En este sentido, podemos decir que la soledad es parte de la vida. Pero es también un sentimiento distinto para cada uno de nosotros, cada persona explica el sentimiento de soledad desde su historia personal, única y diferente a las demás. Lo que sí es común es que todos tememos a aquella soledad que nos hace sufrir y es importante aprender a estar solo para así gestionar nuestras emociones.
¿Por qué tememos a la soledad?
El sentimiento de soledad tiene que ver con el sentimiento de ser abandonado. Es ese sentimiento de rechazo, de no ser merecedor del amor del otro, lo que nos genera más miedo. Por ese algunas veces podemos sentir más miedo a la soledad cuando más cerca estamos de un vínculo afectivo, y por eso a veces nos defendemos de ese sentimiento des-vinculándonos o poniendo distancia emocional con los demás. También podemos hacerlo al revés, aferrándonos a alguien por miedo a estar solos.
Al sentirnos solos conectamos con la sensación de desamparo, de desprotección y de necesidad insatisfecha, que nos genera miedo, inseguridad, tristeza o angustia. El no poder conectar con el otro (que cuida, protege y acompaña) nos obliga a conectarnos con nosotros mismos, con quienes somos, con nuestros recursos, nuestros miedos y también con nuestro sentimiento de vacío.
El miedo a la soledad se transforma entonces en miedo a estar con uno mismo, a conectar con lo que hay en nuestro interior y descubrir ahí algunas emociones que pueden ser dolorosas: miedo, rabia, tristeza, o sentimiento de vacío.
Aprender a estar solo es un proceso que debemos gestionar
Aprendemos a estar solos durante nuestra infancia. La seguridad que nos da sentir que nuestras figuras de apego, la madre y/o el padre, están presentes nos permite explorar el mundo. Y nos permite también tolerar los momentos en los que están ausentes. Cuando el niño sabe que sus padres están disponibles, aun estando ausentes, se siente capaz y seguro de relacionarse con otros niños, de explorar e investigar el entorno que le rodea. Tolerar la soledad reside en la seguridad que hay alguien acompañando.
“La capacidad para estar solo se basa en una paradoja: estar a solas cuando otra persona se halla presente»- Donald Winnicott-
¿La soledad siempre nos hace sufrir?
En inglés existe la palabra loneliness, para definir la soledad que duele, que nos hace sufrir,el aislamiento social, y solitude, para definir la soledad que nos inspira, que nos permite conectar con nosotros mismos y ser quién somos. Lamentablemente en castellanos utilizamos la misma palabra para definir esta realidad tan compleja, pero es importante que podamos diferenciar las dos soledades.
Como ya hemos ido viendo durante el artículo, hay una soledad que nos hace sufrir, y que tratamos de evitar. Pero la soledad, y la capacidad de estar solo es también algo esencial para nuestro bienestar emocional, es una capacidad personal. La capacidad de estar solo se relaciona con la creatividad. Nos permite conectar con lo más real de nosotros mismos, con la espontaneidad, con lo verdadero, y desde ahí surge lo más creativo. No es extraño que los grandes artistas busquen la soledad para crear sus obras.
Si somos capaces de estar solos, de conectar y sentir nuestra soledad con bienestar, seremos capaces de conectarnos con los demás. Solo desde la aceptación de la soledad, que es la aceptación de quienes somos, de nuestros miedos y nuestras fortalezas, podemos relacionar-nos de una forma real y completa con los demás. De lo contrario, la relación con el otro se puede utilizar para evitar la soledad, y eso implica el riego a sufrir relaciones de dependencia emocional que nos pueden hacer sufrir.
“Es preciso haber asumido una soledad fundamental para poder encontrarse con los otros”. – Catherine Millot-
¿Cómo puedes aprender a estar solo?
Permítete sentir las emociones
El miedo a la soledad esconde el miedo a conectar con nosotros mismos y con algunas emociones que nos asusta sentir. Permítete sentirlas, puede que en la soledad aparézcala tristeza, añoranza, miedo o el sentimiento de vacío, pero al atreverte a sentirlo, podrás comprobar que puedes sostenerlo, y que estas emociones tienen un sentido para ti.
Descubre tu soledad y acéptala
Al atreverte a sentir esas emociones, puedes entender que es lo que es lo que estabas evitando al evitar la soledad. Puede que si evitabas la tristeza o la añoranza por una perdida, por ejemplo, el poder sentirlas te ayude aceptar y asumir la situación tomando un papel más activo y empezando a elaborar el duelo.
Permítete crear
Cuando te demuestres que eres capaz de sostener la soledad y conectar contigo mismo, conectaras también con tus recursos, fortalezas, limitaciones, e ilusiones, que te permitirán avanzar en tu vida de una forma creativa.
Conéctate a la vida
Solos desde esa aceptación de que la soledad es parte de tu vida, y desde conectar contigo mismo, podrás conectarte realmente con la vida. Conéctate con tus gustos, tus motivaciones e ilusiones, explora y descubre libremente lo que para ti tiene sentido y vincúlate con otras personas siendo quien realmente eres.
Aprende a aceptar la soledad y podrás relacionarte de una forma más libre
El miedo a la soledad nos puede llevar a establecer relaciones dependientes, o bien al contrario, a no vincularnos íntimamente para evitar sentir-nos dependientes. Nos puede llevar también a desconectarnos de nosotros mismos, a tomar demasiada distancia de nuestras emociones, nuestras limitaciones y nuestros recursos, en definitiva, a vivir desconectados de quienes somos y también de los demás.
Por el contrario, abrazar la soledad, asumirla como una parte de nosotros y de nuestra vida, nos llevará a conectar con nuestro interior, a conocernos, y potenciará nuestros recursos, nuestra creatividad y nuestra capacidad de relacionarnos con los demás de una forma libre.
Carles Molina
https://www.psicoemocionat.com/
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