Llegan las vacaciones y con ellas los viajes deseados, playas, pueblos tranquilos, reuniones familiares o simples momentos de descanso. Estas son algunas de las muchas expectativas que nos mantienen deseosos de su llegada. A pesar de ello, las cosas pueden tornarse de un color muy diferente a lo que habíamos imaginado. Mala calidad de sueño, nuevas responsabilidades o una mala planificación pueden hacer que nuestras vacaciones se conviertan en una fuente de estrés y de actividad frenética que no sabemos bien cómo manejar.
Contenido
1 El estrés vacacional, un invitado no deseado
2 Planéalas con tiempo
3 Planea unas vacaciones realistas
4 Piensa más en ti
5 Focaliza el momento presente
El estrés vacacional, un invitado no deseado
No paramos de contar los días para la llegada de este periodo que nos trae recuerdos de relax y diversión. Sin embargo, salir de la rutina y tener que enfrentarnos a nuevas situaciones puede hacer que las vacaciones se transformen en algo muy alejado de lo que buscábamos y nos evoquen otras sensaciones nada agradables como el estrés y la ansiedad. Unas sensaciones que pueden hacer que acabemos contando los días para volver a la rutina.
Una encuesta reciente de más de mil participantes llevada a cabo en Reino Unido por el Instituto Británico de Liderazgo y Gestión mostraba en sus resultados que tan solo la idea de unas próximas vacaciones generaba ansiedad en un 73% de los participantes. ¿Cómo combatir este estrés para poder disfrutarlas mejor? En este artículo daremos algunas claves para que este descanso tan deseado no se convierta en una experiencia desagradable.
Planéalas con tiempo
Las obligaciones y los estresores diarios pueden haber hecho mella en la forma en la que hemos planeado nuestras vacaciones. Una mala planificación, hecha con poco tiempo y sin poner atención a algunos detalles importantes puede ocasionar muchos desajustes que podemos tener que ir resolviendo sobre la marcha, llenándonos de estrés y malestar. No conocer la ubicación en la que vamos a estar, haber hecho mal ciertas reservas o tramites o no haber organizado bien el tiempo puede llevarnos a sentir un estrés al que no estamos acostumbrados en nuestra rutina diaria.
Planificar las vacaciones con tiempo y buena organización es una manera de conseguir que esta etapa tan esperada salga adelante con fluidez y tranquilidad, sin tener que experimentar las sensaciones de estrés que no nos permiten disfrutarlas.
Planea unas vacaciones realistas
A veces generamos demasiadas expectativas en nuestras vacaciones. Nos imaginamos viviendo momentos increíbles y perfectos, escena tras escena, durante mucho tiempo atrás; momentos que quizás no siempre suceden tal y como hemos imaginado. Quizás nos hemos creado unas expectativas demasiado elevadas que no se cumplen y esto genera una sensación de frustración y decepción que nos causa malestar.
Las altas expectativas pueden hacer que además llevemos a cabo una mala gestión económica y esto también puede generar mucho estrés. Planear las vacaciones de forma realista, sabiendo que probablemente no sean perfectas, nos harán disfrutar más del tiempo que vamos a experimentar.
Piensa más en ti
Las vacaciones suelen ser periodos que pasamos rodeados de personas queridas. Parejas, hijos, padres o amigos, normalmente compartir estas experiencias junto a otros puede conseguir que vivamos momentos de gran felicidad. Esto, sin embargo, puede ocasionar una gran carga para muchas personas, en un gran caso madres de familia, que sienten como el peso del bienestar de los demás, recae en ellas. Desde la puesta en marcha de cualquier actividad hasta el funcionamiento de los más mínimos detalles puede recaer con más fuerza en algunas personas, que sienten que sus vacaciones dejan de ser algo divertido y si una gran inversión de energía y tiempo para que otros lo pasen bien. En estas situaciones puede llegar a sentirse un gran estrés, así como conflictos con nuestros seres queridos o problemas de pareja.
Pensar en uno mismo, exponer este malestar a los demás y tratar de buscar la participación de todos para repartir fuerzas, puede hacer que este estrés caiga con menos peso en determinadas personas. No olvides cuidar de ti, tratar de encontrar la paz y la tranquilidad y comunicar a los demás tus sentimientos, sin miedo a decir no, si crees que estás asumiendo demasiada responsabilidad.
Focaliza el momento presente
Las vacaciones, especialmente cuando implican viajes, pueden desajustar nuestros horarios y costumbres mucho más de lo habitual. Dormir peor al no conseguir relajarnos en un lugar nuevo, comer menús diferentes o adaptarnos a otros horarios, unidos al estrés prevacacional generado por la necesidad de dejar muchas cosas resueltas antes de partir, pueden conseguir que estas experiencias se conviertan en un desgaste de energía.
Tratar de buscar momentos de relajación y meditación durante las vacaciones, disfrutar conscientemente de lo que estamos viviendo, centrando nuestra atención en el momento presente, es a veces muy necesario para paliar estas sensaciones de angustia.
Estos consejos pueden ayudar a manejar el estrés sentido en un periodo que debería aportarte emociones positivas. Si sientes que las vacaciones no están siendo lo esperado, no olvides respirar, relajarte y no dejarte arrastrar por la ansiedad que esto puede generarnos; recuerda que nada es perfecto y que incluso de lo imperfecto podemos llegar a disfrutar.
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