Al respirar, el diafragma está en posición relajada durante la fase de exhalación y se contrae durante la fase de inhalación, presionando contra todos los órganos de la cavidad abdominal y haciendo que ésta se expanda hacia fuera.
Esta presión rítmica contra los órganos del abdomen actúa como un suave masaje para el estómago, los intestinos, el hígado, el páncreas y los riñones. Al elevar el corazón y abanicar los fuegos de la digestión y el metabolismo, el músculo diafragma tiene un papel importante, aunque poco reconocido, en el mantenimiento de nuestra salud, vitalidad y bienestar.
En la práctica de la Fuerza Vacía se desarrolla este movimiento respiratorio de relajación y contracción del diafragma, y de expansión y contracción de la pared abdominal. Al meter el vientre hacia la columna y contener la respiración sin aire, el gas atrapado y el chi estancado en el abdomen se movilizan, creándose un vacío y la resultante fuerza de succión. Contener la respiración sin aire y mover el diafragma arriba y abajo da a los órganos un poderoso masaje. La Respiración de la Fuerza Vacía también ayuda a dirigir el chi en los movimientos Tao Yin.
El diafragma tiene una hoja fascial que se extiende hacia abajo y conecta con el psoas. La tensión o contracción muscular en la parte baja de la espalda afecta al diafragma y dificulta la respiración. Si el músculo psoas es flexible, uno puede respirar más profundamente, y de este modo utilizar el poder del diafragma para favorecer el movimiento y ayudar a conectar la parte superior del cuerpo con la inferior. A veces al diafragma se le llama el «músculo espiritual». La respiración nos aporta la energía vital, el chi, que después recorre el cuerpo. En este sentido interno y sutil, respiración significa «espíritu», y es el vínculo entre el cuerpo y el alma. El bloqueo de la respiración es el comienzo de la mayoría de las enfermedades corporales . y mentales.
Los ejercicios Tao Yin dirigen la energía para relajar el diafragma, eliminar bloqueos y restaurar un flujo de energía interna uniforme.
La respiración facilita el flujo de energía interna en el cuerpo.
Relajado Contraído
Movimiento del diafragma. Cuando el diafragma está relajado, la cúpula descansa contra el corazón y los pulmones. Cuando el diafragma se contrae, empuja a todos los órganos de la cavidad abdominal.
Inhala, Exhala
Movimiento abdominal.
Durante la exhalación, el diafragma se relaja, los órganos ascienden y el vientre se aplana. Durante Ia fase de inhalación, el diafragma se contrae, los órganos son presionados hacia abajo y el vientre se expande.
Cuando esta fuerza o energía respiratoria se bloquea, enfermamos. En las prácticas taoístas se considera que este aspecto interno de la respiración, esta respiración primordial, es el elemento más importante. Es a esto a lo que llamamos chi. En el Tao Universal solemos referirnos a este componente interno de la respiración como respiración sutil o respiración eléctrica, para distinguirla de la respiración externa de oxígeno a través de la nariz hacia los pulmones. El Tao Yin es la práctica de respirar y movilizar esta energía vital.
El estrés y el condicionamiento emocional pueden tener profundos efectos en la respiración. La tensión hace que la respiración se atasque y congestione. El diafragma se tensa y se queda rígido, y la respiración se reduce a un movimiento limitado y discontinuo de las costillas arriba y abajo. Perdemos la respiración fluida y rítmica de un diafragma relajado cuando nos disgustamos seriamente. El descanso y la relajación restauran este flujo rítmico, pero, como los demás músculos del cuerpo, el diafragma suele estar sometido a demasiada tensión.
En el Tao, decimos que la toxina número uno para nuestros cuerpos son las emociones negativas. Tenemos que transformar las emociones negativas improductivas en emociones virtuosas y positivas. El Tao Yin y la Sonrisa Interna son maneras de transformar el estrés en energía y lo negativo en positivo.
