domingo, 15 de diciembre de 2019

Artículo: Pensar Holísticamente: ¿Qué significa?


El pensamiento holístico se instaura desde la necesidad de un cambio interior, que primero es impulsada por una revolución interna, para que se implante un nuevo esquema de pensamiento. Este pensamiento debe transferirse a todas las actividades humanas, como por ejemplo la Educación.

Pensar holísticamente, implica ver la totalidad en las personas, procesos, situaciones, experiencias y actividades. Entonces, se aprecia el todo, porque el mismo es más que la sumatoria de cada parte escindida de su fuente original (dicha fuente es la totalidad integrada).

Pensar holísticamente nos conduce a ampliar el horizonte de nuestra visión, superando la mirada fragmentaria que nos restringe la observación a un solo aspecto, perdiéndose la riqueza de contemplar los fenómenos de una manera integral .El análisis debe ser enriquecido, desde una perspectiva de completud, soslayando la estrechez de pensamiento.

Pensar holísticamente, nos abre un nuevo camino, que consiste en:

La fusión entre pensamiento y emoción, que debe envolver a la Nueva Educación.

La incorporación de la mirada desde el corazón de cada contenido educativo, dándole cabida a la expresividad de sentimientos, sin por ello abandonar el rigor científico y metodológico, al contrario, se optimiza y agudiza éste último, porque resulta más refinado el análisis, cuando a la razón se le suma la emotividad.

Pensar holísticamente conlleva un desafío: Aportar conocimientos desde dicha concepción, para contribuir a la construcción de los cimientos de la Nueva Educación, la cual está fundada en la mirada integral u holística.

Pensar holísticamente, es una forma de vida, que se traslada a todos los ámbitos de la vida social (La Educación es uno de ellos), mejorando las relaciones interpersonales, pues las mismas también son observadas desde un sentimiento de totalidad, por encima del sentimiento de separación que produce el ego.

Pensar holísticamente, es ser creativo, imaginativo, nos moviliza a construir posibles soluciones a los problemas, viendo las partes integradas en éstos últimos, y no escindidas o disgregadas.

Pensar holísticamente no es una abstracción, es ser concretos y realistas, pero siempre con un basamento integrador. Estamos conectados con la realidad y el mundo que nos rodea, pero siempre vemos cada cuestión desde una dimensión multidimensional (física, mental, emocional y espiritual). No nos evadimos de la realidad, no somos escapistas, sino que la miramos desde una visión trascendente o espiritual, pero siempre con los pies sobre la tierra, para no caer en un mundo ilusorio o fantástico.

Pensar holísticamente significa la superación de viejos condicionamientos y paradigmas, trascender la clásica visión fragmentaria y la división, para generar una toma de conciencia acerca de que todos conformamos una Unidad con el Todo.

Pensar holísticamente nos induce a comprender que todas las actividades humanas deben estar imbuidas del destello de Luz Divina de la Fuente Universal, incluyendo a la Educación en tanto campo de intervención profesional.

Pensar holísticamente nos lleva a concebir que Fe y Ciencia no son antagonistas, sino que están aunadas con el propósito de servir al ser humano para el alcance de su bienestar multidimensional (Hablamos de las dimensiones: Física, Mental, Emocional y Espiritual).

Pensar holísticamente implica entender que la teoría y la práctica se retroalimentan, es decir que una necesita de la otra en el sentido de que la teoría marca rumbos, traza cursos de acción, reflexiona sobre hechos, mientras que la práctica genera el campo de aplicación de conocimientos transmitidos. Entonces, teoría y práctica no son partes escindidas, sino integradas.

Pensar holísticamente nos permite comprender que la enseñanza y el aprendizaje no constituyen procesos independientes, sino interdependientes y simultáneos: Al mismo tiempo que un docente enseña, está aprendiendo de sus interlocutores, que son los alumnos; cuando se aprende, también se está enseñando simultáneamente, en el sentido de que se siente la necesidad de brindarle al otro el conocimiento adquirido, y esto surge desde la actitud de dar generosamente que tiene en si el sujeto que está aprendiendo (ya que enseñar implica dar, es un acto de donación hacia el otro).

