miércoles, 19 de junio de 2019

Cómo desarrollar la autoconfianza


Hay un aspecto en la vida que puede definir por completo que nuestro camino vaya por uno u otro lado. Nos referimos a la autoconfianza, pues esta condiciona hasta las decisiones y actos más pequeños de nuestro día a día, actos que, aunque no lo veamos, tienen grandes consecuencias. Vamos a ver cómo desarrollarla.
Cómo formamos nuestra autoconfianza

Uno de los aspectos que más daño hace a nuestra vida, aunque no nos demos cuenta es la falta de confianza en nosotros mismos. Esto suele ser consecuencia de una educación en la que no se ha fomentado este aspecto o en el que se ha sido excesivamente crítico o exigente con el menor.


No tener confianza en nosotros mismos nos vuelve débiles y muy vulnerables ante los problemas del día a día. Por mucho que queramos evitarlo, no estamos a salvo de imprevistos y complicaciones a las que tendremos que hacer frente con la mayor entereza y seguridad posible.

Por lo tanto, ante las pruebas que la vida pone por delante, debemos estar preparados. Y aquí es donde entra en juego la autoconfianza, un pilar básico para que podamos resolver conflictos y problemas con éxito.

Mejorar esta capacidad es fundamental por lo tanto para conseguir esto y, aunque no se fácil, pues no lo es, son muchas las cosas que podemos perder por esta falta de confianza. Así que más nos vale trabajar para desarrollarla y fortalecerla.
Pasos para desarrollar la autoconfianza

Pero, ¿cómo se desarrolla la autoconfianza? Lo primero que tenemos que saber es que habrá que superar miedos. Afrontar una entrevista de trabajo, establecer una relación personal, resolver conflictos, o algo tan fácil como decir lo que pensamos es algo que debemos aprender a hacer con confianza.

Antes de nada, es importante identificar dónde está esa debilidad y de dónde viene. Si esta ha sido generada o fomentada (o sigue siéndolo) por personas, debemos intentar alejarnos en la medida de lo posible de ellas y de su influencia.

Hay que entender que a veces las personas que nos quieren, como la familia, suelen inculcarnos esta falta de confianza por sus propios miedos. No obstante, somos seres totalmente capaces de superarnos y de vivir por nosotros mismos.

Por ello, la autoconfianza pasa por conocerse a uno mismo. Puedes hacer una lista de cómo te ves a ti mismo, cuáles crees que son tus puntos fuertes y cuáles tus puntos débiles. Los primeros deben servir para hacerte sentir seguro, y los segundos verlos únicamente como puntos en los que puedes trabajar para mejorar.

Céntrate en qué puedes hacer para que esto que te hace sentir inseguro cambie. Para esto es bueno pensar en anteriores experiencias que hayamos podido tener y ver cómo lo hemos afrontado en ese momento.

Seguro que encuentras momentos en los que te has superado, cuando creías que no serías capaz de hacerlo. Piensa y medita en cómo lo hiciste y verás que, si lo has conseguido una vez, podrás hacerlo otras tantas veces más.

En el caso de las veces que sientas que has fracasado, también es conveniente hacer una lista de qué cosas no funcionaron, dónde crees que fallaste y qué podrías haber hecho para evitarlo.

Si detectas que tu falta de confianza tuvo algo que ver, verás claramente lo que debes cambiar para próximas veces. Sé consciente durante tu día a día de las pequeñas cosas en las que puedes mejorar y vencer tus miedos. Verás que poco a poco y sin apenas darte cuenta, lo vas consiguiendo.

Por todo ello, lo ideal para aumentar tu autoconfianza es enfocarte en todo lo que puedes lograr hacer, siempre dando pequeños pasos y poniéndote pequeños retos. No es necesario (ni tampoco realista) cambiar patrones de comportamiento arraigados en apenas unos días.

Lo mejor es detectar cuáles son las pequeñas situaciones del día a día en las que te das cuenta de que tu falta de confianza en ti mismo te afecta negativamente. Una vez sepas cuáles son, empieza por trabajar en cambiar alguno de tus comportamientos, y verás que poco a poco vas asumiendo esa nueva forma de afrontamiento.


También hay que ser consciente de lo que se tiene, agradecer las oportunidades que la vida nos da y asumir, por supuesto, que no somos perfectos. Los errores son algo que es necesario cometer para aprender y no debes castigarte por ello. Todo forma parte del proceso de aprendizaje.

Una vez que interiorices estas ideas y seas respetuoso contigo mismo y con tus propias debilidades, aumentarás la confianza en ti mismo y esto se percibirá también desde el exterior y en tu entorno.

Por lo tanto, debes avanzar hacia la aceptación de ti mismo, saber que mereces todo lo bueno que te suceda y no castigarte por tus errores, sino verlos como una oportunidad de mejora y de avance. Verás que poco a poco te sentirás cada vez más a gusto contigo mismo.

En fin, desarrollar la autoconfianza es fundamental si queremos que nuestra vida vaya en consonancia con nuestros sueños y alcanzar nuestras metas. Para ello es importante hacer un trabajo en profundidad, conocernos a nosotros mismos, aceptarnos y superarnos cada día.

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