lunes, 30 de abril de 2018

EL INSTANTE DEL CHOQUE BIOLÓGICO


Cuando se vive un evento de choque biológico, algo cambia. Antes todo estaba bien, pero en un único instante, todo ha cambiado.


En un artículo anterior comentaba que para la Descodificación Biológica Original, que se basa en la teoría de la Nueva Medicina Germánica, todo síntoma (físico, psíquico, comportamental o existencial) ha sido precedido por un instante de un conflicto muy fuerte que lo tomamos de una determinada manera. Ese instante es inesperado, dramático, no tiene solución y, sobre todo, no se puede expresar. 

Podemos contar la anécdota o la historia que nos ha pasado incluso con lujo de detalles. ¿Quién no se acuerda de haber contado una fuerte discusión o un determinado problema? Y ¿Cambió algo? La mayor parte de las veces no. Incluso, después de haber pasado unos días, la persona se enferma. La enfermedad es el resultado de un gran estrés vivido que necesita salir al exterior para disminuir la tensión acumulada.

Por ejemplo, unas personas se discuten y se dicen cosas duras. Una de ellas, al cabo de un día, le aparece un fuerte resfriado. La otra tiene un fuerte dolor de barriga y acaba con diarreas. ¿Qué ha pasado en el cuerpo de ellas? Han somatizado de manera diferente y ¿por qué? Porque sus mapas mentales son distintos, lo que quiere decir que han tenido experiencias según sus necesidades. Han aprendido a vivir en circunstancias diferentes, por ello, las respuestas también lo serán.


El cuerpo tiene un poder inmenso para enfermar y también para sanar.

Cuando se vive un evento de choque biológico algo cambia. Antes todo estaba bien y en un único instante todo ha cambiado.

· ¿Qué ha sido lo que se instaló en la psique de la persona en ese instante? Un auténtico torbellino que baja como un rayo desde la cabeza al cuerpo; y dentro de ese maremágnum, un gran cóctel químico (neurotransmisores) y de sensaciones corporales. Es un momento de confusión, de pérdida de la conciencia, como si una parte de la película de la vida se cayera.

· ¿Os ha pasado que de repente, en esos instantes de conflicto, no podemos describir exactamente lo que ha ocurrido? Es lo que llamamos un fotograma desaparecido. Desaparece de nuestro consciente, pero queda en el cuerpo, ya que este tiene memoria y registra de todo lo que vivimos.

· Y ¿cómo se recupera la memoria? Bajando al cuerpo, sintiendo, observando las sensaciones corporales que hoy serán las mismas que las que vivimos hace mucho tiempo atrás.

Te propongo un ejercicio para acceder a la memoria del cuerpo. Se trata de oír lo que está ocurriendo y no hacer nada más que dejar que se vayan transformando por sí solas.

Puedes comenzar por recordar un evento impactante, de cualquier tonalidad, como miedo o alegría. Visualizarlo y colocarte como si lo estuvieras reviviendo; dejándote sentir todo lo que venga a tu cuerpo. Puedes sentir muchísimas cosas como: calor, frío, cosquillas, nudos, nauseas, temblores, tensión, apretón, lágrimas, garganta apretada, dolores… Tú puedes seguir con esta lista. Todo lo que vives se transforma después de unos minutos, más o menos dos o tres. Si al mismo tiempo, los pensamientos invaden la cabeza, el proceso del cuerpo se detiene y toca volver a empezar.

A veces se conectan las sensaciones a las emociones y nos desbordan las respuestas somáticas que aparecen. Se nos hace muy grande lo que sobreviene pero si confiamos en nuestro cuerpo y en la transformación que este puede producir, todo va a desaparecer.
Visualización

Para empezar a visitar nuestros espacios interiores, te propongo una visualización de escucha de sensaciones corporales, porque cuanto más consciente te hagas de lo que se vive en tu interior, con más calma vivirás lo que ocurre en tu vida.

¡Bienvenido a la escucha de tu cuerpo! Haz clic en este ejercicio y se tú quien en cada instante se regala aquello que te faltó.

Autor: Ángeles Wolder en EDBO.
http://memoriaemocional.com

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