La principal energía que quemamos en el cuerpo es la glucosa procedente de los hidratos de carbono que comemos. La dieta occidental media está compuesta en un 70 por 100 por hidratos de carbono, que producen glucosa; el producto residual de esta combustión bioquímica es el dióxido de carbono, del que nos deshacemos a través de la respiración. Cuando aprendemos a respirar adecuadamente, el 70 por 100 de las toxinas salen de nuestro cuerpo.
Por desgracia, la mayoría de nosotros no respiramos adecuadamente. Cuando aprendemos a respirar adecuadamente, liberamos el dióxido de carbono hacia la naturaleza, hacia las plantas y animales, que usan nuestras toxinas corporales para alimentarse y nos devuelven oxígeno.
¿Qué es el Tao Yin?
Tao Yin significa “canalizar energía”. Es la herramienta ancestral que los taoístas utilizaban para desbloquear sus cuerpos y canalizar su esencia vital. El secreto celosamente guardado durante siglos. El emperador en la antigua China era como un Dios al cual nadie osaba molestar.
Si estaba enfermo, al médico de entonces no se le ocurría ponerle ni siquiera una aguja, porque le colgaban, lo que utilizaba con el emperador era enseñarle a redireccionar esa energía a través de ejercicios. Así era el Tao Yin, sólo para unos pocos, el emperador y su séquito. La diferencia entre el Tao Yin y cualquier otro ejercicio (exceptuando las artes marciales) es que se ejerciten los tendones, la fibra olvidada por la mayoría. El tendón es la fibra más poderosa y fuerte de mi cuerpo. Pero vivimos como si no tuviésemos tendones y ya se sabe que “todo aquello que no se utiliza, se atrofia”. Los tendones comienzan a acortarse tirando del tejido conjuntivo que recubre nuestros órganos, tirando de la musculatura interna y, como está unida al hueso, tirando de los huesos. Porque también hemos olvidado que el tendón une el hueso al músculo y si se acortan los tendones mi estructura mecánica (esqueleto) variará cambiando de lugar: se acentuarán lordosis, cifosis, escoliosis, artrosis, contracturas y un sin fin de desequilibrios a los que, por desgracia, parece nos hemos acostumbrado.
El Tao Yin es el arte del movimiento sin tensión. Enseña a coger las riendas (=tendones) de nuestro caballo (=estructura) y llevarlo donde debería estar.
Aprenderemos a movernos desde el tendón, gastando el mínimo de energía, como hacen los gatos. Ellos no tienen ni siete ni nueve vidas, ellos tienen una estructura tendinomuscular increíblemente desarrollada.Un gato al caer desde una gran altura lo hace en completa relajación, en el último instante se da la vuelta y recoge el impacto con los tendones, sin tensar músculos, por lo cual no hay rotura de huesos. Muchas personas me comentan que esta teoría es muy bonita, pero que en realidad nosotros no somos gatos, pero deberíamos recordar lo similar que es nuestra estructura con la de un mono, de hecho muchos ejercicios de Tao Yin extraen su nombre de movimientos que realizan estos simios (Por ejemplo: “El mono reza con los codos”).
El Tao Yin trabaja con un grupo muscular que se llama psoas. Este músculo tiene comportamiento de tendón y une la parte superior del cuerpo con la inferior. El ser humano vive a medio gas, utilizando en ocasiones menos de la mitad de su potencial.
Vivimos, trabajamos y construimos el mundo que conocemos con sólo la mitad del cuerpo, a efectos reales, vivimos de cintura para arriba. El centro de gravedad de nuestro cuerpo, abdomen y zona lumbar, debería ser la zona más fuerte, cuando en realidad es la más débil. Prácticamente todo el mundo se echa la mano a la zona lumbar más de lo que quisiera y cuando hay una caída o cogemos peso de mala manera es allí donde surgirán las lesiones más rápidas. Volviendo al psoas, como los tendones, también se acorta, el resultado de ese acortamiento puede traducirse en diferentes patologías: escoliosis, lordosis, cifosis, acortamiento de una o ambas piernas, problemas genitourinarios, renales, de corazón, prolapsos, etc.
