Por Ashamel Lemagsa
Amados!!!!
Nuevamente
nos reencontramos a partir de mis sentires que pueden coincidir con los sentires de ustedes o no… libre
albedrío.
Hoy siento que el tema a
tratar es…la dualidad y sus juegos de aparente liberación de sus efectos.
El
juego de la dualidad es muy sutil, cuando creemos que salimos de él… en
realidad continuamos enredados en las supuestas salidas que nos guían para
despejar el sendero rumbo a la nueva realidad, que tanto deseamos anclar…
Las viejas estructuras
están construidas por “hábitos”…
Los
hábitos son acciones, en ellas hay mecanismos emocionales, mentales y físicos
que la integran y que por su repetición,
terminan formando parte de nuestras estructuras “fijas” en todos los niveles de
nuestras vidas.
Tenemos
hábitos de lectura, alimentación, de horarios, de asumir responsabilidades o de
no asumirlas, de relacionarnos con los otros, de seleccionar lugares
“especiales” para sentirnos a gusto o de rechazar sitios que nos incomodan.
Nos
formaron desde que nacimos a través de los hábitos y nosotros los incorporamos
muchos de ellos como inquebrantables construcciones, aunque a través del tiempo fueron
“evolucionando”, en realidad lo que hicimos es cambiarlos de lugar, de horario,
los tratamos de “modernizar”, al ritmo de la moda o lo disfrazamos según las circunstancias…
Hábitos…
Algunos son
perjudiciales, pero aceptados por la sociedad como el fumar o el beber alcohol
en las reuniones.
Otros
son supuestamente “sanos” como el consumo de alimentos enlatados, congelados o pre-cocidos…
También
hay hábitos culturales, religiosos, educacionales que nos inculcaron desde
pequeños en los colegios y nos marcaron en nuestro inconsciente los caminos a
seguir para llegar al conocimiento, a la verdad.
Nos
formaron para aceptar que siempre existe “alguien”, que sabe más que nosotros y
que sus conocimientos, son el pedestal para llegar a nuestro desarrollo
intelectual.
Así
aparecen los Maestros y Profesores en
los colegios en los primeros años escolares, los Licenciados y Doctores
en la Universidad, los Gurú, los
Profetas y los Mesías en las religiones…
Son
seres que nos demuestran que el camino del conocimiento… está fuera de
nosotros.
Dios
está lejos, el conocimiento y con él la verdad la podemos ubicar en los
Tratados que escribieron “otros”.
Nosotros
continuamos con esos hábitos de aceptación sumisa, pues fuimos formados para la
aceptación que el “otro” llegó a la verdad, que está vedad está lejos de
nosotros, pues lo de afuera es más valioso y seguro, que nuestras propias
capacidades…latentes!!!
Entonces…
Consultamos
a los médicos, que son los que saben… de salud o recuperación de la misma y no
escuchamos los “reclamos” que nuestro cuerpo nos hace…
Un
hígado, agotado por los ataques de ira, los riñones que dejan de funcionar
cuando nuestra relación de pareja no logra sostenerse por sí misma.
Cada
día aparece algún nuevo dolor que nos indica esa parte olvidada o sin tener en
cuenta.
Consultamos
al tarot, a los canalizadores, a los profetas, a los libros de auto ayuda en
una busca desesperada de soluciones…
Así
no solo perdemos dinero, perdemos tiempo, paciencia, ilusiones, fe y cada día
nuestro hábito de consultar fuera de nosotros para encontrar la verdad se
arraiga un poco más, pero nos aleja más y más de la verdadera fuente de
conocimiento… es el juego de la dualidad que nos encierra y nos aleja de
nosotros mismos.
Entonces…
¿Cómo sigue esta historia????
Hagamos
un poco de memoria…
Los
Grandes Maestros como Buda, Confucio, Jesús,
la Madre María, San Francisco de Asís y otros, no llegaron a la
Humanidad con un mensaje para que lo siguiéramos ciegamente… ellos transitaron
la dualidad para lograr liberarse de ella a través del autoconocimiento según
la época que les toco en suerte reencarnar.
Ellos
intentaron transmitirnos el despertar de consciencia para que nosotros fuéramos
realmente LIBRES!!!... de la dualidad.
