domingo, 13 de julio de 2014

El dolor de cabeza y los juicios.




Por Harumi Puertos





La cabeza es considerada la matriz del pensamiento y del razonamiento lógico. Es el lugar donde se crean todos los proyectos. Representa lo alto mientras que nuestro cuerpo representa lo bajo, por ello, solemos considerar la cabeza la parte más importante de todo nuestro cuerpo, pues a partir de ahí, parece regirse y proyectarse el funcionamiento de muchas áreas de nuestra vida.

Cabeza y corazón parecieran no ser compatibles para muchos. Por mucho tiempo hemos tenido la tendencia de separar ambas partes desarrollando solo una como prioridad. Justamente esta separación y la elección de regirse solo por la cabeza, lo lógico y racional dejando a un lado nuestro corazón y nuestros sentimientos es lo que nos crea el dolor de cabeza.

La acción ideal sería elegir ambos, mente y corazón, pues ambas son polaridades que nos aportan diferentes elementos para nuestra vida, por lo cuál, no podemos prescindir de ninguno de los dos, más que dividir, debiéramos integrar.

La mente racional nos da la estructura ideal para proyectar, crear, para seguir los pasos que nos lleven a nuestra meta, nuestro propósito, es la parte activa, es la zona de las estrategias. la que cimenta, construye y concreta. Nuestra mente maneja lo tangible. Sin la mente no podemos realizar nuestros sueños e inspiraciones en el mundo de la tercera dimensión.

El corazón es otra polaridad que representa nuestro centro y es la matriz de nuestros sueños, de nuestra intuición y de los deseos más profundos del alma. El corazón maneja lo intangible, lo subjetivo. El corazón es nuestra guía y mediante el estamos conectados con nuestro propósito del alma.

Cuando hacemos a un lado el corazón, estamos perdiendo el propósito de nuestra vida.
Cuando damos prioridad a nuestra mente, nos convertimos en una especie de robot, que construye, concreta y acciona, pero no tiene un propósito de vida, no hay realización personal pues todos los pasos son mecánicos, fríos y puramente racionales, sin rumbo ni dirección pues llevan el propósito de la estrategia mental, pero no del alma.

Cuando nos desconectamos del propósito de nuestro corazón o de nuestra alma, podemos esforzarnos mucho en nuestras tareas cotidianas, en nuestro trabajo, pero al ser una labor mecánica, el esfuerzo se convierte en sobreexigencia hasta convertirse en estrés y tensión, pues internamente sabemos que vamos en una carrera vertiginosa que no nos lleva a ningún lado. Se puede incrementar el poder y la ambición de nuestra parte, el éxito y el triunfo, pero en nuestro interior seguimos vacíos e insatisfechos, pues sin el corazón en lo que hacemos, estamos incompletos y los resultados que obtenemos, al ser sembrados “en lo frio” pues son cosechados igual de fríos, sin realización ni satisfacción personal.

El equilibrio entre corazón y mente, el permitirnos fluir tanto en lo mental como en lo emocional, será lo que al final nos libere del dolor de cabeza. Conectar con nuestros sueños y sentimientos al mismo tiempo que conectamos con el plan perfecto para el desarrollo de nuestros proyectos.

Reflexionemos
Si sufrimos de dolor de cabeza, podemos preguntarnos:
·   ¿Qué tanto racionalizo las cosas y dejo de lado el corazón?
·   ¿Qué tanto me critico y me juzgo a mi mismo creando juicios erróneos de mi esencia y naturaleza?
·   ¿Están equilibrados mis hemisferios razón-intuición?

Aromaterapia
Los aceites esenciales te ayudaran para el dolor de cabeza producido por tensión y estrés. Mezcla 4 gotas de menta, 4 gotas de lavanda y 4 de manzanilla en 20 ml. de aceite de oliva o pepita de uva. Da masaje en las sienes, base del cráneo y en el plexo solar.

Afirmación
“Me amo y me apruebo. Con los ojos del amor me veo a mí mismo y todo lo que hago. Estoy a salvo”.

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