La forma de responder a esos momentos difíciles es lo que realmente define a la persona que somos y también lo que nos hace valorar de manera profunda el resto de situaciones y eventos. Cuando una persona es capaz de navegar por esas situaciones difíciles no solo crece interiormente, sino que aprende a valorar la felicidad desde una nueva dimensión que le hará ganar en fuerza interior y en sabiduría.
Incluso en la situación más desesperada hay esperanza. Es más fácil de decir que de aplicar, pero es posible salir del hoyo y superar lo que sucede. Mucha gente lo ha hecho. No es fácil, pero nadie dijo que lo fuera. Aquí van unos consejos que pueden ayudarte a superar esas situaciones ahogan y asfixian y de las que parece, en un primer momento, que no se puede salir.
Esto también pasará
Sabes por experiencia propia que todo pasa, que nada dura para siempre. Esa situación de dolor y angustia que sientes también pasará. Da igual lo abrumadora o intensa que sea. Pasará también. Así que no te aferres a tu dolor para superar.
Déjalo fluir, siéntelo, pero sin apego.
No te sientas culpable por experimentar dolor ni intentes buscar responsabilidades, ni dentro ni fuera de ti. Buscar culpables no solucionará nada, solo acrecentará la ira. Siente tu dolor, es tuyo, y deja que fluya. Tarde o temprano se irá, pero solo lo hará cuando salga, cuando fluya y encuentre así la salida.
Eres fuerte, tan fuerte como quieras ser
Hay fuerza y fortaleza dentro de ti, tanta como quieras. Solo tienes que sacarla. Si no sabes cómo de fuerte eres es porque todavía no has necesitado usar esa fuerza encerrada en tu interior. Ante una situación difícil, tienes la oportunidad de liberar esa fortaleza interior.
¿No sientes esa fuerza? Eso es debido al miedo que sientes, un miedo paralizador que puede hacerte pensar en barbaridades. Pero todo eso que tu miedo te dice es mentira. Tú puedes superar esa situación porque tienes dentro de ti las herramientas para hacerlo. Búscalas, sácalas y ponlas a trabajar.
Haz que tu voluntad se imponga a tu mente, que la razón se imponga al corazón. Acepta el hecho de que tienes que sacar esa fuerza, aunque duela. Sé valiente para tomar la decisión de controlar tus pensamientos.
En situaciones difíciles no dejes que nadie dicte tu realidad
El dolor y la pérdida son parte de la vida. Todos pasamos en algún momento por momentos dolorosos. No dejes que la forma de afrontar el dolor de los demás definan cómo tienes que enfrentarte a tu propia realidad. Es tuya, no de nadie más.
No hay una forma correcta de sobrellevar el dolor, no tienes que ser políticamente correcto. Decide por ti mismo qué hacer. Busca en tu interior lo que necesitas hacer para dejar que el dolor fluya. Decide dónde está tu fuerza interior y cómo vas a sacarla.
No te concentres en lo que no puedes controlar
Ante situaciones difíciles hay muchas cosas que no puedes controlar. Pero nos aferramos a ellas, intentamos buscarle explicación y encontrar a los culpables. Y en ese intento de control nos aferramos a la ira y al dolor.
Suéltalo, no te concentres en lo incontrolable. Deja que fluyan tus angustias para poder liberarte e ellas, y luego concéntrate en buscar paz tu interior. No puedes controlar la situación, ni siquiera tus emociones. Acéptalas sin apego. No intentes dominarlas.
Todo tiene un sentido: búscalo
Todo en la vida tiene un sentido, una razón, algo que aportar. Solo tienes que buscarlo. Confía en que puedes aprender algo bueno de todo lo que te pasa, incluso de lo más doloroso. No intentes comprender ni manipular la situación. Simplemente deja que ella te ofrezca algo que puedas aprovechar para aprender y ser más fuerte.
El novelista Dean R. Koontz dijo una vez que las oraciones sí reciben respuestas, pero hay que escuchar con atención y creer en la respuesta. Dios no grita, él susurra. Y en los susurros está el camino. Aplícalo a tus creencias. La idea es igualmente válida.
LA MENTE ES MARAVILLOSA.
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