Este es un tema muy amplio que me viene dando vueltas en la cabeza, trataré de analizarlo lo mejor posible, basándome en propia experiencia y en textos leídos y también en material que puedo bajar de las dimensiones superiores de luz. Por supuesto este análisis es orientativo y no debe ser tomado como una “regla” o código a emplearse en la propia evolución o sanación.
Como siempre, tiene que prevalecer el discernimiento de cada uno ya que, muchas veces lo que para uno resulta fabuloso a otro no le sirve, así que cada uno rescate o no la información que le pueda ser de utilidad.
Como Creadores que somos establecemos facetas nuestras que concuerdan con las situaciones que tenemos que enfrentar, aparte de las facetas humanas relacionadas, que incluyen al niño, los padres, los esposos, los empleados, los trabajadores espirituales, los entusiastas del deporte, los consejeros, etc. que son las más corrientes en nuestra vida.
Tenemos también una amplia cantidad de facetas que incluyen las de vidas pasadas, de los sueños y las de los reinos multidimensionales. Estas facetas se pueden presentar o desaparecer de acuerdo a nuestras necesidades.
Es interesante ver cómo y porqué creamos estas facetas y también la cantidad de facetas que pueden crear caos y confusión y cómo podemos hacer para que la energía de todas estas facetas sea reunida y nos sirva en el Ahora. El caos y la confusión generalmente se producen porque nos hemos fragmentado en algún momento de nuestro viaje evolutivo, puede ser en esta vida o en anteriores, y al final no estamos conscientes de estos fragmentos.
Todos estamos compuestos de facetas, teniendo muchas, muchas facetas del Si Mismo, de nuestro propio Ser. Aquí nos podemos plantear la pregunta del millón: “¿Quién soy Yo? ¿Quién eres tú?”, siendo esto lo que nos impulsa a lo largo de nuestras distintas vidas y durante todo nuestro desarrollo desde los reinos angélicos hasta la vida actual.
Las distintas facetas nuestras son diferentes identidades que hemos creado para poder manejar situaciones que se nos presenta. La parte nuestra que crea estas facetas es el alma, que trata de conocerse a si mismo, y que luego de crearlas las bendice y las libera. Estas facetas después de ser liberadas, pueden crear sus propias facetas, las cuales a su vez siguen con el programa de multiplicación y es así que somos un número infinito de las mismas.
Al ser los creadores de las distintas facetas, cada una de ellas reflejan nuestra energía y por consiguiente cada una en primera instancia nos reflejará, pero luego se transformará, adaptará y ajustará y luego creará su propia identidad. Esta imagen nuestra luego continúa expandiéndose, transformándose y cambiando hasta llegar a un punto en que no se parecerá para nada a nosotros, pero el núcleo de su energía es simplemente un reflejo de nuestra energía.
Como seres espirituales que somos nos adaptamos y ajustamos a situaciones, creando para ello distintas facetas para poder manejarlas. Aquí podemos ver que hay como un hilo nuestro, de nuestra esencia, corre a través de cada faceta que hemos creado.
Tal como dije al principio nosotros tenemos múltiples facetas, las que representan nuestra firma en la cuenta bancaria, en las tarjetas de crédito, en nuestros nombres, las que representan al niño, a la pareja, a los padres, etc., como adolescentes, como adultos representando el problema físico que podremos tener. Generalmente es una faceta nuestra la que va a cumplir con un horario de trabajo, y no nuestro ser total.
Esto no debería ser de esta forma, pero nuestras facetas se pueden comparar a burbujas hechas del jabón líquido, las que al soplarlas salen volando en hermosos colores del arco iris, y es así como tenemos facetas que flotan a nuestro alrededor, sin embargo todas proceden de la misma fuente. Hay veces que nuestras facetas flotan lejos en lugar de estallar y desaparecer, saliéndose de nuestra dimensión de conciencia. No podemos verlas más, pero sabemos que están ahí aunque se han zafado de su identidad. Casi podríamos decir que han emprendido su propio viaje, y es aquí donde comienzan nuestros problemas ya que nos hemos separado de una parte nuestra. Se ha fragmentado nuestro propio Ser y se han creado varias facetas diferentes, y esto produce un cierto desequilibrio nuestro.
