Imagino que muchos de vosotros habéis estado siguiendo las noticias estas últimas semanas y habréis visto como proliferan multitud de incendios por diferentes partes del planeta, siendo el más notorio y el que más impacto está teniendo en todo el ecosistema planetario el que se ha producido en el Amazonas. No es que haya sido el único incendio, según estadísticas oficiales de varios medios, se han producido más de 75.000 incendios este año en la Amazonía, y otros tantos miles por el resto del planeta, que no salen tanto en las noticias o no tienen tanto impacto emocional, pero que son igual de devastadores y perjudiciales para el ecosistema y la biosfera de la Tierra.
¿La causa de ello? Varias y diferentes. Por un lado, la codicia humana, los motivos e intereses económicos, la inconsciencia de no querer ver o comprender que sin árboles y plantas estamos literalmente “muertos” como especie, que sin oxígeno no vamos a poder respirar y que sin el reino vegetal no podemos sobrevivir. Por otro lado, las negligencias, los descuidos, el querer obtener beneficios económicos y lucro con las tierras y zonas quemadas, el querer expandir terrenos vírgenes para actividades comerciales, etc. También, las “venganzas” entre humanos y grupos, represalias entre personas o localidades, quemándose mutuamente zonas de cultivo o pasto, por mil motivos que tienen mil historias detrás de cada uno de ellos. Finalmente, y una de las más importantes en estos momentos, las órdenes y directrices dadas por los círculos de poder del sistema de control en nuestro planeta para alterar, causar todo el revuelo que puedan, manipular y seguir generando tanto caos como sea posible debido, en parte, a las acciones puestas en marcha en los últimos meses contra sus “superiores” (las diferentes razas “en control”- aunque lo estén cada vez menos) y, en parte, a la necesidad de mantener una población humana que va creciendo en vibración y en consciencia, a cuenta gotas pero sin parar, alterando todos los aspectos posibles de todas las áreas posibles de la vida en nuestra sociedad.
¿Podemos parar esto? Pararlo como tal es muy difícil. No tenemos los medios para enfrentarnos abiertamente a los miles de personas que prenden fuego a propósito a zonas por los motivos anteriores, y no tenemos los medios (de momento) para frenar las acciones de los niveles superiores del sistema de control. Pero tenemos otras herramientas que vamos a usar, si deseáis participar en ello, y que pasan por el cambio de las reglas del juego en el sistema evolutivo en nuestro planeta, pidiéndole, por supuesto, al logos planetario que sea “él” quien cambie estas reglas.
“Octavas Karma”
¿Y qué reglas podemos cambiar? La del “karma”. Pero, cuidado, aquí se activan ya todas las alarmas, programaciones, suposiciones, creencias y miedos posibles en nuestra psique. ¿Cómo que vamos a cambiar las reglas del “karma”? Bueno, vamos a empezar explicando cómo funciona este mecanismo de acción-reacción y causa-efecto.
Espero que recordéis de nuestros estudios primarios en la escuela la tercera ley de Newton, que dice que para toda acción le corresponde una reacción de igual “potencia” y en sentido contrario. Esta ley física es una adaptación al plano “material” de las leyes y procesos energéticos que existen por doquier en todo el universo, quizás en toda la Creación, donde todo proceso que se pone en marcha y genera un desequilibrio en cualquier campo energético de cualquier punto del universo es contrarrestado por las propias fuerzas “cósmicas”, “energéticas” para devolver el “universo” al estado de equilibrio de nuevo.
Como esto puede resultar demasiado complejo aún, bajemos un poco de nivel y centrémonos en nuestro planeta. Kumar, como el logos planetario, como el “ser” que rige la Tierra y todos los procesos que en ella se dan, sigue las normas evolutivas impuestas por el logos solar para todos los planetas del sistema en el que nos encontramos. El logos solar, que recordad recibe el nombre de Rawak en Irdim, sigue las reglas evolutivas “decididas” por el logos “regional”, y este por el logos galáctico, y así sucesivamente.
Por lo tanto, la ley del “equilibrio” es universal y todos los sistemas planetarios la implementan automáticamente. Esto, de alguna manera, es lo que nosotros, en un nivel de entendimiento muy básico, llamamos “karma”, o acción-reacción, causa-efecto. Esto quiere decir que cada vez que se pone en marcha una octava, una acción, un pensamiento, un movimiento, un proceso, genera una energía que “sale”, que se “inicia”, que se activa. Esta energía, onda, proceso, acción entonces causa un “desequilibrio” en los campos energéticos, pues hemos “alterado”, para bien o para mal, dependiendo del proceso iniciado, el entorno mental, etérico y finalmente físico donde esta acción u octava se ha llevado a cabo.
