martes, 1 de diciembre de 2015

Perdonar a Dios. Por Roly Polanco Santana.


Perdonar a Dios.
Cuando tu "enemigo se rinda a tus pies", no es bueno "hacer leña del árbol caído". Pues en este concierto, nadie pierde, pues todos hemos ganado. El amor debe salir en todas y por todas partes. Ese Amor es lo que te define, no seas tacaño.
Es infinito el Amor, pero el odio también.
Porque aún, la sombra es una herramienta de ese Dios, para desentrañar el amor interno. Si no culpas, no te culparán, pero si juzgas esa actitud negativa en el otro Dios, entonces será una guerra de dioses y de titanes que no terminará jamás, porque el odio y la muerte también son infinitos. mejor es decir la frase:
- "También yo hubiera podido cometer ese "error".
Nos hacemos violencia los unos a los otros, por la lucha del ego que se cree dios, pero está ciego por el temor y la ignorancia lo envuelve, por eso tiene que separar, dividir y juzgar al prójimo. Porque en su ilusión se siente ausente, es trágico, nostálgico y parcial. No posee el ego el concepto y "tamaño de bola", se queda con el fragmento, lo define y lo etiqueta, lo marca y lo aparta.
Pero cuando se hace gala del amor y divinidad interna, nos convertimos de inmediato en maestros y sabios.
Entonces ¿dónde está esa sabiduría, la más alta y el principio de toda humildad?
¿A quién se la dejamos?
Quiero que sepas que toda reconciliación con el prójimo, es contigo mismo. Te has perdonado en "ese otro", el misterio es que ahí comienza tu proceso de sanación. Porque has comenzado a amarte.
Dios se equivoca y se corrige en ti, porque también Dios tiene derecho a experimentar y a "meter la pata". Pero tú no te sientas separado, porque eres la chispa que contiene esa Totalidad. Dios también está experimentando en tu cuerpo físico, están co-creando infinitamente.
No te separes más, ni apuntes con el dedo, ni hacia arriba, ni hacia abajo, pues estás arriba, pero también estás abajo.
Entonces, todo lo que te rodea se trasfigura, cambian las cosas y los acontecimientos adquieren un sentido redentor, comprendes que también hay que perdonar a Dios en ese otro. Comprendes que la luz es para iluminar en las tinieblas y que esas sombras también forman parte del Todo que Es y habitan en tu interior, porque no hay separación.
Perdonar a Dios es perdonar a la madre Tierra que te ha visto nacer y ha nutrido, a tus padres que procuraron y adquirieron el fruto de su seno para alimentarte, a tus hermanos que llevarán por siempre tu misma sangre y ADN. Es el encuentro de alegría con la muerte y con la vida, para finalmente poder trascender e ir más allá de esa dualidad no integrada y en conflicto eterno. Es comprender y sentir con los dos hemisferios cerebrales, porque ninguna pieza de ese puzzle sobra.
Yo honro eso que eres.

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