Cuando
sintamos un gran coraje y pensemos que no lo podemos evitar, debemos de tratar
al menos de no manifestar lo enojados que estamos.
Pero
si no nos aguantamos lo suficiente y ya dijimos o hicimos algo negativo,
entonces lo mejor es hablar con nuestro ángel, con nuestro Maestro y con Dios y
pedirle perdón o lo que sintamos por la energía tan pesada que sacamos.
Además,
debemos contrarrestar la energía negativa con algo que iguale lo que hicimos.
Por
ejemplo, pidiendo perdón a quien hicimos daño. Si no se puede con la misma
persona, entonces sacar algo bueno de dentro de nosotros y ofrecerlo diciendo
algo como:
\"Esto
que estoy haciendo lo hago de corazón y con todo mi amor para que contrarreste
lo malo que hice\".
Inmediatamente
estarás programando esas palabras para que sigan a esa mala energía y la borren
o la transformen en algo positivo.
Algo
más que se puede hacer cuando se sienta que el coraje nos va ganando, es sentir
todo lo malo que está pasando en este mundo y tomar consciencia de que con un
enojo le vamos a añadir algo más.
Hay
algunas personas que sienten que pueden liberar su enojo golpeando algo, como
una almohada y que así se desahogan sin dañar a nadie, pero no es así.
Cualquier
cosa que saquemos de ira o coraje afecta porque esa energía no la podemos
controlar y se va.
Entonces
ocurre lo que comentamos al principio, que ese coraje que sacamos en forma de
golpe se convierte en una creación nuestra que se acumulará junto con todas las
energías negativas que otros hayan generado
La
mejor forma de calmarnos cuando traemos dentro un coraje o frustración es
sacarlo con los cuatro elementos:
Primero,
tomas uno de los cuatro elementos, el que sientas o tengas a la mano, por
ejemplo, el agua.
Abres
la llave y metes las manos, empiezas a sentir su energía y a hablarle a esos
seres diciéndoles lo que sientas, por ejemplo: \"Siento esta emoción,
quiero que me ayuden a sacar toda esa energía para no hacer daño a
nadie...\".
En
ese momento los elementales del agua actúan en todo nuestro cuerpo, entran y
empiezan a transformar eso negativo en algo positivo. Lo mismo pasará si usamos
los otros elementos, el fuego, la tierra o el aire.
Al
tener y usar la energía de los cuatro elementos durante un rato, lo primero que
sucede es que nuestra energía se tranquiliza, ya que cuando estamos enojados
está temblando y hasta lo podemos notar en nuestro cuerpo físico.
Una
vez que nos equilibran la energía, van calmando nuestro cuerpo físico y a la
mente.
Este
proceso toma un rato, pero es muy bonito porque es una forma de sacar cualquier
emoción negativa que tengamos sin contaminar el ambiente.
Desde
que nacemos, todos ya traemos esta valiosa información en nuestro ser, por
ejemplo cuando nos sentimos mal por algo vamos a lavarnos la cara o a bañarnos
porque experimentamos esa necesidad de acercarnos a los cuatro elementos para
que nos ayuden a asimilar lo que nos pasa y de limpiar lo que estamos
padeciendo.
Nuestro
corazón es quien nos dice que lo hagamos.
Incluso
si queremos usar esta técnica con algún niño que esté haciendo berrinche es muy
válido. Se le puede meter a bañar, pero antes se le debe decir que lo pondrán
en el agua para que se sienta mejor, así se preparará desde su ser interno.
También con el aire lo hacemos sin darnos cuenta, pero
podemos aprovecharlo. Por ejemplo, cuando respiramos debemos de pedir
inmediatamente a Dios que nos dé por ese medio la energía que libere nuestra
ira al momento de sacar el aire.
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