¿Qué se entiende por autoestima?
La autoestima (self-esteem) es el conjunto de percepciones, creencias y valoraciones que hacemos de nosotros mismos y de nuestras capacidades. Además, la autoestima implica una actitud hacia el mundo y una actitud hacia nosotros mismos. Así, una persona con una autoestima adecuada se valorará de forma positiva y se sentirá capaz de lograr sus objetivos (siempre y cuando, éstos sean realistas), lo que facilitará que mantenga una actitud proactiva y eficaz hacia el mundo, y de seguridad y confianza hacia sí mismo. De esta forma, conseguirá lograr sus objetivos antes y mejor, que una persona que presente una autoestima baja.
Aspectos necesarios para trabajar con nuestra AE
ACTITUD PROACTIVA frente la vida, ante nosotros y nuestras circunstancias. Tomar una actitud viva en la que uno se comporta como sujeto activo y con capacidad de acción y decisión para modificar las situaciones, dota a la persona de un sentimiento de capacidad y dirección de la propia vida. Así, uno mismo se considera responsable de aquello que realiza, y se aleja de sentirse una víctima de las circunstancias.
ESCUCHA ACTIVA de uno mismo y de nuestros propios deseos. Escuchar la voz que nace genuinamente de nosotros es necesario para vivir con ilusión y satisfacción. De esta forma, minimizamos los conflictos internos y actuamos congruentemente con nuestro Yo.
ACEPTACIÓN INCONDICIONAL de uno mismo. Es importantísimo aceptar nuestro ser en su totalidad y sin condición alguna. Es conveniente tomar una actitud de aceptación hacia nosotros y hacia los demás. Evidentemente, puede haber cosas nuestras que nos disgusten y que queramos cambiar, pero el cambio solo se hará posible si previamente aceptamos aquello que queremos modificar.
RESPETO hacia uno mismo. Mantener una actitud respetuosa con nosotros y con el entorno, permite vivir de forma más agradable, más sosegada y con mayor serenidad. El respeto que queremos que los otros tengan con nosotros, es el mismo que nos tenemos que conceder a nosotros mismos. Así, aconsejo firmemente, tener una actitud de consideración y deferencia hacia uno mismo y hacia el mundo. Esta actitud permitirá afrontar las diferentes situaciones que la vida nos plantea, con mayor eficacia.
COMPRENSIÓN hacia uno mismo. Tomar una actitud benevolente y de entendimiento con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea, nos posibilita afrontar las situaciones con mayor confianza y tranquilidad.
LEGITIMACIÓN del Self. La autoafirmación y la legitimación de nuestras creencias y nuestros comportamientos, conlleva un claro refuerzo a nuestra propia estima, y permite podernos sentir personas libres y autónomas.
RESPONSABILIDAD. Actuar de forma madura, responsable y sensata nos da buenos resultados, por lo que vemos reforzada nuestra conducta, lo que posibilita una visión positiva de nuestra forma de funcionar.
En terapia, para ejemplificar al cliente cómo trabajar y potenciar la autoestima, tomo como ejemplo, el de la crianza de nuestros hijos. Si nos relacionamos con nosotros mismos de la misma forma con qué es aconsejable el trato con los niños, estaremos avanzando en nuestro camino para la consecución de una autoestima adecuada.
De esta forma, entendemos que el niño crecerá sano (psicológicamente y emocionalmente) con una crianza/educación basada en el amor, el afecto, el cuidado, la protección y la promoción de la autonomía. Es clave para que nuestros hijos crezcan con sentimiento de seguridad y autoestima, criarles desde el amor. Nunca sobran los afectos, son como lo es el agua para una planta, simplemente necesarios y altamente gratificantes. Escuchar y atender a nuestros hijos (sus deseos, sus miedos…) desde una posición empática, comprensiva y respetuosa, facilita el sano desarrollo del niño. Es importante que nosotros, los padres, les atendamos entendiendo que su forma de ver las cosas y de construir el mundo, es diferente (madurativamente) a la nuestra. Y en este sentido, cuando tratamos con los niños recomiendo que los adultos bajemos de nivel, acercándonos al de los niños, para comprenderlos y atenderlos mejor.
Una madre quiere a su hijo de forma incondicional. Lo acepta tal y cómo es, aunque evidentemente, haya cosas que le pueden disgustar de la forma de actuar del niño. Pero su amor hacia él, permanecerá intacto. De esto se trata, de no condicionar nuestro amor hacia nosotros mismos a nada. Puede haber cosas que nos gusten más o menos, pero la clave reside en respetar y querer a nuestro ser, por el simple hecho de existir y vivir.
Es importante reforzar y valorar positivamente a los niños. Felicitarles cuando lo hacen bien y valorar sus actitudes, aptitudes y comportamientos. La forma adecuada de acompañar a nuestros hijos en su desarrollo, es la misma actitud que nos conviene mantener con nosotros mismos, cuando queremos potenciar la autoestima. Cuando nos respetamos, nos comprendemos y nos valoramos estamos beneficiando nuestra autoestima.
Sabemos que si juzgamos, tratamos con dureza y sin respeto a nuestros hijos, éstos crecerán con menos seguridad personal, con más rabia, miedo y consecuentemente, con una baja autoestima. Con nosotros pasa exactamente igual. Cuando nos juzgamos, cuando nos exigimos, cuando nos tratamos con dureza y no toleramos nuestros errores y fallos, nos acabamos desarrollando como persona inseguras, con falta de autoconfianza, e incluso acabamos rechazándonos, lo que evidentemente causa una importante mella en nuestra autoestima.
Para finalizar el texto, recomiendo a los lectores del mismo, que practiquen en modificar su forma de relacionarse consigo mismas y empiecen a tomar una actitud de respeto y consideración. La autoestima se puede modificar, podemos cambiar, si realmente nos lo proponemos. De hecho, hay una frase que para mí ha sido un gran referente, que dice “querer es poder”. Claro que sí, estoy completamente de acuerdo con esta afirmación. La voluntad, que es proposición e intención (desde la razón), nos moviliza para conseguir aquello que de forma activa y responsable, nos proponemos. De esta forma pues, podemos cambiar y mejorar nuestras creencias y valoraciones acerca de nosotros mismos.
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