Te invitamos a que explores esta habilidad junto a nosotros en La Mente es Maravillosa. Te contaremos en qué consiste, cómo hacerlo paso a paso y cuáles son los beneficios. De este modo, podrás identificar diferentes elementos que te están facilitando o no esta facultad. Además, a partir de este análisis podrás trazar un plan para mejorarlos.
«La mejor seguridad se encuentra en el miedo»
-William Shakespeare-
¿Qué significa «proyectar seguridad»?
Ver de qué trata cada una de las palabras nos ayudará a comprender el significado de esta habilidad. Proyectar según la Real Academia de la Lengua Española significa ‘lanzar, dirigir hacia adelante o a distancia’. Y, seguridad ‘sensación de total confianza que se tiene en algo o en alguien’. Entonces, proyectar seguridad vendría siendo orientarnos hacia la confianza.
Proyectar seguridad implica transmitir esa confianza. Por ello, a la hora de proyectar seguridad los demás también cuentan. Además, esta habilidad va de la mano de otras como: la empatía, la motivación, la autoestima, etc.
Hablamos de una habilidad que no se forja de un día para otro, aunque con una intervención inteligente podamos conseguir buenos resultados en poco tiempo. En la mayoría de las ocasiones conocemos personas que proyectan seguridad y creemos que nacieron con un don maravilloso. Pero no se trata simplemente de un don, es una habilidad que se va forjando, aunque sea de manera inconsciente.
¿Cómo proyectar seguridad?
Te mostramos paso a paso cómo hacerlo. ¡Acompáñanos!
1. Autoconocernos
Es el primer paso: si no sabemos quiénes somos, qué queremos y hacia dónde queremos dirigirnos, difícilmente seremos asertivos a la hora de proyectar seguridad. Entonces, hace falta que hagamos un viaje hacia lo más profundo de nuestro ser y conozcamos cada parte.
Por ello, debemos estar abiertos a encontrarnos tanto con nuestras luces como con nuestras sombras. Cada aspecto es imprescindible porque hace parte de nosotros: sabiendo cómo somos será más fácil diseñar estrategias para orientarnos hacia la confianza y transmitírsela a los demás. De esta manera, hablamos de un elemento facilitador.
Ahora bien, no creas que con un viaje bastará. Nuestro mundo interior, al igual que el exterior, también cambia. Somos dinámicos y abiertos a la trasformación a través de diferentes tipos de experiencias.
2. ¿Cuál es nuestra motivación?
Una vez que nos conozcamos, podremos hacernos la pregunta: ¿qué me motiva? Es una cuestión importante, ya que nos ayudará a encontrar una dirección. Así, obtendremos pistas sobre qué es lo que debemos hacer para alcanzar nuestro objetivo.
Además, la motivación está muy relacionada con nuestro estado de ánimo. Es sensible a la alegría y a la tristeza, al enfado o a la sorpresa. Darle espacio a cada emoción facilitará que encontremos aquella motivación que va a ser nuestro motor para conseguir proyectar seguridad.
3. ¿A quién nos dirigimos?
Debemos tener en cuenta a quién nos dirigimos. ¿Es una persona?; ¿Son muchas?, ¿Es cercana?, ¿Es un extraño? ¿soy yo? Contestar estás preguntas te facilitará saber de quién se trata y una vez lo sepas puedes comenzar a pensar cuál es la forma más asertiva de dirigirte.
Cuando hablamos de asertividad hacemos referencia a un estilo de comunicación que nos facilita conocer nuestros propios derechos y respetar los de los demás transmitiendo el mensaje de la mejor forma posible. Entonces, para proyectar seguridad hace falta ser asertivos, y para ello debemos comprender bien a quién nos dirigimos.
Por ejemplo, no nos dirigimos de la misma forma a un niño de 5 años que a un adolescente de 17 o a un adulto de 40. Incluso, aunque todas las personas tuvieran la misma edad, cada se diferenciará en otras variables: las características que dan forma al perfil de cada uno cobran mucho valor.
4. Potenciando la empatía
En el primer apartado mencionamos que podemos proyectar seguridad interviniendo sobre diferentes variables. Una de ellas es la empatía. Entender, tanto de manera emocional como de manera cognitiva, el estado mental del otro en sus circunstancias, acertar en esta especie de diagnóstico, hará que proyectemos una mayor seguridad en nuestras reacciones.
5. Escuchar
Parece sencillo, pero no lo es. Se trata de algo diferente a oír, que no implica necesariamente una acción voluntaria. En cambio para escuchar es necesaria la voluntad de prestar atención a lo que el otro nos dice, o lo que nosotros nos decimos.
Es un paso hacia la proyección de seguridad, porque al atender al otro conectamos con mayor facilidad. Y, al otro sentirse escuchado podrá ver en nosotros una persona segura. Además, al hacerlo con nosotros mismos, propiciamos la reflexión y facilitamos la capacidad de ser auténticos.
6. Resiliencia
Todos llegamos a tener fuertes dificultades, en las que nos sentimos agobiados y no sabemos qué hacer. Es importante que aceptemos que las cosas pueden salir mal, y que dejemos fluir las emociones que lleguen. Pero también es imprescindible levantarnos tras las caídas.
La resiliencia es esa capacidad de sobreponernos a los problemas. Es importante para proyectar seguridad, porque cuando caemos muchas veces dejamos de creer en nosotros y al hacerlo comenzamos a proyectar esa falta de confianza. Por ello, lo que transmitimos en esas ocasiones es falta de seguridad.
7. Aceptemos que no todo está bajo control
En algunos momentos las cosas se escapan de nuestras manos, es mejor aceptarlo; nadando contracorriente, vamos a conseguir mayor frustración. En cambio, si lo aceptamos, estaremos en posición de movernos mejor en nuestro medio.
8. Confiar en nosotros
La autoconfianza es un gran paso para llegar a proyectar seguridad y a cimentar nuestra autoestima. Así nos lo enseñan Isabel M. Hauessler y Neva Milicic en su libro «Confiar en uno mismo. Programa de desarrollo de la autoestima» , en el que hacen hincapié en la formación de la autoestima y el autoconcepto y muestran una serie de estrategias educativas.
Beneficios de proyectar seguridad
Cuando proyectamos seguridad contamos con grandes ventajas. Te mostramos algunas:
Se incrementa la autoestima.
Reconocemos nuestros errores.
Mejora nuestra capacidad de resiliencia.
Hay mayor autoconfianza.
Mejoran las relaciones con nosotros, con los demás y con la naturaleza.
Somos más creativos.
Incrementa el autoconocimiento.
Somos más asertivos en nuestras relaciones.
Se facilita la autenticidad.
Se potencia la espontaneidad.
Nos liberamos de tensiones.
Proyectar seguridad implica hacer un viaje a nuestro interior, además de una apertura al cambio. La seguridad nos hará ganar en espontaneidad, haciendo más frecuentes los momentos de complicidad
María Alejandra Castro Arbeláez
Atrévete a ser feliz.
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