Automáticamente, los propios campos de energía que forman “todo lo que existe” y que están constituidos de “mónadas” conscientes, como llamamos a las partículas más pequeñas que forman eso que llamamos “la Creación”, inician los procesos de recuperar el equilibrio, y, por lo tanto, se produce una onda contraria a la onda puesta en marcha por la persona, ser, ente, elemental o fuerza que sea.
Esta onda contraria no está destinada a castigar a nadie, a causar represalias, a “dañar” a quien inició el proceso, si fuera así, cada micro pensamiento que tenemos o cada mini acción que ejecutamos en nuestras vidas tendría consecuencias enormes que ahora mismo no vemos o de las que no somos conscientes, pero siempre hay una onda de “restaurar” el equilibrio, y esa onda o proceso contrario al proceso puesto en marcha es el que podemos alterar y cambiar por una petición a nuestro logos planetario.
¿Qué conseguimos con ello? Conseguimos que cada persona que ejecute una acción de tal magnitud que afecte al ecosistema planetario, a la humanidad, a la vida en la Tierra, a la biosfera, a los otros reinos de la naturaleza, al sistema evolutivo en el que nos encontramos, etc., vea venir la “onda karmática”, o les podemos llamar “octavas karma” para entendernos, de vuelta con mucha más intensidad y rapidez en su realidad “material”, de manera que este proceso puesto en marcha obligue a quien ejecutó una acción como las anteriores, a compensar, equilibrar, armonizar y restaurar el daño causado, por simple mecanismo de compensación y restauración del equilibrio perdido con el proceso que ha generado.
Puesto que a nivel individual y particular, en nuestro día a día no solemos generar octavas de esta magnitud la mayor parte de las personas, no son reacciones que vayamos a sentir, pero si que lo harán aquellos que, desde el momento en el que se apruebe y se ponga en marcha esta nueva “regla” vuelvan a ejecutar cualquier tipo de acción contra la vida en la Tierra a estos niveles.
¿Vamos a conseguir que dejen de encender fuego los pirómanos, las “élites” y sus subordinados, los humanos sedientos de codicia y aquellos que buscan sus venganzas particulares? No, pero en pocas horas verán materializarse en sus vidas las consecuencias de sus acciones, sean las que sean, y de la manera en la que la propia “vida consciente” en el planeta les devuelva la onda con la petición de “tienes que restaurar el equilibrio de aquello que has dañado”.
Para cambiar esto, evidentemente necesitamos una petición a nuestro logos a través de nuestros Yo Superiores, ya sabéis cómo funciona de todos los artículos anteriores, y luego os pondré una petición para asistir a la reforestación y crecimiento más rápido de todo lo que ha sido quemado hasta ahora.
La petición, una sola vez, a nuestro Yo Superior, es la siguiente:
“Solicito a mi Yo Superior y doy permiso para que se traslade esta petición a nuestro logos planetario, Kumar, como responsable de la vida en la Tierra, sus procesos y leyes evolutivas, sus normas y sistema de vida. Solicito que se incremente en un 5000% las denominadas por nosotros “octavas karma”, aumentando su potencia, velocidad de respuesta, activación y puesta en marcha de los procesos de restauración del equilibrio perdido y provocado por cualquier acción, proceso, octava o causa puesta en marcha por cualquier residente en la Tierra, sea humano, ente, miembro de cualquiera de los círculos y niveles de poder, miembros de las razas asimoss, amoss, animiss, alomiss, zuls, aquellos conocidos como los “grises”, aquellos grupos, entes, fuerzas, seres que los apoyan y asisten, aquellos “residentes” en la Tierra que tienen en este planeta su base evolutiva y cualquier otro ser consciente perteneciente a cualquier reino en el planeta que ejecute o inicie acciones contra el bien mayor de la vida consciente, del ecosistema, de la humanidad y de los reinos animales, vegetales, minerales, reinos dévico y elementales, reinos y fuerzas de la naturaleza, reinos de todos los seres y jerarquías que asisten al logos planetario en cualquier de sus funciones. Solicito que se ponga en marcha inmediatamente este cambio en las leyes evolutivas “karmáticas” y que se haga llegar esta petición a todos los Yo Superiores del planeta, transmitiéndola a las almas de todos los seres humanos y resto de seres conscientes, para que la ejecuten si así lo deciden por libre albedrío, aunque sus personalidades no hayan accedido a la información o conocimiento aquí expuesto para participar en este cambio. Solicito que se hagan los cambios necesarios en los campos conscientes de la Tierra para que estas “octavas karma” se ejecuten con los nuevos parámetros codificados en esta petición con efecto inmediato. Gracias.”
