Habitualmente, no expresar lo que se siente crea frustración y si nos vamos guardando las cosas, al final puede desembocar en estrés. A continuación vemos los 6 motivos más habituales por los que nos cuesta decir lo que sentimos.
Guardarse lo que uno siente no es positivo, pues al final todos esos sentimientos tienen que salir al exterior.
1. Perfeccionismo
Muchas personas piensan que los sentimientos negativos no deberían sentirse, cuando en realidad, todo ser humano a sentido alguna vez miedo, rabia, ansiedad, tristeza, etc.. Unos lo reconocen y sacan hacia afuera lo que sienten y otros lo ocultan porque piensan que es de débiles sentirse mal.
El perfeccionismo en este sentido es un pensamiento irracional, porque no hay ser humano perfecto que no se sienta mal alguna vez. La mayor valentía es reconocerlo. Ocultarlo y guardarse lo que se siente, a largo plazo podría dañar la salud. Si no es posible expresarse dentro de un entorno de confianza, por lo menos sería bueno escribir y sacar hacia afuera toda la negatividad sentida.
2. Miedo al rechazo
A menudo, el miedo al rechazo está detrás de la incapacidad de mostrar sentimientos, sobre todo los relacionados con el amor. Solemos creer que si nos declaramos y no somos correspondidos será humillante, cuando en realidad que no nos correspondan no es algo tan malo, no tiene nada que ver con la valía personal.
También a menudo se dejan de expresar desacuerdos por miedo al rechazo. Pero en realidad, es mucho mejor que alguien nos rechace por mostrar nuestras opiniones verdaderas que callarse por contentar, porque no veríamos si esa persona nos acepta tal cual somos.
3. Temor a entrar en conflicto
El temor a entrar en conflicto, consiste en no expresar las opiniones personales para no hacer daño o que no se enfaden. Este temor a enfadar, lo suelen tener las personas que no se ven capaces de enfrentarse a una discusión acalorada, se teme no estar a la altura cuando el otro pierda el control de las emociones.
Con este temor, se tiende a huir de los problemas en vez de enfrentarlos con nuestras opiniones, lo que podría resentir la autoestima en un alto grado, ya que callarse por no enfadar o no hacer daño indica que damos más prioridad a los demás que a nosotros mismos.
Por mucho que intentes huir de los problemas, ellos siempre te estarán esperando a la vuelta de la esquina para que los afrontes.
4. El poder de la adivinación
Consiste en mantenerse en silencio. No se dice lo que se piensa porque creemos que los demás están obligados a saber lo que nos pasa. Sin expresar sentimientos, deseamos que otros los adivinen y nos ayuden sin pedirlo.
Suele pasar la mayoría de veces en entornos familiares o de íntima amistad. Creemos que por el hecho de que nos quieren deben saber en todo momento lo que nos pasa y nos deben ayudar justamente en el momento que lo necesitamos. Un pensamiento muy erróneo porque por mucho que nos conozcan es difícil adivinar lo que cada cual necesita y siente en cada momento.
5. Dar todo por perdido
Consiste en tener un pensamiento tan negativo que se cree que por mucho que expresemos nuestros sentimientos no habrá solución. Entonces la persona no saca hacia afuera lo que siente porque no cree que nada se pueda solucionar.
Esta falta de esperanza puede acarrear grandes malestares y tristezas, porque sin una visión positiva y esperanzadora se cae en el estancamiento. La persona se deja llevar por la corriente sin poner nada de su parte, porque piensa que nada se puede hacer por mucho que se queje o diga lo que siente.
6. Baja autoestima e incapacidad de expresar sentimientos
Una baja autoestima provoca la incapacidad de expresar sentimientos, porque se piensa que uno no tiene el derecho de pedir nada. También se tiende a pensar que la opinión propia no interesa a los demás, así que se opta por guardarse las cosas.
Si uno mismo no se siente valioso, no creerá que vale la pena expresarse ante el mundo. Debemos recordar que cada ser humano de este planeta puede hacer algo valioso y puede ser importante para alguien. Siempre se puede ser brillante en alguna faceta, así que date el valor que te mereces, ya que tenemos los mismos derechos que cualquier otra persona.
Cristina Pérez
Atrévete a ser feliz.
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