Después
llegaron los textos de los mensajes de los Maestros que fueron escritos por sus
seguidores y también los intérpretes de esos mismos textos.
En
todos los casos, la política, la cultura y la sociedad de la época plagada de
“hábitos” transmitidos de generación en generación, nos enmarcaron en la
dualidad, que la verdad está fuera de nosotros y muyyyyy lejos de nuestro
corazón.
Se
construyeron Templos amplios, altos,
oscuros, solemnes… para reafirmar la
aceptación obligada que lo sublime, puro y santo no le pertenece al Ser Humano,
solo está en Dios y todos aquellos tocados por la “varita mágica de Dios”… son Sabios!!!
Los
hábitos de lectura de los Tratados de Ciencia, Filosofía, Religión nos
acercarían al conocimiento, casi como algo prestado por los otros…, pero
continuaríamos con el hábito de decir lo que decían, los que sabían, pero no lo
que SENTÍAMOS durante o después de la lectura.
El
SENTIR fue tapado por el hábito del
HACER y en el HACER no había tiempo para escuchar nuestras propias intuiciones,
el corazón se mantenía cerrado, olvidado por el desarrollo de la razón, la
“coherencia”, la aceptación de lo que “es” y no debe modificarse.
Mientras…
La
vida fluía, al ritmo de la Madre Naturaleza y el Ser Humano caminaba a su lado,
pero no la veía, no la sentía y lo que es peor aún no se sentía como parte
integrante a ella pues ella.
La Naturaleza en su
silencioso crecimiento escribía el Tratado más bello de libertad totalmente
ajeno a la dualidad.
En
ella no existe, ni bueno ni malo, ni puro ni impuro, pues todo es excelso,
sincronizado con el Cosmos y con Gaia, como el Ser Humano, exactamente igual,
pero con la diferencia que la Naturaleza sabe de entrega, sabe de fluir en la
corriente de la vida y el Ser Humano desde la dualidad camina de espalda a la
verdadera vida que intentaron los Grandes Maestros mostrarle, para liberarlo.
La dualidad se inicia y termina
en nosotros mismos.
Amados…
liberarnos de los hábitos propios de la dualidad es una tarea cotidiana, pues
desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos desplegando los
hábitos milenarios que nos inculcaron nuestros ancestros, pero podemos ser
realmente libres desde adentro… desde nosotros mismos.
No
significa que juzguemos TODO, o descartemos TODO, es SENTIR TODO DESDE NUESTRO
CORAZÓN ABIERTO A LA LUZ.
Cuando
alguien te acerca una solución, hay que escucharla, pero también sentirla.
Si
te niegas el sentir, pues consideras que tú no estás capacitado para discernir
y que los demás si lo están, pues déjame decirte, que tú eres un pedacito de Dios encarnado y cuando lo
aceptes, realmente, como una noble realidad, en ese mismo instante comenzarás a
leer, escuchar, conocer, ver TODO, y finalmente llegarás a tus propias
respuestas nacidas de tu Interior, de Tú Fuente Sagrada, de tu Chispa Divina
Despierta!!!
Amarte
a ti mismo es aceptarte, como realmente eres… Fuente de Luz Amorosa, Eterna y
Sabia.
La
dualidad es nuestra creación y como nosotros la hemos creado, también podemos
disolverla cada día un poco más, soltando los “supuestos” que otros nos acercan
alejándonos de nuestra esencia.
La
vida espiritual a veces es un sube y otras… nos sentimos que bajamos, pero
déjame decirte, que nunca bajas, simplemente te mantienes anclado a los hábitos
de la dualidad, a sus “juegos” como: “lo mío es mío y de nadie más” o cuando
intentas cambiar al otro para sentirte más cómodo y seguro.
Hay
un solo sendero… la EVOLUCIÓN.
Hay
una sola energía constructora de la Nueva realidad… el AMOR.
Cada integrante de la
Humanidad, es responsable de la parte que le toca SER.
SER, lo que realmente es…
constructor a partir del AMOR, la confianza en sí mismo que PUEDE y SABE SER
SABIDURÍA ENCARNADA EN UN BELLO TIEMPO DE ASCENSIÓN.
Hasta
nuestro próximo encuentro!!!!
Con
Amor, Ashamel Lemagsa.
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