Por
Harumi Puertos
La cabeza es considerada la matriz del pensamiento
y del razonamiento lógico. Es el lugar donde se crean todos los proyectos.
Representa lo alto mientras que nuestro cuerpo representa lo bajo, por ello,
solemos considerar la cabeza la parte más importante de todo nuestro cuerpo,
pues a partir de ahí, parece regirse y proyectarse el funcionamiento de muchas
áreas de nuestra vida.
Cabeza y corazón
parecieran no ser compatibles para muchos. Por mucho tiempo hemos tenido la
tendencia de separar ambas partes desarrollando solo una como prioridad.
Justamente esta separación y la elección de regirse solo por la cabeza, lo
lógico y racional dejando a un lado nuestro corazón y nuestros sentimientos es
lo que nos crea el dolor de cabeza.
La acción ideal
sería elegir ambos, mente y corazón, pues ambas son polaridades que nos aportan
diferentes elementos para nuestra vida, por lo cuál, no podemos prescindir de
ninguno de los dos, más que dividir, debiéramos integrar.
La mente
racional nos da la estructura ideal para proyectar, crear, para seguir los
pasos que nos lleven a nuestra meta, nuestro propósito, es la parte activa, es
la zona de las estrategias. la que cimenta, construye y concreta. Nuestra mente
maneja lo tangible. Sin la mente no podemos realizar nuestros sueños e
inspiraciones en el mundo de la tercera dimensión.
El corazón es
otra polaridad que representa nuestro centro y es la matriz de nuestros sueños,
de nuestra intuición y de los deseos más profundos del alma. El corazón maneja
lo intangible, lo subjetivo. El corazón es nuestra guía y mediante el estamos
conectados con nuestro propósito del alma.
Cuando hacemos a
un lado el corazón, estamos perdiendo el propósito de nuestra vida.
Cuando damos
prioridad a nuestra mente, nos convertimos en una especie de robot, que
construye, concreta y acciona, pero no tiene un propósito de vida, no hay
realización personal pues todos los pasos son mecánicos, fríos y puramente
racionales, sin rumbo ni dirección pues llevan el propósito de la estrategia
mental, pero no del alma.
Cuando nos
desconectamos del propósito de nuestro corazón o de nuestra alma, podemos
esforzarnos mucho en nuestras tareas cotidianas, en nuestro trabajo, pero al
ser una labor mecánica, el esfuerzo se convierte en sobreexigencia hasta
convertirse en estrés y tensión, pues internamente sabemos que vamos en una
carrera vertiginosa que no nos lleva a ningún lado. Se puede incrementar el
poder y la ambición de nuestra parte, el éxito y el triunfo, pero en nuestro
interior seguimos vacíos e insatisfechos, pues sin el corazón en lo que
hacemos, estamos incompletos y los resultados que obtenemos, al ser sembrados
“en lo frio” pues son cosechados igual de fríos, sin realización ni
satisfacción personal.
El equilibrio
entre corazón y mente, el permitirnos fluir tanto en lo mental como en lo
emocional, será lo que al final nos libere del dolor de cabeza. Conectar con
nuestros sueños y sentimientos al mismo tiempo que conectamos con el plan
perfecto para el desarrollo de nuestros proyectos.
Reflexionemos
Si sufrimos de
dolor de cabeza, podemos preguntarnos:
·
¿Qué tanto racionalizo las cosas y dejo de lado el
corazón?
·
¿Qué tanto me critico y me juzgo a mi mismo creando
juicios erróneos de mi esencia y naturaleza?
·
¿Están equilibrados mis hemisferios
razón-intuición?
Aromaterapia
Los aceites
esenciales te ayudaran para el dolor de cabeza producido por tensión y estrés.
Mezcla 4 gotas de menta, 4 gotas de lavanda y 4 de manzanilla en 20 ml. de
aceite de oliva o pepita de uva. Da masaje en las sienes, base del cráneo y en
el plexo solar.
Afirmación
“Me
amo y me apruebo. Con los ojos del amor me veo a mí mismo y todo lo que hago.
Estoy a salvo”.
Sitio web: www.rutasdelalma.com
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