Amados...
Nuestra realidad es el reflejo de nuestro interior y de todo
aquello que aún no hemos logrado
aprender en nosotros mismos, son aquellas “lecciones” que no hemos aprendido y
están latentes en nuestro sendero de vida y cada tanto re aparecen para
otorgarnos las posibilidad de auto sanarnos.
Más allá de nuestro entorno cotidiano, vivimos lo que debemos
vivir, según lo que nosotros somos, tanto en esta vida, como lo que traemos de
remanente de otras vidas.
No se es un “diamante”, cuando aún quedan aristas por pulir… Y
nosotros somos los únicos responsables de pulir las aristas de nuestro propio camino.
Si en nuestro interior existe una batalla emocional constante
entre la ansiedad, el orgullo, la negatividad y la soberbia, que disparan nuestros
pensamientos y actos externos, en el instante que no recibimos las respuestas
que esperábamos, seguramente que viviremos en un entretejido de confusiones y
malos entendidos entre nosotros mismos y nuestro entorno.
¿Cuál serán las respuestas que recibiremos…?
Las respuestas que recibiremos, de la realidad, del aquí y ahora,
serán, entonces, el reflejo de lo que portamos en nuestro interior.
Las frustraciones llegarán inevitablemente, así como las
desilusiones, pues intentamos construir nuestro presente a través de nuestras
sombras.
Cuando construimos nuestra realidad, desde lo que deseamos y
esperamos recibir en un futuro, sin tener en cuenta lo que si tenemos en este
presente, regresaremos una y otra vez al mismo lugar de partida, pero más
frustrados o desilusionados.
Somos lo que somos y no lo que esperamos recibir o lo que creemos
ser…
Somos lo que somos, Seres Humanos viviendo experiencias humanas…
Somos portadores de la Esencia Divina, de la cual, aún, no somos
conscientes de su existencia en nosotros, por dedicarnos a construir una falsa
realidad de sueños mortales.
Somos creadores y responsables de cada sentir, pensamiento y acto,
pero no somos conscientes que si lo que vivimos es desagradable, somos los
creadores también de ello y cuando aparecen las situaciones “desagradables”
llegan para hacernos recordar lo que debemos cambiar en nosotros mismos.
Vivimos culpando a los otros y hasta a nosotros mismos por lo mal
que nos sale todo, sin darnos cuenta, que gastamos energía buscando culpables,
cuando nuestra propia ignorancia y ceguera espiritual, no nos permite darnos
cuenta, lo que realmente somos.
Somos Seres Divinos encarnados en un cuerpo físico de Tercera
Dimensión, que en la actualidad se está despertando hacia la Cuarta Dimensión y
que debe trabajar mucho en su interior para escalar hacia la Quinta Dimensión…
Aceptación desde el amor, no es resignase a vivir eternamente como
orugas…
Las orugas necesitan tiempo, silencio y paciencia para transformase
en mariposas…
Las orugas se respetan a sí mismas y aceptan, su condición de
orugas.
El Ser Humano se cree mariposa siendo aún oruga, o en el peor de
los casos no logra aceptar sus transformaciones o la de los otros, pues cree
que las orugas no tienen capacidad para auto transformarse.
La transformación llega cuando se acepta el aquí y ahora, siendo
lo que se es, sin culpas ajenas o propias. A partir de esa primera aceptación
de la realidad de luces y sombras, se inicia el sendero hacia la Maestría.
Vivir en el aquí y ahora, implica soltar el pasado con sus cargas,
culpas y creencias…
Vivir en el aquí y ahora, es soltar todas las creencias que
apuntan al futuro como tabla de salvación o como barco hundido en un huracán que
nos arrastra sin posibilidades de sobrevivir.
Llego el instante sagrado de aceptar lo que somos…
Soltar el lastre…
Bendecir el pasado…
Olvidarse del futuro ingenuo…
Vivir ahora…
Con la responsabilidad de apreciar cada
minuto,
Como único e irrepetible.
Llego el instante Sagrado de sonreír, a
pesar de…
Llego el instante Sagrado de no bajar los
brazos, a pesar de…
Llegó el instante Sagrado donde el amor y
la paz interior sean…
El manantial de nuestro corazón conectado
a nuestro Ser Superior…
Ese instante Sagrado es ahora…
Somos Luz, somos Paz, somos Amor…
Somos eternos…
Los Amo!!!
Con Amor, Ashamel Lemagsa.
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