No te sientas culpable por buscar tu propio bienestar. No permitas que las opiniones de los demás te hagan sentir culpable cuando no hagas lo que ellos quieran. Piensa en ti
¿Cuándo fue la última vez que te sentiste culpable por
algo? Una palabra fuera de lugar, un olvido o un trato poco adecuado hacia
alguien son, sin duda, dimensiones que todos hemos vivido a menudo.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que el
sentimiento de culpa está relacionado a su vez con nuestra conciencia moral.
Es un indicador de la propia personalidad y un reflejo de nuestros valores, así
como de nuestra educación.
Sentirnos culpable por algo y permitir que los
remordimientos nos den ese “toque de aviso” de vez en cuando nos ayuda a
mejorar. Es adecuado y necesario.
No obstante, como siempre ocurre en estos casos, el
bienestar psicológico y emocional depende del equilibrio. Los excesos no
son buenos.
La acumulación de esa culpa que nos limita y que veta
nuestra libertad personal ya no es saludable ni adecuada. De hecho,
estamos seguros de que a día de hoy arrastras en tu corazón muchos pesos relacionados
con la culpa.
A continuación, te proponemos tener en cuenta estas
dimensiones. Reflexiona sobre ellas para darte cuenta que, efectivamente, hay
muchos comportamientos cotidianos que están relacionados con el sentimiento de
culpa.
Aspectos por
los cuales debes empezar a dejarte de sentir culpable
1. Decir
“no” cuando así lo sientas
Practicar la asertividad es
esencial para nuestra autoestima. Decir “no” a algo cuando así lo pensamos,
sentimos y necesitamos es un acto de valentía personal que todos deberíamos
poner en práctica.
·
Dar una negativa es alzar
muros para autoprotegernos. A su vez, es también ofrecer a los demás un tipo de
información relacional para comprender dónde están los límites.
Es necesario que empecemos a dejar de sentirnos
culpables por decir “no” cuando es necesario.
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olvidamos demasiado pronto“
2. Hacer lo
que quieras cuando lo necesites.
Sabemos que no es fácil. Entendemos que ninguno de
nosotros disponemos de esa libertad total y absoluta con la que complacernos
siempre que lo necesitemos.
·
Ahora bien, dentro de estos
“límites” cabe la autonegociación.
·
Merezco una tarde libre
para mí mismo. Merezco este pequeño capricho, merezco cuidarme, mimarme y
tenerme en cuenta…
·
No dudes en ponerlo en
práctica cuando tu mente así lo requiera. Deja a un lado los cargos de conciencia y
permítete aquello que necesitas sin sentirte culpable.
3. Expresar
tu opinión en cada momento
Tienes voz, dispones de unos valores y de unos sentimientos determinados.
Así pues, ¿por qué debes sentirte culpable por expresar tu opinión cuando la
ocasión así lo requiere?
·
Nos da miedo hablar por temor
a hacer daño. Por dar una imagen de nosotros mismos que los demás no esperan.
Nos asusta defraudar, o incluso causar decepción al decir la verdad.
·
No debemos caer en estos
abismos tan destructivos dominados por la culpa. La verdad siempre debe decirse, pero sin provocar
ese daño basado en la agresión.
·
La verdad que ayuda a
comprender y a poner límites personales es necesaria.
Hazlo, expresa en voz alta lo que piensas, lo que
sientes y lo que no te parece bien. Callar, asumir y disimular es un acto
inmaduro que nos destruye poco a poco.
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4. Alejarte
de quien no te hace sentir bien.
Este es, sin duda, uno de los focos más problemáticos
en nuestro día a día: la interacciones sociales de poca calidad.
·
A pesar de que está muy de
moda el término “persona tóxica”, en realidad, no hace falta que un amigo o
un familiar sean “tóxico” para no agradarnos.
·
Hay personas que no nos
hacen sentir bien, con las que no congeniamos.No son “malas personas”: son solo personalidades que
se alzan como auténticos reversos a nosotros mismos.
Lo creas o no, no estás obligado a llevarte bien con
todo el mundo. No te sientas culpable si eliges la simple distancia a la falsa
cortesía.
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persona no nace con autocontrol, se hace”
5. No te
sientas culpable por no cumplir tus expectativas
No existe peor enemigo que la propia mente. En ocasiones, las personas establecemos unas
expectativas tan elevadas sobre lo que debemos conseguir que lo único que
logramos es sufrir.
·
Todos hemos pasado por esas
épocas en que nos sentimos culpables por no dar lo mejor de nosotros a
los demás.
·
Culpables de no conseguir ese
trabajo soñado. Culpables por no perder todo el peso que deseamos. Somos
esclavos de una infelicidad que nosotros mismos hemos creado.
·
Hay que cortar estos vínculos
insanos y liberarnos de estas cárceles. No crees altas expectativas. Lucha por
lo que deseas pero, ante todo, sé humilde y
respétate como persona.
Para concluir, el sentimiento de culpa puede ser a
veces adecuado. Se relaciona con nuestra conciencia moral y nos ayuda a mejorar
en muchos casos.
Sin embargo, cuando nos obsesionamos en exceso con
determinadas dimensiones como las aquí expuestas, aparece la infelicidad e
incluso la sombra de la depresión.
No lo permitas,Asume responsabilidades, pero crece
con las buenas decisiones. Las que te permiten ser libre y feliz.
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