Tenemos que estar conscientes que por ejemplo Anita no es todo mi Ser. Otra parte más importante es Alexiis, que evidentemente es más completa o es una esencia más simple de mí, y luego de ello viene lo que todos conocemos como el “Yo Soy”, siendo por consiguiente Anita una faceta más terrenal del “Yo Soy”.
Podemos mencionar el caso de nuestro amado Maestro Tobías, el cual va a volver a un cuerpo físico, al que ha estado preparando durante bastante tiempo para este regreso, pero a pesar de que Sam es un nexo directo de Tobías, pero debido a que todos emanamos de la misma esencia hay un hilo conductor desde Tobías hasta Sam. Sin embargo Sam, a pesar de tener esta conexión con Tobías, va a tener su propio Ser, su propia faceta del “Yo Soy”, como así también su propio cuerpo, sus propios valores.
Andando el tiempo esta interconexión se va a disolver, pero a un nivel profundo Sam va a poder conectarse y sentir la esencia del que se conoció anteriormente como Tobías, y recordará muchas de sus experiencias, pero no es Tobías.
En esta época de nuestro sendero evolutivo resulta necesario que encaremos la integración, o sea el reequilibrio, de todas las partes perdidas que están flotando ahí afuera, trayéndolas al momento del Ahora.
Al haber tenido muchas, muchas vidas, las que han llevado a la formación de las distintas facetas del “Yo Soy”, se hace necesario que en esta vida, la cual es distinta para los seres humanos que estamos queriendo llegar a la ascensión, encaremos la integración de cada faceta, juntando todas las partes fragmentadas que se hallan ahí afuera, incluso las partes perdidas en los éteres de las vidas pasadas, o en otros reinos y se trata de volver a juntar todas esas partes y piezas.
A través de esta reintegración nuestro “Yo Soy” recibe toda la información de las experiencias vividas por nuestras facetas, las que durante su estadía en aquellas otras partes, incluso llegaron a olvidarse de su misión original, que era salir y aprender, experimentar, evolucionar y crecer, así que el “Yo Soy” está deseando el regreso de estas facetas para poder completar su evolución y su ciclo.
Mediante esta reintegración permitimos que esta energía fluya de vuelta al “Yo Soy”, a la fuente, para que este pueda seguir expandiéndose hacia el próximo nivel, ya que esto es toda la razón que hay detrás de este reconocimiento.
Hay seres humanos que tienen tal capacidad de fragmentarse que incluso creaban facetas visibles para otros, permitiendo la aparición de las mismas en otras partes del planeta que la fuente original de las mismas, y que actuaban por cuenta propia a veces no tan de la luz, y que en muchos casos luego ya no podían ser controlados por su propio ser y ello hizo que se manifestasen reacciones adversas hacia ustedes mismos. Estas facetas ya no querían ser controladas ni manipuladas.
Muchas veces a raíz de traumas en los que estamos sumergidos, creamos facetas o fragmentos para tratar de lidiar con el estrés, el dolor y la emoción en nuestra vida. Con frecuencia estas facetas que enviamos hacia fuera en ese momento de nuestra existencia, ahora quisieran reintegrarse a nosotros, pero están confundidos, están llorando, están enojados y por estar heridos hallan que es muy difícil el regresar a este momento de nuestro Ahora. Esta falta de reintegración produce en nosotros una especie de desequilibrio lo cual dificulta nuestra evolución.
Una de las formas para ayudarnos a solucionar esta cuestión es mediante la respiración, una respiración llena de amor, de compasión, yendo de adelante para atrás, formando un puente para que estas facetas puedan regresar al hogar, a la fuente.
Otra cosa que tenemos que tener en cuenta, sin que ello deba ser motivo de temor o ansiedad, es que también tenemos facetas que se hallan en los reinos no físicos, o sea facetas del Yo Soy que andan deambulando en los reinos cercanos, los que en realidad son anteriores a nuestra llegada a la tierra. Todas estas facetas están interconectadas con nosotros, pero no son “nosotros”.
Todos nosotros tenemos estas facetas o aspectos nuestros vagando por todas partes, muchas de ellas sin objetivo, otras con un dolor profundo, algunas incluso maliciosas e incluso desagradables, pero todas ellas sienten en el fondo la necesidad de volver.
Nos podemos preguntar ¿cómo se hará esto, cuándo y dónde? Es en esta vida, en el ahora que tiene que producirse esta reunión, ya que nosotros hemos evolucionado hasta este punto como para brindar un lugar seguro al cual regresar.
