sábado, 25 de enero de 2020

Poniendo freno a la infección del “coronavirus” propagándose desde China. Funcionamiento “energético” de la infección viral. Por David Topi.


Estos días estamos viendo una gran alarma por una nueva infección del llamado “coronavirus” que mantiene en alerta a medio mundo, y en cuarentena a casi 40 millones de personas en varias ciudades chinas. Coincidiendo con la celebración del año nuevo chino, SC (el sistema de control) desde su nivel 6 y 7, han creado y vinculado este virus en la población que causa, entre otros problemas, neumonía y otros síntomas, y por el que, lamentablemente, se han producido ya varios fallecimientos. Así pues, hago una pausa en los temas que estábamos trabajando en los artículos anteriores para explicar algo sobre el sistema energético que espero nos venga bien a todos conocer.

Lo primero es dar a conocer que aquellos que nos asisten están trabajando para bloquear este virus, pues todo elemento y patógeno físico tiene una contrapartida energética sin la cual no puede infectar ni causar ningún o casi ningún daño, por lo tanto, hay muchos grupos puestos en marcha para neutralizarlo “etéricamente” por todo el planeta. La fecha y la zona escogida para su inserción en la población está relacionada con el desplazamiento de millones de personas que se mueven estos días por todo el globo para volver a casa y ver a sus familiares, coincidiendo con esta celebración tan especial para la cultura china. Por lo tanto, es un punto y momento idóneo para que su expansión se produzca de forma efectiva, visto desde el punto de vista de SC.

En todo caso, vamos a dar una petición al final para que nosotros también podamos eliminar, o reducir, si acaso, cualquier posibilidad de que enfermemos por contagio de este tipo de virus y patógenos artificialmente generados en laboratorios y os explico porqué pueden hacernos enfermar de esta manera.

Un cuerpo hecho “a prueba de balas”

Y es que, ¿por qué enfermamos? Desde el punto de vista físico, médico, puramente fisiológico, tenemos volúmenes de información al respecto, y desde el punto de vista energético, otros cientos de volúmenes más. Así que no es mi objetivo en estos momentos entrar en temas médicos o de salud, sino explicar el mecanismo, por el cual, un procedimiento energético causa una disfunción física, y, con ello, crea una distorsión en nuestro estado de salud. Es decir, el cuerpo enferma cuando se produce un desajuste de su estado de equilibrio natural. ¿Qué significa esto? Que el cuerpo está diseñado para estar siempre sano, siempre en equilibrio y siempre en armonía. Lo repetimos, el cuerpo está diseñado para estar sano, porque es un componente esencial de la vida y, sin el cual, el alma y los cuerpos y sistemas superiores no pueden proceder a esta experiencia terrenal.

Por lo tanto, desde el “molde” energético del que “estamos hechos”, el diseño es perfecto, completamente funcional y sin ningún fallo. Obviamente, esto dista mucho de ser la realidad que todos conocemos, donde la enfermedad, el dolor, las disfunciones y problemas físicos son el “pan nuestro de cada día”. Todos hemos estado enfermos muchas veces y nuestro sistema de salud se basa en la enfermedad, provocado por, entre otras cosas, las grandes corporaciones farmacéuticas y médicas que controlan parte del sistema de la vida a las que les interesa tenernos a todos siempre lo más enfermos y en el peor estado de salud posible.

Pero claro, si esto es así, ¿cómo lo cambiamos? No vamos a hacer milagros, no podemos revertir al 100% los procesos que nos llevan a enfermar pero sí que podemos comprenderlos, y eso ayudará a solucionarlos. Porque, recordad, donde hay consciencia, hay intervención sobre la energía y donde se modifica la energía se manipula la materia. Para sanar, hay que devolver el equilibrio y el balance a la zona afectada, y, por lo tanto, antes de aplicar un corrector físico en forma de la medicina que sea, hay que aplicar el conocimiento de causa del origen del problema, que lo da la consciencia, hay que aplicar la corrección energética en la zona afectada y luego hay que trabajar, solo en último lugar, sobre la materia. Nosotros, en general, funcionamos directamente solo aplicando la corrección mediante medicamentos en el cuerpo físico para paliar el síntoma sin haber corregido antes el problema a nivel energético y sin haber entendido la causa del mismo.

¿Cómo se pierde el balance y equilibrio natural de un mecanismo que funciona en perfecta armonía y sin ningún fallo?

