Esta idea del amor romántico incluye el mito de que se mantenga el enamoramiento y la pasión intacta, que no se pierdan las mariposas en el estómago y la ilusión de verse, de tocarse, de estar juntos.
Los hiperrealistas y detractores del amor romántico, aseguran que esto no es posible porque el enamoramiento es sólo la primera etapa de una relación de pareja, la cual desaparece con el tiempo y la convivencia.
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Variabilidad e Intencionalidad
Los defensores de amores más sanos y constructivos y de personas capaces de crear sus propias realidades, defendemos la “variabilidad” y la “intencionalidad” del amor para mantenerlo dentro del ámbito del romanticismo.
Variabilidad, porque el amor cambia permanentemente, se intensifica, se modera, se apasiona, se independiza, se asienta, se rebela. No deja de ser amor, solo se viste con diferentes atuendos y se deja ver en diferentes escenarios.
Intencionalidad, porque, a pesar de las creencias populares de que el amor te invade sin previo aviso, te posee y no lo controlas, el amor “se elige” y así como se elige a una persona para hacer pareja, también se elige como vivir ese amor en la cotidianidad.
Desde este punto de vista, el amor no se agota, sino que en la interacción como pareja, una acción tras otra, lo dejamos agotar.
El amor no es siempre igual
Quienes hemos vivido muchos años en pareja, más de 20 años en mi caso, y seguimos eligiendo estar con la misma persona a pesar de las dificultades que se viven en los “ires y venires” de la vida, sabemos que el amor no es siempre igual.
Hay momentos de mucha conexión, unas veces conectas desde la piel y otras desde el alma. Hay momentos en lo que te miras y te replanteas las decisiones que has tomado para seguir ahí y otros en los que tienes la certeza de estar en el lugar y la compañía correcta. Hay momentos en que sientes una inmensa tranquilidad y otros en los que cualquier pequeñez te molesta. Todas y cada una de estas circunstancias pueden ser parte de la vivencia del amor.
Ampliar nuestra forma de percibir el amor
Para mantener un amor para toda la vida, es necesario ampliar la percepción acerca de lo que es el amor, o mejor, de las posibilidades de las vivencias EN el amor.
Es la idealización y la necesidad de perfección de la vivencia del amor, lo que nos lleva a creer que cuando llegan momentos difíciles es porque el amor se ha acabado.
Con idealización del amor me refiero a la búsqueda de los estereotipos más inculcados: el príncipe azul y la princesa en apuros que al encontrarse se funden en un amor verdadero y serán “felices para siempre”.
Nadie nos dice que el príncipe entra en cuestionamientos existenciales y deja de encontrarle sentido a una vida perfecta y eso afecta su deseo sexual, ni nos cuentan que la princesa se harta de ser solo un florero en el castillo, por ser solo una mujer bonita y bien vestida y quiere dejar de ir a fiestas a otros reinos y cumplir protocolos.
Nos quedamos con el “felices para siempre” y creemos que todo lo que se salga de los parámetros de la felicidad está mal y debe evitarse.
No hay que aguantar, pero…
No quiero decir con esto que hay que aguantar en una relación de pareja pase lo que pase.
Hay que saber diferenciar lo que está dentro del amor y lo que se aleja y este es un límite que cada persona de acuerdo a sus creencias y valores, debe tener claro.
Como regla general, discutir, estar en desacuerdo, ser poco respetuoso/a, no cumplir lo pactado, sentir celos, en momentos puntuales, hace parte de lo posible dentro de una relación de pareja y sigue dentro del marco del amor, en la medida en que esos momentos sirven para aprender a conocerse, para volver a plantear las condiciones en las que quieren vivir esa relación, para cambiar y para avanzar en los compromisos básicos del amor: el respeto, la solidaridad, el apoyo y la generosidad.
De lo contrario y en la medida en que se vuelvan sistemáticos y se conviertan en un estilo para relacionarse, se cruza una línea roja en la que debemos dejar de hablar de amor.
Vivir el amor es algo que puede ser confuso. Nos han enseñado muchas ideas erróneas acerca del amor y hay momentos en que no sabemos diferenciar si es una etapa difícil que se puede superar o se ha convertido en una relación dañina de la que debemos alejarnos. Ahí está el meollo de la experiencia humana. Cómo saber qué decisión tomar y cómo vivir con lo decidido.
El amor no es estático, cambia, evoluciona
Queremos que se nos cumpla la promesa de encontrar el amor “verdadero” y ser “felices para siempre”. Lo que no sabemos es que encontrar el amor, que siempre puede ser verdadero, y ser felices para siempre, o sea a lo largo de nuestra vida, no es como tomar una foto, en la que se captura un momento y se mantiene igual con el pasar de los años. Es más bien como video grabado, durante una transmisión en directo, en la que a pesar de tener un guión determinado, van apareciendo circunstancias que generan mejores o peores improvisaciones.
La magia del amor, la produce cada persona en la medida que se conoce cada vez más a si misma/0, gestiona mejor sus emociones, reafirma mucho más su autoestima, se recupera más fácilmente de sus decepciones, recupera el control sobre su bienestar emocional, flexibiliza sus ideas y amplia cada día más su capacidad para incluir y aceptar las diversas opciones que nos presenta la vida sin evaluaciones negativas previas. Estas características hacen que podamos crear “amor” en nuestras vidas y elijamos mejor a las personas con quien queremos compartirlo.
¿Qué otros elementos crees que pueden ayudar a mantener un amor para toda la vida?
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