Todo esto no significa que repentinamente tome posesión de nosotros la energía de las distintas facetas, sino que tenemos que juntar a todas las distintas facetas nuestras que andan vagando por ahí, a fin de poder nosotros integrarnos a la Nueva Energía. Ahora se sobreentiende que esta fusión y esta recolección de las distintas facetas será hecha por los seres humanos que tienen un cierto grado de evolución y con ello están preparados para esto. Por supuesto hay una cantidad de humanos que todavía están dormidos y por consiguiente esta enseñanza no es para ellos.
Ahora bien, volviendo a la pregunta anterior de cómo llevar a cabo esto, considero que la mejor forma es mediante la respiración, manifestando compasión, ternura, y amor. Tenemos que sentir que amamos a nuestras distintas facetas y que sin ellas no somos nada. Esta percepción es la que equivale al llamado para que vengan a reintegrarse.
Para todo esto, antes que nada tenemos que amarnos a nosotros mismos, estar conscientes de quienes somos, qué es lo que venimos a hacer en esta vida. Fundamentalmente una de las misiones que venimos a realizar, es la de volvernos íntegros nuevamente, incorporar de nuevo todas nuestras facetas. Es importante estar plenamente en el Ahora para que nuestras facetas perciban que pueden regresar a un hogar que está firmemente anclado.
Estas facetas al regresar no se reintegran enseguida en el estado de ser, o sea el alma. Ellas tienen que regresar primero al punto de separación, para luego poder fusionarse. Nuestra alma en las realidades manifiestas solamente Es, pero se expresa hacia fuera y ese es el punto de reunión de las facetas. Esto es lo que llamamos la Vida, el Ahora, por eso es en ese momento en que las facetas, aún las que están lastimadas, heridas, pueden regresar a nosotros.
Ahora una pregunta lógica sería: “¿Cómo reintegrar facetas de las cuales no tengo idea, ni sé cuántas tengo, ni como identificarlas?”
Nadie de nosotros está en condiciones de recordar todas nuestras facetas, ya que algunos tenemos miles o millones, y ellos tienen la costumbre incluso de ocultarse frente a nosotros, si se nos ocurre salir a buscarlos, e incluso pueden producir su propia fragmentación y ello hace imposible que queramos salir y reconocerlos.
Basta con que comprendamos que ellos quieren volver a casa, en cierto nivel todos ellos quieren volver, quieren reintegrarse, quieren ser descubiertos nuevamente, pero tenemos que estar conscientes que esta fusión no se producirá enseguida en nuestro estado de vigilia, en nuestro estado consciente.
Es por ello que mucho del acercamiento con nuestras distintas facetas se produce durante nuestro estado de sueño, ya que el mismo permite un acercamiento mutuo, una toma de contacto, una manifestación de amor, y es así que muchos de los sueños que tenemos en la actualidad, y que nos parecen extraños y que no entendemos, representan distintas facetas nuestras con las que interactuamos en el estado de sueño.
No es conveniente que intencionalmente tratemos de ir a otros reinos, a otras dimensiones para encontrar a nuestras facetas y hacerlas regresar. Esto podría producir un desequilibrio ya que no estamos en condiciones de manejarnos en las otras dimensiones, a nivel consciente y es por ello que no tienen sentido tratar de recordarlas ya que basta con crear un espacio seguro, lo cual ellas percibirán, sentirán, escucharán y ello hará que comiencen a regresar.
Otra pregunta que nos podemos formular es: ¿Cuál es el beneficio que obtenemos de esta reunión?
Es la paz que se nos brinda, es como tener paz mental al sentirnos íntegros, al tener reunidas todas nuestras distintas facetas ya que con ello terminamos un ciclo y así poder avanzar hacia el próximo. Esta elección que hacemos, la de la reintegración, nos brinda mucha alegría y también es una bendición. Ser conscientes de Yo Soy el Que Yo Soy. Una vez que logramos esto en el próximo nivel ya no necesitamos crear más aspectos, sino que simplemente Somos y podemos experimentar lo que hemos descubierto.
También existen momentos en los que hemos creado a propósito y con intención facetas nuestras, por ejemplo si estamos enojados, entonces esa faceta sale como parte nuestra pero no es nuestro Yo real. También podemos crear una faceta que es la parte nuestra que sale a trabajar y que es muy autoritaria, pero esto simplemente es una parte nuestra, no lo somos en su totalidad.
