Cree en tu intuición.
Es la voz del corazón y en la fuerza interior. Si tu intuición y tu corazón te dan un mensaje concreto, síguelo sin miedo, ya que lo más probable es que tengan razón. Lo mejor de todo es que aparte de darte fuerza, esta afirmación es cierta. Por eso te animo a incorporarla desde hoy mismo a tu vida y a conectar de nuevo con tu esencia ganadora. Recuerda que tú ya eres una mujer ganadora, lo que pasa es que quizás se te ha olvidado… por eso necesitas recordártelo.
Todo cuanto te rodea, todo tu ser, hasta el universo mismo está de tu lado.
Hay personas que necesitan ver para creer… sin embargo, a veces hay que creer antes, para poder ver. Confía en ti, confía en el universo y siente en lo más profundo de tu corazón que todo cambio va a ser siempre para mejor.
Todo cuanto te rodea, todo tu ser, hasta el universo mismo está de tu lado. Esta es una afirmación muy potente que te dará mucha fuerza. Pero hay momentos de la vida en los que hay que realizar cambios más grandes, tomar decisiones importantes que afectarán tu futuro, cambiar intencionadamente, cambiar porque sabes que aunque cueste es lo mejor para ti.
Sin embargo, al despertar, despertamos al cambio, todo lo que nos rodea está siendo seducido por el cambio, tu cabello no es el mismo, ni tu piel; observa las plantas, esas flores que tienes en la casa no tienen el mismo brillo que hace unos días, las mascotas, los niños, la ropa; todo está siendo atrapado por el cambio; por la transformación. Y paradójicamente tenemos miedo al cambio, resistimos al cambio, e intentamos permanecer en el mismo sitio.
Por ello, conviene tener presente que nada es seguro en esta vida, que todo fluye y cumple su ciclo, aún muy a pesar de nosotras mismas. Resistir a esta idea es como pretender detener el cauce de un río con el simple hecho de pararnos sobre el agua. Y el perder forma parte inevitable del vivir. Incluso a veces tenemos que perder para ganar, pero ten presente algo “perder” es una forma de observar la vida. Puedes volver a mirar, y descubrirás que lo que creías que perdías era sólo una ganancia.
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