Se pierde por la introducción de elementos extraños dentro de ese mecanismo, elementos patógenos que causen esa pérdida de balance, como en esta ocasión y en todas las otras pandemias que hemos vivido. Vaya descubrimiento, estaréis pensando muchos, sobre todo si sois parte del colectivo del mundo de la salud, terapias, sanidad o medicina. Y evidentemente no estamos descubriendo nada nuevo, o si, pues ahora veremos la otra parte que, en general, no se contempla a la hora de comprender el funcionamiento energético del organismo que nos permite seguir vivos.

Imaginemos una persona con perfecta salud, algo que no existe, pues aunque no nos demos cuenta, solo por la alimentación, el aire contaminado y el estilo de vida que llevamos, todos nuestros órganos presentan alguna pequeña o gran disfunción desde los primeros años de vida. Pero imaginemos que estamos a nivel físico exactamente igual que el molde “energético” perfecto que nos proporciona un equilibrio entre todos los componentes que nos forman. ¿Cómo desestabilizas a nivel energético un sistema creado para existir en perfecto balance? Con un elemento patógeno externo, correcto. Pero ¿qué hace ese elemento patógeno para ello?

Pues como ese elemento patógeno, sea un virus, sea una bacteria, sea una toxina, sea un químico negativo, sea una corriente que ataca un punto débil, sea una manipulación del oxígeno que respiramos con partículas contaminadas que llegan a los pulmones o sean micro sustancias tóxicas imbuidas en los alimentos, todos están formados por “mónadas” y partículas cuánticas.

Lo que hace que el cuerpo pierda su equilibrio es la información que viene en la carga energética de las partículas que forman ese virus, toxico, químico o patógeno. Como si fuera un programa ejecutable de un ordenador, que al introducirse en el mismo pone en marcha una serie de instrucciones y rutinas, la información contenida en ese elemento extraño que llega a nuestro organismo transmite una serie de instrucciones contrarias al buen funcionamiento del sistema que tenemos y este pierde el balance al ejecutarlas.

Ejecutando instrucciones para enfermar

Vaya tontería, ¿por qué mis células ejecutan información de un elemento extraño que no pertenece al cuerpo para enfermar? Porque están codificadas para ello. Es decir, nuestro sistema físico a nivel celular está codificado para aceptar las peticiones e instrucciones de los sistemas de gestión del cuerpo humano, tanto del ADN que se encuentra en el interior de cada una de ellas, como del centro instintivo que gestiona el ADN, como del patrón metabólico que gestiona parte de los centros de control y parte de la programación en la mente que hace que todo funcione. Por lo tanto, nuestro cuerpo enferma simplemente porque obedece a una serie de instrucciones que vienen codificadas en el aspecto energía de las partículas que forman el elemento patógeno externo que entra en nuestro organismo.

Estas instrucciones, que a nivel químico provocan diferentes interferencias con los mecanismos de funcionamiento del cuerpo, y a nivel energético causan desbalance entre las polaridades y el equilibrio de las coberturas energéticas de las células, tienen diferentes repercusiones según de “potente” sea el patógeno o elemento externo en nosotros, por lo tanto, hay situaciones que nos provocan un resfriado porque simplemente hemos “cogido frio”, pero esto que nos parece tan normal no tendría ni siquiera que suceder, porque un cuerpo sano al 100% es capaz de regular los estados energéticos para contrarrestar los cambios de temperatura en un estado “ideal” de salud, así como hay otras situaciones que nos causan enfermedades mucho más complicadas porque afectan a muchos órganos, elementos y componentes de nuestro vehículo más material y denso.

Por lo tanto, como veis, no estoy intentando dar información de porqué enfermamos sino de cómo funciona el mecanismo por el cual enfermamos por virus como este “coronavirus”, y esto solo a nivel físico, pues otras enfermedades tienen orígenes mentales o emocionales, por lo que para intentar reducir el mecanismo explicado, tenemos que trabajar con nuestra programación celular de nuevo para que las instrucciones que se reciben y se ejecutan por el cuerpo ante la presencia de elementos extraños sean las menos posibles, y, digámoslo así, nuestras células no hagan ni caso de instrucciones externas que les piden y les obligan a cambiar de su estado “natural de balance” al estado de pérdida del mismo y desequilibrio.