El psoas también es importante porque está unido al diafragma, el músculo responsable de nuestra respiración. Para el Tao el diafragma es “el asiento del espíritu”, este nombre resume su gran importancia y como ya intuiréis, el diafragma está muy castigado y tenso, tanto o más que nosotros mismos. Al acortarse el psoas, tira del diafragma y hace que también mal respiremos. Al inspirar cogemos oxígeno y dióxido de carbono (CO2) y en la exhalación expulsamos CO2. La exhalación suele ser muy corta, por lo cual no expulsamos todo el dióxido de carbono que inspiramos. El CO2 será metabolizado como toxinas, las mismas se quedarán acumuladas en las articulaciones, tobillos, rodillas, caderas, cervicales, etc.; allí las almacena el cuerpo para protegernos. El Tao Yin nos enseña ejercitando, fortaleciendo y elongando los tendones, a utilizar la suspensión de la máquina humana. Es decir, movernos más y mejor, economizando el combustible que nos da la vida.
El Tao Yin nos enseña a movernos, a respirar, a vivir sin tensión. Nos ayuda a reestructurar huesos y músculos poniéndolo de nuevo todo en su sitio. Así la energía no encontrará bloqueos y nos encontraremos cada día con un caudal de chi más libre y fluido.
Pegados a los tendones están los meridianos tendinomusculares, su acceso con las agujas es bastante doloroso. A través del Tao Yin aprenderemos a mover los tendones, utilizando a su vez la energía que fluye por estos meridianos, es decir pulsaremos el interruptor de la energía interna.
El Tao Yin es la estructura interna del Chi Kung y Tai Chi, la base de estas dos disciplinas. Con el Tao Yin aprendemos a canalizar nuestra propia energía, con el Chi Kung aprenderemos a captar energía del Cosmos y de la Tierra y mezclarla con la nuestra propia, pero si no sé canalizar mi propia energía, por mucho que yo genere, continuarán existiendo bloqueos y puede que éstos se acrecienten. El fin del Tao es el equilibrio y para ello hace 5.000 años se estipuló un orden:
Tao Yin = Aprender a desbloquear nuestro cuerpo físico y energético y canalizar mi energía.
Chi Kung = El arte de la respiración o trabajo de la energía, aprender a captar aún más energía del cielo y de la tierra.
Tai Chi = El fin último, el arte de ser un receptor y emisor de esta Energía Cósmica e ilimitada de la cual estamos hechos. Es por eso que muchos practicantes de Chi Kung y Tai Chi necesitan hacer Tao Yin para equilibrar su estructura y mejorar su práctica. Estas técnicas se han mantenido en secreto hasta ahora y por fin ha llegado el momento de divulgarlas.
La técnica de la Sonrisa Interior
La técnica de la Sonrisa Interior nos propone dirigir la sonrisa a todas las partes del cuerpo, incluyendo los órganos internos y el sistema nervioso. Esta sonrisa transmite energía afectuosa, que tiene el poder de animar, calmar, producir bienestar y sanar.
De hecho, se trata de una técnica ideal si experimentas alguna molestia en el cuerpo o si te sientes estresado, tenso o alterado. De hecho, te ayudará a convertir esa energía negativa en energía positiva y vitalidad.
Básicamente, consiste en cerrar los ojos, relajar la mente y recordar algo agradable que te haga sentir en paz y te dibuje una sonrisa en el rostro o una situación en la que te hayas reído con todo tu cuerpo. La idea es centrarse en esa sensación de alegría, ver con el ojo de tu mente esa sonrisa y llevarla por todo el cuerpo.
De esta forma, con la ayuda de la atención y la imaginación, puedes trasladar esa vitalidad y sensación de gratitud a cada uno de los órganos. En ese momento estás creando y emitiendo una sensación interior que sirve para relajar, nutrir y refrescar los órganos.
Sabrás que la técnica está surtiendo efecto porque normalmente se experimenta una sensación diferente en la zona en la que te concentras, puede ser un hormigueo, calor o ligera presión.
Extracto de los libros de Mantak y Maneewan Chia
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