En el mundo, Dios,
sabemos que las emociones tienen un rol hermoso.
En el nombre del Dios
Creador, yo oro para que se escuchen estas palabras;
porque yo he venido a
este plano Terrestre en la hermosa Luz del Dios Creador,
y he viajado como un
humano, tratando de honrarte durante todo el camino.
Y en ese honor, yo sé
que muchas veces parece que me he perdido en mi camino.
Frecuentemente, Dios,
esto se debe a que he trabajado duramente para despertar mis emociones.
He deseado sentir
nuevamente lo que es estar enamorado/a.
He deseado sentir la
tristeza y sentir gran júbilo.
He deseado sentir
algunas veces estar tan bajo como se puede estar,
porque, Dios, todos
estos son los hermosos regalos que nos das, llamados emociones.
Y es en mi Luz que sé
que algunas veces me voy a los extremos.
Y ruego, Dios, que en
este proceso, ya sea de estar muy, muy contento/a o muy, muy triste,
yo deseo alejarme de
experimentar la cúspide de ese momento.
Porque sé en tu Luz, que
el plan está para que nosotros encontremos el término medio;
para estar en
condiciones de remontar las crestas emocionales del plano terrestre,
viendo la gloria en cada
cosa que nos sucede.
E incluso cuando nos
sumergimos en el extremo,
ser capaces de recordar que aún esto está hecho en el
sendero de la Luz del Creador.
Yo sé, Creador, que nos
permites ir en cualquier dirección que queramos ir.
Y en mi saber, yo te doy
gracias por permitir la emoción; pero es mi promesa hacia Tu Luz,
que experimentaré todas
y cada una de ellas aprendiendo a encontrar la belleza del centro.
Así que, siempre que,
Dios, mis emociones estallen en cualquier dirección,
simplemente acordándome
de Tu Luz, voy a saber cómo regresar al centro;
porque el centro es la
armonía del poder del Amor,
porque, Creador, yo sé
que el Amor es tu Esencia Verdadera que no tiene opuestos.
Cuando me hallo en el
viaje del Amor, me hallo en el viaje de tu Luz.
Nunca olvidaré, Dios, la
belleza que eres, la energía que tienes,
Y el honor que colocaste
en mí para venir aquí y hacer este viaje.
Mírame, ya que algunas
veces me voy a los extremos de felicidad o tristeza;
cuando me veas en un
extremo, Dios, simplemente indúceme de regreso.
Deja que los ángeles y
guías extiendan sus alas a mí alrededor, y me guíen.
Deja que ellos me
muestren el sendero.
No les pido que caminen
por mí, eso lo sabes, Dios, simplemente permíteles que me dirijan al centro.
Y, finalmente, Dios, yo
sé que cuánto más me mantenga en este Amor armonioso,
tanto más irradiaré a mi
alrededor.
Tanto más permitiré a la
gente ver quien realmente soy
y tanta más gente atraeré hacia mí, encontrándome
con ella en el Amor.
Y, de alguna forma
maravillosa, mi vida se pone en tus manos y en tu Amor
y por encima de todo, en
tu Luz; por lo tanto mi viaje es seguro.
Así es que experimentaré
mis emociones, Dios,
y las voy a llevar hacia
la belleza del centro en cada oportunidad que tenga;
porque sé que este es un
viaje para experimentar.
Lo digo en la
simplicidad de estas palabras, en la Divinidad de la Creación.
Toda, en la Energía
Crística, y en lo más Santo del Mundo Espiritual.
Todo esto diciendo,
Amen.
Porque yo soy El que
soy…
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