En muchas ocasiones se habla de ponernos en los
zapatos del otro, la empatía es un término muy sonado en todo ámbito donde lo
más importante es la interacción humana como lo son la psicología, la medicina,
las ventas, etc. Sería muy interesante detenernos un momento y pensar que es lo
que realmente significa ser empático.
La palabra y su utilización es mucho más antigua de
lo que creemos, al grado de que la palabra “empatía” proviene del griego ἐμπαθής que
significa “emocionado” La empatía es un espacio en el cual
las personas son capaces de reconocer estados afectivos, compartir afinidades y
lograr un entendimiento profundo en base a la vivencia real de un
sentimiento.
La empatía puede tener muchos grados de profundidad
y ciertamente aunque todos seamos empáticos no lo es siempre en el mismo nivel.
La empatía supone no solo un enorme esfuerzo afectivo, sino también uno
cognitivo de pensamiento, ya que requiere el análisis puntual que ha de ser
necesario.
A lo mejor un ejemplo puede ayudar a clarificar el
anterior punto.
Cuando un amigo nuestro pierde a un ser querido,
nosotros al ver su dolor e intentar comprender que es lo que el siente,
lograríamos entender que nuestro amigo se encuentre totalmente indispuesto e
incluso enojado, le perdonaríamos su rabia y tristeza ya que el momento es
evidentemente propicio en todos los sentidos para ser empático. Pero
ahora, pensemos en un cazador furtivo de elefantes, que para obtener el
marfil de sus colmillos tiene que sacrificar al animal. La primera impresión es
el de una persona irracional, malévola y despiadada; pero, ¿realmente nos
detenemos a reflexionar sobre que es lo que sentirá este cazador al hacer su
trabajo? ¿Qué fin tiene para el? ¿le queda otra alternativa que sea valida?
Al hacernos estas preguntas dejamos de tener la imagen del cazador furtivo
africano caricaturizada y el cazador comienza a tener forma humana como tu y
como yo, una persona con miedos, motivos, penas y alegrías. Este ejercicio
genera un gran esfuerzo por que ahora hay que analizar la complejidad de la
trama de la vida o motivos de alguien, para emitir una opinión. Por eso
los prejuicios son tan comunes, es más fácil seguir una idea ya hecha que
construir una propia, destruirla y volver a hacerla indefinidamente.
La empatía, sin embargo, es un proceso natural para
el cual nuestro cerebro esta diseñado. Se ha localizado en la corteza cerebral
un grupo de neuronas que tienen la facultad; desconocida hasta el presente para
una neurona; de descargar impulsos tanto cuando el sujeto observa a un otro
realizar un movimiento como cuando es el sujeto quien lo hace. Estas neuronas,
a las que se han denominado "neuronas espejo" (mirror neurons),
forman parte de un sistema percepción/ejecución de modo que la simple observación
de movimientos de la mano, de la boca o del pie activa las mismas regiones
específicas de la corteza motora como si se estuvieran realizando esos
movimientos, aun cuando esta activación motora no se transforme en movimiento
actuado visible.
En conclusión la empatía requiere un compromiso y una implicación
profunda entre las personas, requiere de amor y un verdadero deseo de conocer y
sentir lo que los otros sienten.
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Psic. José Luis Ramírez Esparza
psicologolm@megacall.com.mx
http://asesoriapsicologicaeasy.blogspot.com.ar
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