Pensar holísticamente, con una visión de totalidad en las situaciones, personas y /o actividades, es una acción para llevar a cabo en la vida cotidiana y no solamente para ocasiones especiales o de manera esporádica.

Pensar holísticamente nos lleva a la unión de la creencia con las obras, dado que el servicio y la Fe van de la mano, y esto es transferible a todos los ámbitos del quehacer intelectual y material del ser humano. No se entiende la fe sin el servicio al semejante, pues es necesario comprender que ambas son partes que configuran una unidad y no aspectos disgregados.

Pensar holísticamente necesariamente tiene como condición el hecho de la incorporación del mundo de los sentimientos al mundo racional y lógico, porque el ejercicio de las facultades intelectuales no debe marginar a la emoción, sino integrarla:

Esto significa que se plantea el balance o equilibrio entre el intelecto y la emoción; pues ambos son necesarios, pero siempre en su justa medida, ya que el exceso de emotividad produce irracionalidad y el exceso de razón provoca la formación de un individuo frío y calculador con una mente estratega, que no tiene presente en su vida el factor emocional.

Pensar holísticamente implica transmitirle al campo educacional la necesidad de un nuevo modelo pedagógico que contemple la formación integral del individuo, teniendo en cuenta que el ser humano es multidimensional. La Educación debe dejar atrás el reduccionismo de la enseñanza a lo meramente intelectual, lo cual no implica el desprecio por el saber teórico, sino que debe integrarse lo intelectual con las emociones, con el conocimiento ligado a cuestiones espirituales.

El pensamiento holístico implica la generación de una revolución interna que lleve a una necesidad de cambio de mentalidad. Cuando hablamos de revolución interna nos referimos a un quiebre que se produce en la persona (tal quiebre se da dentro del mundo mental que tiene esquemas cristalizados) y a partir de allí se comienza a plantear una modificación estructural de los esquemas de pensamiento.

Para que acontezca un cambio a nivel del interior del individuo ante todo es necesaria una revolución interior, pero una revolución pacífica que lleva a remover arcaicos modelos de pensamiento que han sido implantados en el ser humano a merced de las construcciones institucionales creadas, por ejemplo: Desde el Sistema Educativo se ha condicionado mucho a los individuos, para que adquieran determinados valores y pautas, se nos ha dicho cómo debemos pensar, qué debe decirse o no, se ha propugnado la autocensura del alumno por temor a la sanción generada por la autoridad pedagógica (docente, directivos escolares), se ha cercenado la libertad de expresión y creación del educando, etc., etc. Ante esto, el ser humano debe plantearse la necesidad de cambiar, pero desde el interior, sin dirección externa. 

Para que dicha necesidad de cambio surja espontáneamente en el individuo, primero debe producirse un click interno dentro de la persona que le permita cuestionar los viejos modelos de pensamiento transmitidos por la Educación, pero este cuestionamiento es para animarse a producir el cambio, no con sentido de ser una crítica improductiva y nociva, ya que para que se instaure una nueva forma de pensar es necesario poner en crisis los viejos esquemas mentales, y entonces sí que se producirá el cambio interior.

El pensamiento holístico supone la ruptura con los antiguos modelos de pensamiento, siempre en beneficio del cambio interior que debe generarse en el interior del ser humano. Esta ruptura es necesaria, dado que no es la misma una acción destructiva, sino que implica la implantación de una nueva construcción interna: Una nueva mentalidad en el ser humano. Pues se trata de construir, de sumar y no de destruir y restar.

Hay que tener en cuenta que siempre es necesario una culminación de los modelos mentales cristalizados y transmitidos a través de la enseñanza en las escuelas, para que llegue la novedad del cambio que traen consigo las nuevas estructuras de pensamiento, y esto es posible no por medios violentos ni represivos sino mediante una revolución interior en las personas que produce la necesidad de poner en tela de juicio los viejos modelos mentales, y esto se logra desde una profunda mirada introspectiva

Permitamos que el pensamiento holístico llegue a nosotros, para que logremos el cambio interior que requerimos. Una vez logrado esto, transmitamos esa transformación a los demás, y a todas las actividades que tengamos que realizar.


Lic. Luis Alberto Russi Gerfó.

www.portalholistico.com.ar

www.educartercermilenio.blogspot.com

luisruger@gmail.com

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