Cuando abrimos las puertas de nuestro corazón al amor incondicional es cuando podemos expresar la plenitud de nuestro Ser original, porque abrirnos al amor permite alcanzar la perfecta vibración de conciencia que nos hace evolucionar hacia un nuevo estado amoroso del Ser.
El amor por uno mismo es algo que se tiene que trabajar, no cae llovido del cielo, es un acto de nutrición diario, es afrontar la vida desde la aceptación y la conciencia, es permitir experimentar la magia cuando logramos conectar con nuestro niña/o interior, es recuperar la alegría de vivir. No obstante, el “sistema” en el que vivimos pretende confundirnos, pretende convertir el dinero en moneda de cambio del amor, como si de alguna manero el dinero pudiera sustituir al amor o las carencias emocionales que tenemos, comprando la mayor parte de la veces cosas inútiles que al final se acumulan como una insatisfacción permanente del Ser.
Amarse a uno mismo significa en un primer estado conocerte, saber de dónde vienes, que carencias has tenido que suplir en tu camino, si tus aguas emocionales están tranquilas y en paz o por el contrario vives en una tormenta emocional permanente, porque buscas fuera de ti el amor que tú no sabes darte. En segundo lugar amarse a uno mismo, significa comprenderse a uno mismo, porque la comprensión hace que tomemos consciencia de nuestras acciones y porque las realizamos.
En tercer lugar y no por eso menos importante, una vez nos conocemos y nos comprendemos que lo nos abre las puertas del amor es el perdón, perdonarnos desde la la certeza que no fuimos capaces de hacerlo mejor, aliviará nuestro pesar, permitiendo que entre la luz en nuestro corazón, entendiendo que el amor debe salir de la fuente interna de nuestro Ser original, que es la fuente de nuestra verdad que fluye con cada latido de nuestro corazón.
Es el momento perfecto para perdonar, para abrir tu corazón sin miedo, a dar sin esperar a recibir, este instante, aquí y ahora tenemos que ser leales a nuestra misión de evolucionar en consciencia desde el corazón. El miedo y el orgullo sólo nos llevan a mantenernos en las sombras, es hora de renacer y de nutrirse desde el amor. Manifestemos el amor, hagamos que se refleje en nuestro corazón, en nuestros ojos, en nuestros actos, en nuestras emociones. Veamos el amor, la compasión, la lealtad en los actos y emociones de los demás.
Hagamos consciente nuestra magia, el amor abre puertas que ninguna energía es capaz de abrir. Abre tu corazón de par en par, manifiesta tus emociones, deja entrar la luz en tu corazón, sólo así podrás producir el amor en tu vida.
Abro mi corazón al amor que emana de mi Ser original, yo soy otro tú
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