¿Sabías que Dinamarca ha sido durante varios años el país más feliz del mundo? La clave, o al menos parte de ella, se encuentra en la educación que reciben los niños desde pequeños. Los daneses han puesto en marcha un estilo de crianza feliz que se repite generación tras generación y les permite educar a niños fuertes, emocionalmente seguros y felices que luego se convierten en adultos resilientes, seguros y felices. ¿Cuál es su secreto?
La configuración de fábrica que tenemos “instalada” como padres
"A veces se nos olvida que educar, así como amar, es un verbo que debe conjugarse. Necesita esfuerzo y trabajo para dar resultados positivos. Para ser un buen padre es necesario ser consciente de uno mismo; observar lo que hacemos cuando estamos cansados, estresados o alguien nos lleva a nuestro límite. Esto es a lo que llamamos "configuración de fábrica": la forma en que reaccionamos y actuamos de manera automática cuando estamos demasiado cansados para pensar.
"Gran parte de nuestra configuración de fábrica la heredamos de nuestros padres. Está instalada en nosotros como la placa base en un ordenador. Es la configuración a la que recurrimos cada vez que nos sentimos frustrados y que fue instalada en nuestra niñez. Es cuando nos escuchamos diciendo cosas que no queremos decir, cuando actuamos y reaccionamos de forma inadecuada o cuando nos sentimos mal porque en el fondo sabemos que hay mejores formas de obtener buenos resultados con nuestros hijos, pero no sabemos cómo lograrlo. Todos los padres y madres conocen este sentimiento.
"Por eso es tan importante que observes tu configuración de fábrica, que la analices y entiendas. ¿Qué te gusta de cómo actúas y reaccionas con tus hijos? ¿Qué no te gusta? ¿Estás repitiendo algún patrón de tu niñez? ¿Te gustaría cambiar algo? Solo cuando distingas las actitudes innatas que tienes como padre, esa configuración de fábrica, podrás decidir cómo mejorarla".
Estas son las palabras de la psicóloga estadounidense Jessica Joelle Alexander y la coach y terapeuta danesa Iben Dissing, quienes nos revelan pasa a paso el método de crianza danés en el libro "Cómo criar niños felices".
Estas son las seis claves:
E-nseñarles a jugar
D-efinir la autenticidad
U-tilizar la redefinición para mejorar
C-rear empatía
A-prender a no poner ultimátums
R-eforzar el hyggie
¿Cómo educar a los niños para que sean realmente felices?
1. Enséñales a jugar, pero de verdad
En una cultura altamente competitiva, los niños aprenden a competir entre sí rápidamente, incluso antes de comenzar el colegio. No obstante, los niños necesitan ser felices, no ser los mejores. Si los pequeños deben luchar continuamente por conseguir una meta, obtener buenas calificaciones o ganarse el reconocimiento de sus padres y profesores, no lograrán disfrutar plenamente de su infancia, se convertirán en víctimas del conclusionismo, con la mirada siempre puesta en el futuro, sin aprender a disfrutar del presente. Eso no significa que no deban plantearse objetivos, pero siempre debe haber espacio para el juego.
El juego libre es esencial, no solo en la infancia sino durante toda la vida. A través del juego se descubre el placer de dedicarse a algo sin perseguir un objetivo concreto, simplemente porque la actividad en sí produce disfrute. El juego libre nos permite conectar con nuestra parte lúdica, potencia una actitud mindfulness y estimula la creatividad. Por tanto, si quieres que tus hijos sean felices, asegúrate de que no estén con la vista clavada permanentemente en las pantallas sino que disfruten del juego libre. Déjales espacio para que exploren y descubran el mundo por su cuenta. Recuerda que un niño feliz debe jugar, alborotar y ensuciarse mucho.
