Las metas a lograr o los sueños a cumplir son el motor de nuestra vida. Aquellos que no tienen objetivos, parece que no pueden seguir estando en este planeta. Sin embargo, muchas veces ocurre que por culpa del miedo, la incertidumbre, la poca auto-confianza o el desconocimiento, terminamos escapando de la idea de soñar, imaginar o planificar.
Es en ese momento cuando empiezan a aparecer las excusas. No son para todos iguales, ya que como se dice, cada persona es un mundo, pero pueden agruparse en situaciones similares. Quizás no hayas dicho o pensado la frase idéntica pero si alguna parecida o que significaba lo mismo.
No importa cuál sea tu objetivo, cuán difícil sea lograrlo o qué cosas debes hacer para que se vuelva realidad. Es vital que dejes de lado las excusas y te enfoques en alcanzar tus objetivos.
Las excusas más frecuentes que no permiten avanzar
“No tengo tiempo”. La frase por excelencia en el siglo XXI. Vivimos siempre a mil por hora y nunca tenemos siquiera un minuto para lo importante. Nuestros días pasan yendo de aquí para allá y en definitiva no disfrutamos de nada. El ritmo de vida actual es bastante frenético, eso nadie lo puede negar, pero también es cierto que si queremos, podemos. No te resguardes detrás de la excusa de no tener tiempo libre para no hacer cosas.
Hacer lo que tenemos que hacer es una cuestión de prioridades. Si realmente hay algo que te apasiona, buscarías minutos libres de cualquier sitio, te levantarías antes, tomarías un medio de transporte más rápido, no harías horas extras, etc. Analiza como estás usando tus tiempos antes de usarlo como excusa.
“Tengo que ahorrar dinero”. Si has llegado a tu presupuesto para costear tu meta, ¿Por qué no lo usas? Si es verdad que las crisis, las fluctuaciones económicas y los valores de la bolsa no son estancos, sin embargo, tampoco te puedes quedar con todo el dinero por si llega a pasar algo.
Trata de ahorrar un poco más para quedarte con una reserva ante cualquier situación y el resto destínalo a la concreción de tu sueño. No sabes a dónde puedes estar mañana y qué pasaría con ese dinero. Mejor úsalo de manera inteligente.
“¿Qué van a pensar los demás?”. El “qué dirán” es algo que siempre nos ha preocupado y hay que aceptarlo. ¿Qué pensarán mis padres si dejo de estudiar porque esa carrera no me gusta? ¿Qué dirán mis suegros si decido renunciar al trabajo para quedarme cuidando a los niños? ¿Cómo reaccionarán mis amigos si les cuento que he decidido emprender mi propio negocio?
La verdad, que no te importe lo que piense la gente. Siempre tendrán motivos para criticarte, hagas lo que hagas. Si realmente te interesa lo que los demás digan de tus actos, habla con tus seres cercanos antes de tomar una decisión, pero la última palabra siempre la tienes que tener tú.
“No tengo la capacidad”. La falta de autoestima es un problema muy grave que no nos permite hacer realidad nuestros sueños. Si no confiamos en nuestras habilidades, es imposible que salgamos adelante y cumplamos con las metas que hemos pensado. Nadie ha nacido sabiendo, no lo olvides. Quizás necesitas un poco más de experiencia, conocimientos o práctica, pero nunca digas que eres un “bueno para nada”, aún cuando las cosas no te salgan del todo bien.
Además, si ni siquiera lo has intentado, ¿cómo sabes que no lo puedes hacer? Seguro que tropezarás con muchas piedras en el camino. Tu capacidad reside en quitarlas del medio y seguir avanzando. La vida es equivocarse y aprender del error para luego volver a cometer una equivocación y continuar andando.
Deja de lado las excusas y sé valiente para cumplir tus objetivos. No digas que “no es el momento adecuado”, “eres demasiado grande”, “ya todo está inventado” o “tengo miedo de fracasar”. Intenta todo lo que sea necesario y lo que quieras hacer. Si no sale como esperabas, al menos tendrás una nueva experiencia para sumar a tus anécdotas.
Yamila Papa
Atrévete a ser feliz.
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