Bien, hagamos un inciso. ¿Va a impedir esto que enfermemos de ahora en adelante? No del todo, ya que, como hemos dicho, todos tenemos tantas pequeñas disfunciones presentes en nuestro organismo que los mismos virus, patógenos y todo tipo de elementos externos que nos hacen caer enfermos los aprovechan, amplifican, y, por lo tanto, usan en su beneficio, y ninguno de nosotros podemos recuperar, al 100%, un estado de salud tan perfecto que partiendo del equilibrio total, ya no enfermáramos más, pero podemos reducir el impacto que tienen y podemos empezar a armonizar y devolver a nuestro cuerpo físico el estado de balance natural que le toca y corresponde por diseño arquetípico del mismo.

Para ello, haremos dos peticiones, la primera para que todos y cada uno de los componentes energéticos y físicos, se “alineen” con el molde “perfecto” que les corresponde, es decir, que cada partícula que nos forma vuelva a estar en perfecto balance, y eso es algo que requiere mucho esfuerzo, trabajo y constancia, pero que se puede ir consiguiendo poco a poco con la siguiente petición, repetida miles de veces a lo largo del tiempo para ir mejorando sin pausa:


Solicito que se ejecuten por parte de mi Yo Superior los procesos de alineación de todas las partículas de mi cuerpo físico y de mi cuerpo etérico, en todos los subniveles de los mismos, acorde al “molde” perfecto de salud y bienestar que me corresponde por diseño y por funcionalidad de mi cuerpo. Solicito que se equilibren, sanen, armonicen y se devuelva el balance a cada órgano, tejido, músculo y componente físico y energético que poseo, usando como referencia la plantilla “etérica” diseñada por mi Yo Superior para esta encarnación como base para la construcción de mi cuerpo físico. Gracias.

Así, con esto, poco a poco, muy poco a poco, cada partícula que poseemos irá ajustándose a su estado natural más acorde al molde “perfecto” del que ha nacido el diseño del cuerpo humano que tenemos.

Ahora vamos con la segunda parte, la aceleración de los procesos de sanación y la desprogramación de las órdenes en las células para que estas no ejecuten los programas de “desequilibrio” que vienen por defecto en todos los virus y patógenos, algunos naturales, otros creados en laboratorios como este del que estamos hablando, y fumigados a la población por medio de múltiples medios y sistemas, desde los aires acondicionados, las emisiones de gases de los tubos de escape de los coches o los chemtrails.

La petición es la siguiente:


Solicito que se pongan en marcha en mi patrón metabólico, mi ADN, mi centro instintivo y en el resto de componentes físicos, etéricos y mentales, los procesos de auto sanación y auto recuperación latentes e inherentes a mis capacidades de salud presentes en ellos, activándolos por mi Yo Superior al nivel máximo que sea posible en cada momento y poniendo a funcionar todos los programas, capacidades, sistemas y funcionalidades codificadas en mi para la gestión y mantenimiento de la buena salud y estado físico y energético de mi estructura.

Solicito que se elimine de mi programación celular los componentes que facilitan y permiten que se reciban las órdenes e instrucciones energéticas codificadas en virus y elementos patógenos externos que causan y provocan la perdida de balance, disfunción y desarmonía en mi sistema físico y energético, de manera que sea mi Yo Superior quien gestione la activación o ejecución de este tipo de codificación si está acorde a mi bien mayor, o bloquee la ejecución de las mismas si no lo está. Solicito que se traspase directamente a la gestión de mi Yo Superior los programas de actualización de mi estado de salud por cambios en mis células cuando se reciben las órdenes e instrucciones para ello codificadas en estos elementos nocivos y negativos para mi salud. Gracias.

Con esto, de momento, hemos puesto en marcha parte de esas funciones “ocultas” y latentes en nosotros, que, a pesar de ser inherentes a muchas formas de vida, en el ser humano, lamentablemente, no forman parte de la caja de herramientas que traemos por defecto activadas en nuestros cuerpos y estructuras. Como mensaje final, transmitir calma, pues ahora los medios de comunicación bajo control de SC elevarán la alarma sobre este coronavirus a un nivel enorme, usando todas las instituciones y medios bajo su control para ello, pero, en un par de semanas, tendría que haber desaparecido ya del todo, pues el proceso de “desactivarlo” está avanzado y hay fuerzas muy poderosas asistiéndonos para ello.

Recordad que siempre podéis comprobar toda esta información por vosotros mismos a través de vuestro YS.

Un abrazo,

David Topí

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