Si un número suficiente de personas con la consciencia e intensidad mínima pone en marcha esta petición, entonces se aceptará su ejecución y se pondrán en marcha automáticamente los nuevos procesos de acción-reacción y causa-efecto bajo la premisa y parámetros codificados en la petición.
Incrementado el ritmo de recuperación de la biosfera
Por otro lado, lo que está quemado ya está quemado. ¿Qué podemos hacer al respecto? Podemos incrementar y ayudar a recuperarse a la madre naturaleza con una petición que cambie los procesos energéticos que necesita el reino vegetal para poder crecer y regenerarse.
De nuevo, ¿cómo se hace esto? Todos sabéis, porque es obvio, que todas las plantas, árboles, flores, arbustos, y hasta el musgo tienen raíces que los conectan a la tierra, y de ahí extraen su sustento, sus recursos, sus nutrientes. Lo que algunos sabréis y otros quizás no tanto es que también todos tienen sus raíces “energéticas”, que los conectan a los campos de vitalidad, de “prana”, de energía de la Tierra. Ninguna planta física, árbol o flor, puede crecer si su parte etérica y energética no se desarrolla primero. Ninguna semilla florece si primero el envoltorio etérico no eclosiona y crece, haciendo luego crecer la parte “material” de la planta o árbol. Para que la recuperación de la flora devastada por todo el planeta se acelere, hemos de dotar de mucha más energía a las partes etéricas y energéticas de todo el ecosistema planetario. ¿Cómo lo hacemos? Hemos de pedir ayuda para que las raíces “etéricas” de todo el reino vegetal lleguen hasta el núcleo etérico del planeta, es decir, tenemos que enchufar literalmente a toda la flora al núcleo de energía vital de la Tierra, ya que ahora solo unos pocos árboles en todo el planeta tiene raíces energéticas tan profundas. Para ello, hace falta ayuda, como siempre, de las jerarquías, grupos y fuerzas de la naturaleza, para que trabajando con los campos “mórficos” de todas las especies de plantas y árboles que se encuentran en el plano mental de la Tierra, desarrollen primero el “molde mental” de todas las nuevas raíces, luego “estiren” la estructura etérica de las mismas, las conecten al núcleo de energía, y se aceleren los proceso de reconstrucción y regeneración de todos los ecosistemas de la Tierra arrasados, quemados o dañados. Esto, simplemente, va a hacer que todo árbol o planta crezca mucho más rápido, y podremos ver zonas hoy en día devastadas por completo, recuperadas y “verdes” de nuevo con mucha rapidez.
Para ello, la petición, a nuestro Yo Superior, una vez, es la siguiente:
“Solicito a mi Yo Superior que traslade esta petición a todos los seres, fuerzas, grupos y jerarquías planetarias responsables del cuidado, crecimiento y mantenimiento de la biosfera planetaria, del ecosistema natural de la Tierra. Solicito que se pongan en marcha todos los procesos y octavas que permitan una regeneración más rápida de la biosfera en la Tierra, conectando sus entramados etéricos y energéticos al núcleo planetario, para que obtengan todos las especies del reino vegetal, flora, árboles, plantas, etc., la vitalidad, sustento, fuerza y “prana” necesario para su crecimiento, regeneración, y recuperación total. Solicito que se asista a todos los campos morfogenéticos y “mentes grupales” de todo el ecosistema de la Tierra a ejecutar los cambios en las estructura etéricas y energéticas de las especies y seres que forman la biosfera planetaria, ejecutando las labores de reconexión de todas las “raíces” energéticas a la mayor rapidez posible a la fuente de energía que representa el núcleo de la Tierra. Solicito que se dote de recursos a esta petición para que fuerzas y miembros de los grupos de “elementales” y “devas” que asisten normalmente al crecimiento de la flora puedan colaborar y potenciar su trabajo hasta que todos los responsables del mantenimiento de la vida vegetal en el planeta den por concluida esta petición. Gracias”
Esperamos que con estas dos peticiones podamos por un lado aprender y tomar consciencia de la importancia del ecosistema planetario y, por otro lado, ver como mucho más rápidamente todo lo dañado se recupera al 100%.
Un abrazo,
David Topí
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