Hay casos en los que entre varias personas se crea una faceta a la que se le da su propia identidad y la energía de la fuerza de vida, creando así un ser que no tiene alma. Estos seres de hecho existen en otros reinos, por ejemplo al que se conoce como “Satanás” es una faceta del temor de la gente, la falta de conciencia de Si mismos y diversas otras cosas. Al que se conoce como Satanás es un ser sin alma y en cierto sentido no existe, pero la conciencia colectiva ha hecho que exista el que se denomina como Diablo y hay personas que realmente se encontrarán con él.
Esto demuestra que aún estas facetas, estas creaciones de fragmentos, pueden ser traídos a la vida y la conciencia colectiva teje una ilusión a su alrededor, haciendo que sean verdaderos, reales y que existan en el Ahora. Pero por otro lado, ellos no existen, son nada, absolutamente nada.
Para nuestra tranquilidad sea mencionado que nuestra alma, nuestro ser, generalmente crea una entidad sola en cuerpo físico ya que lo contrario representaría un drenaje muy fuerte de energía. Lo que sí se puede producir es que el ser se fragmente y de ahí una de las facetas se subdividirá.
Al reunir nuestras distintas facetas para reintegrarlas, también se presentarán las que han estado enganchadas en adicciones, pero al estar nosotros conscientes de que esa faceta ya no es apropiada tenerla, entonces ella se reintegra a nosotros como creadores, pero la experiencia de la adicción se convierte entonces como esencia nuestra. Es decir, nosotros podemos beneficiarnos de ello, ya que no sigue trayendo energías adversas.
Estos fragmentos que se habían separado de nosotros no tienen alma, son solamente energía dividida, separada, que partió, y por consiguiente no son seres creadores.
Tal como he comentado las facetas negativas, también es muy beneficioso crear facetas nuestras que reflejan nuestra capacidad por ejemplo como deportista, escritor, músico, etc. Esto resultará muy beneficioso siempre y cuando estamos bien equilibrados, operamos en amor y estamos en nuestro lugar seguro en el ahora. Esto permitiría una gran expansión nuestra, ya que podemos tener muchísimas facetas distintas, siempre y cuando estamos en nuestros cuerpos, respirando profundamente, gozando de la vida y entonces nuestras facetas también disfrutarán de sus propias experiencias.
Un ejemplo de ello sería, lo que pasa a tantos de los Trabajadores de la Luz, el hecho de no poder crear la abundancia requerida para el tranquilo desempeño de la misión de cada uno. Generalmente escuchamos el comentario que no saben como hacerlo, pero hay una faceta nuestra que sí lo sabe, entonces nos conviene mandarla afuera para que descubra lo que tenemos que saber y que traiga esa sabiduría – o ese dinero – de regreso a nosotros en esta realidad.
Otro caso es cuando no nos creemos merecedores de pertenecer a la Nueva Energía, entonces como reales creadores tenemos crear la faceta respectiva, permanecer conectada con ella y aprovechar las experiencias y vivencias que la misma tenga.
Como tantos otros ejemplos también podemos crear una faceta juvenil de nuestro ser, ya que eso nos mantiene en un estado de biología saludable y permitir que todas esas energías se integren dentro nuestro.
Al ser multidimensionales podemos crear muchas facetas distintas para desempeñar roles distintos en la vida, pero siempre debemos estar conscientes de nuestro propio ser, en el ahora, pudiendo lograr todo ello mediante la respiración, tal como ya se mencionó anteriormente.
Las distintas facetas que andan por ahí afuera siempre regresarán a nosotros, si estamos equilibrados, viviendo en el Ahora. No les tenemos que tener miedo, tenemos que jugar con ellas ya que esto nos permitirá una expansión de nuestro ser que irá más allá del tiempo, del espacio y de lo que han sido nuestros límites hasta ahora.
Para cerrar quiero repetir que lo fundamental es que aceptemos el reintegro de nuestras distintas facetas, que todas ellas quieren volver a reintegrarse ya que, estando en amor, bien equilibrados, en un lugar seguro y viviendo en el Ahora, ellas son atraídas por nuestra irradiación y por ello quieren volver a lo que sería el Hogar.
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