autoestima la que depende de algo o de alguien. El necesitar la
alabanza, el cariño o la atención de alguien hace que dejemos de ser dueños
de nuestro destino.
No son los demás los que nos dañan, sino que somos nosotros los que
damos validez a sus opiniones y a sus acciones. Nadie puede hacerte daño
sin el consentimiento de tu Yo interno, lugar en el que está el pilar que
sostiene tu arquitectura emocional.
Así que la autoconfianza y
la autoestima cuidadas
son las mejores herramientas para decir adiós a los apegos insanos e
innecesarios que merman nuestra vitalidad y nuestras ganas de realizarnos.
Tenemos que ser los primeros en respetarnos, dejando de lado las
expectativas sobreaprendidas que nos dicen que solo somos amados si nos
necesitan y que el amor solo es amor si vivimos por y para él.
es solo mi profesión, es mi vida
https://lamenteesmaravillosa.com
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