La vida es causa y
efecto, la energía se
mueve constantemente desde nuestro interior hasta nuestro exterior,
emanando y reflejándose en cada pensamiento, en cada palabra y en cada
acción nuestra, de esta manera vamos generando una dinámica en nuestro entorno,
donde la energía fluye o se estanca y todo lo que llega a formar parte
de nuestra vida, tiene una conexión directa con nuestro estado
interior y nuestro estado mental.
Todos nos encontramos en
un estado de vibración constante, pero algunos más que otros aumentan
considerablemente sus niveles de buena vibra o energía positiva poniendo en
práctica algunos hábitos que además de atraer el poder
energético, también contribuyen a nuestra salud, no se trata únicamente de
hacer rituales o limpiezas especiales para atraer la buen energía, todo parte
de los hábitos esenciales en nuestra vida, entre ellos:
El ayuno, al
menos una vez por semana debemos limpiar nuestro organismo solo consumiendo
agua y frutas que también contengan grandes cantidades del líquido elemento y
nos permitan depurar nuestro cuerpo de toxinas contaminantes.
Cuidar nuestra alimentación,
evitemos en lo posible las grasas saturadas y comida chatarra, reemplazándolas
por frutas, verduras, cereales y carne de soya consumidos en pequeñas porciones
varias veces al día, en la medida en que cuidamos lo que ingresa a nuestro
cuerpo, iremos observando el cambio en el organismo y en la calidad de vida,
así como el efecto de los pensamientos en las acciones, todo consiste en
depurar.
Concientiza tu respuesta,
realicemos inhalaciones y exhalaciones de manera pausada, llenando el abdomen y
los pulmones y haciendo consciencia del oxígeno que recorre cada lugar de
nuestro cuerpo y de lo que liberamos a través de el.
Mantén una imagen de ti mismo el suficiente tiempo
y de manera constante en el ojo
Invierte instantes en la meditación y
el silencio, puedes hacerlo como mejor se ajuste a tu tiempo y
convicción, pero regálate este espacio de conexión.
Actúa con coherencia,
hagamos que nuestros pensamientos,
palabras y acciones estén ligadas sin contradecirse, sin causar daño a nadie,
seamos compasivos y considerados con los demás y no olvidemos que cada una de
nuestras acciones tiene un efecto, y nuestros pensamientos también tienen
influencia en los demás.
Ocúpate de vivir el presente, cicatricemos
las heridas del pasado y no pensemos en el futuro con ansiedad, especialmente
porque la vida transcurre en el presente y solemos desconectarnos continuamente
de el, pensando en el futuro y viviendo de ilusiones.
Si bien al comienzo es
difícil poner en práctica todos estos hábitos a diario -sobre todo, los
referidos a la meditación-,
podremos alternarlos un día sí y otro no, hasta que con la costumbre se vuelva
natural llevarlos a cabo y comencemos a darnos cuenta de los beneficios que
traen a nuestra vida.
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