2. Deja que sean auténticos
No intentes modelar a tus hijos a tu imagen y semejanza. Cada niño es único, tómate el tiempo que sea necesario para comprender sus potencialidades, necesidades y sueños, de manera que puedas ayudarle a ser auténtico. Recuerda que cada niño debe desarrollar su propia manera de hacer las cosas y que tu misión es ayudarle a encontrar su propio camino, no imponer una forma de hacer o pensar. Anímale a expresar sus sentimientos de manera asertiva y a plantearse sus propias metas. Enséñale a escuchar su voz interior y a conectar con sus emociones.
Transmítele la idea de que lo más importante es centrarse en el esfuerzo individual y que no debe competir con nadie más que consigo mismo. Es importante que los niños no sientan la necesidad de compararse con sus hermanos o compañeros del colegio sino que comprendan que cada persona es única. De esta forma le estarás ayudando a crear una autoestima a prueba de balas. Criarás a un niño seguro de sí, que sabe lo que quiere y que se esfuerza para conseguirlo.
3. Utiliza la redefinición para mejorar
Los daneses evitan usar un lenguaje limitante y negativo con los niños porque son conscientes de que estas palabras dejan una profunda huella en el cerebro infantil. En su lugar, intentan transmitirle una actitud más positiva que les ayude a enfrentar las situaciones difíciles de la vida.
No les dicen a sus hijos qué hacer, cómo deben sentirse ni cómo deben enfrentar ciertas situaciones sino que los animan a analizar los problemas desde diferentes puntos de vista. Utilizan el mecanismo de la redefinición para enseñarles que en la vida nada es completamente bueno ni totalmente malo, todo depende de nuestro punto de vista.
4. Crea empatía
La única manera para mantener relaciones sanas y afectuosas a lo largo del tiempo consiste en reforzar la empatía desde una edad temprana. El método danés para criar niños felices comprende que sin empatía, se puede caer rápidamente en el narcisismo. Sin la empatía, los niños pueden convertirse en pequeños tiranos que padecen el Síndrome del Emperador, de manera que la convivencia en casa es prácticamente imposible.
Se trata de enseñarles a conectar con los sentimientos de los demás, de que comprendan que su libertad termina donde comienza la libertad del otro y de que respeten las ideas de los otros, aunque no estén de acuerdo con ellas.
5. Aprende a no dar ultimátums
Para que un niño sea feliz, necesita tener ciertos límites y reglas que le den un sentido a su mundo, pero también necesita tener libertad y que su opinión sea escuchada. Los daneses son conscientes de que es necesario desarrollar un estilo educativo más democrático que favorezca la autoconfianza. Por eso, en la mayoría de las familias no se dan ultimátums.
En vez de enzarzarse en luchas de poder, se desarrolla una crianza más respetuosa, donde las opiniones, necesidades y deseos de los niños se tienen en cuenta. Se trata de educar desde la cercanía, no desde el miedo o la imposición. Eso no significa malcriarlos sino enseñarles a que hagan valer sus derechos y comprendan desde pequeños que todas las opiniones son igualmente importantes, aunque no siempre tendrán la razón ni se hará lo que ellos quieran. El lema es: enseña a los niños a respetar y respétales, así obtendrás respeto. Es sencillo.
6. Refuerza el hygge
En Dinamarca los inviernos suelen ser fríos y ventosos, con pocas horas de luz, por lo que las personas hacen mucha vida dentro del hogar. Por esa razón, el hygge cobra especial relevancia, un concepto danés que significa pasar tiempo con las personas que quieres en un ambiente cómodo, íntimo y agradable. La palabra hygge también indica una intensa sensación de bienestar que implica sentirse en paz con las personas cercanas y ser capaces de disfrutar de un lugar con encanto.
Este concepto es clave para que los niños crezcan felices ya que les transmite la importancia de pasar tiempo de calidad con las personas cercanas, enfatizando en la importancia de estrechar lazos. No obstante, también les enseña a disfrutar del entorno y preocuparse porque este sea agradable y acogedor para todos.
Fuente:
Joelle, J. & Dissing, I. (2017) Cómo criar niños felices. El método danés para desarrollar la autoestima y el talento de nuestros hijos. Barcelona: Editorial Planeta.
Rincón de la Psicología
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