La esperanza es amiga de la alegría, de los sueños y las metas.

Los desesperados constituyen para los ángeles un gran desafío, porque el ingrediente más importante del valor angélico es la esperanza. ¿Cómo reunir valor si no se espera nada? La esperanza es amiga de la alegría, de los sueños y las metas, es decir, de las cosas que nos empujan a vivir, logran que la vida merezca la pena y nos dan fuerza en los momentos de debilidad.

La esperanza es amiga de la alegría, de los sueños y las metas

Si alguna vez te has preguntado porqué te sientes tan mal física y psíquicamente al lado de un desesperado, la respuesta es muy sencilla, porque trata de robarte la energía que enciende tu brillo interior.

Los desesperados son como la niebla; estropean la belleza natural, oscurecen el horizonte y nos ahogan con los insidiosos humos de su desesperación. Están tan deprimidos que hasta los ángeles necesitan una doble ración de valor para mantenerse en su campo energético.


Naturalmente, en la vida de toda persona hay momentos en los que la esperanza es más un hijo que un derecho, pero casi todos encontramos el camino de salida cuando descubrimos entre los escombros de nuestras esperanzas derruidas un tesoro que nos recuerda que nunca las perdimos del todo.

¿Conoces gente que esté desesperada?
¿Cómo te siente a su lado?
¿También tú te has sentido así alguna vez?
¿Qué cosas aumentan tus esperanzas?

Los ángeles prescriben para la desesperanza el siguiente antídoto

Busca el humor en las cosas;
No seas descorazonador;
Cree en la virtud de la felicidad;
Ten fe en lo desconocido;
Cree más en los milagros que en las estadísticas;
Exprésate sin miedo al ridículo o a las críticas y permite a los demás que hagan lo mismo;
Sé generoso y cariñoso, y obtendrás a cambio amor y generosidad.

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