Para los expertos de la medicina psicosomática, los dientes son los
portadores de nuestra vitalidad, además de reflejar cómo vivimos las tensiones
diarias. Con los dientes masticamos todos los alimentos y realizamos el primer
proceso de la digestión en el que se mide nuestra capacidad de morder, triturar y desmenuzar los nutrientes con los que
mantendremos en forma nuestro cuerpo. Podríamos decir que los dientes reflejan
nuestro modo de acometer nuestros conflictos.
Desde hace miles de años, los orientales, en especial los chinos,
encontraron una relación directa y emocional entre las diferentes partes del
cuerpo. Encontraron canales de energía y les llamaron meridianos. Cada
meridiano pasa por uno o más órganos, por dos o más dientes y se conectan con
diferentes emociones.
Los autores de La enfermedad como camino dicen que «una mala dentadura
es indicio de que una persona tiene dificultad para manifestar su ofuscación»,
lo que podría traducirse como un elevado índice de bilis amarilla.
Las personas coléricas tienden a expresar su
ofuscación con excesiva facilidad, mientras que las flemáticas o melancólicas
suelen guardar su tensión en aras de ser aceptadas o por un sentimiento de
impotencia, según el caso. Sea como fuere, o bien por exceso o defecto, la ofuscación se ha
convertido en un arma arrojadiza que suprime nuestra libertad de expresión y
nos hace apretar la mandíbula con riesgo de dañar nuestra dentadura.
En la actualidad, muchas personas están aquejadas de bruxismo (mala
función, de los músculos de la masticación, y que se realiza de forma
inconsciente). Esta disfunción, que acaba dañando gravemente a los dientes,
tiene su origen en el estrés, la tensión y
el impedimento para manifestar lo que nos perturba. Esta
impotencia expresiva seria la causa del rechino de los dientes
inconscientemente.
Es necesario analizar qué nos perturba y cómo mitigar esta tensión antes
de que se provoque tensiones musculares en los hombros, cuello, cabeza, mandíbula
etc. La ofuscación confrontada y entendida es menos dañina que escondida detrás
de nuestros dientes. Convendría asimismo controlar el PH de la saliva, que
debería estar entre 6,2 y 6,5. Cuando está por debajo de estos valores, una de
las causas puede ser un exceso de bilis amarillas motivado, como decíamos, por
la ofuscación.
Están vinculados los problemas de los dientes a una falta de
tranquilidad en los asuntos que nos perturban excesivamente, tendremos que
buscar soluciones antes de perder la calidad de nuestra dentadura.
Clasificación de los dientes
Los primeros dientes que aparecen en el ser humano son los incisivos,
entre los 6 y 8 meses salen los incisivos inferiores centrales, los superiores
centrales y los laterales superiores e inferiores, por ese orden. Según los
orientales, estos dientes están relacionados
por los meridianos del riñón y la vejiga, y para los odontólogos holísticos
están relacionados con el riñón, la vejiga y el terreno urogenital.
En ocasiones los dientes llamados paletos (dientes incisivos centrales)
son mucho mayores que todos los demás, esto refleja un deseo de tener espacio y
vencer el estado de estrés que provoca la relación con los miembros de la
familia. También pueden indicar una deficiente función de los senos frontales
con posible inflamación y sinusitis larvada. Este proceso se agrava cuando el
niño o niña se encierra en su mundo interior lleno de temores, bloqueando la
glándula pineal o epífisis, (generadora de la melatonina a partir de la
serotonina).
Esta sintomatología es más acusada en los niños que
tienen pesadillas y dificultades para conciliar el sueño y que son temerosos
para relacionarse con el exterior.
Los incisivos son la imagen exterior al mundo y dejan entrever nuestra
fuerza para expresar nuestras ideas, masticar nuestras experiencias además de
avisar sobre nuestra correcta o no, posición de la mordida. Los animales
enseñan los incisivos para mostrar su poder. Las
personas con incisivos sobresalientes, en muchos casos, ocultan cierta carencia
de arrojo.
En la edad adulta estos dientes pueden sufrir de
descalcificación con tendencia a su pérdida en edad temprana. Para evitarlo es
aconsejable trabajar el riego con masajes encima de los incisivos y por detrás,
en la cueva de los dientes superiores e inferiores. El riego de esta zona
ayudará muchísimo a mantener vivas las raíces y prolongar su vida.
Del mismo modo será beneficioso y muy útil beber mucha agua fuera de las
comidas y evitar el exceso de sal.
Si el odontólogo nos encuentra alguna caries o daño en los cuatro
incisivos superiores o inferiores convendría revisar el estado de la zona
lumbar y sacra. Si se conoce algún kinesiólogo revisar la fortaleza del psoas
(músculo del riñón). Un buen tratamiento de
esta zona ayudaría notablemente al buen estado de los incisivos y del riñón.
Nuestros dientes, siendo parte de nuestro cuerpo nos hablan y nos dicen
qué está pasando y qué guardamos estancado en nuestro campo emocional.
Caninos o colmillos, cuya función es desgarrar lateralmente los
alimentos para facilitar la trituración a los premolares y molares, los caninos
están muy pocos desarrollados en los hombres, aunque presentan ciertas
diferencias dependiendo de la tendencia a comer más o menos carne. La
civilización, el cambio de hábitos alimentarios, la preparación de los
alimentos y la cocción de los mismos han reducido el cometido de estos dientes,
lo que ha ido modificando las puntas afiladas de los colmillos situados en el
maxilar superior.
Poseemos cuatro dientes caninos, dos en la mandíbula superior y dos en
la mandíbula inferior, son los dientes que
más tardan en aparecer en la dentadura definitiva, y poseen las raíces más
largas de la dentadura, llegando a medir hasta 17mm para facilitar su
estabilidad, y siendo los dientes más sólidos de la dentadura.
Estos dientes, según los orientales, están regados por los meridianos del hígado y la vesícula
biliar, el hígado que es un órgano yin además de por la vesícula
biliar, una víscera, que es yang, también están conectados al sentido de la
vista.
El hígado es el órgano de los valores morales, de la ética y la
ideología. A través de este órgano nos vinculamos a nuestros afectos o nos
sentimos afectados por todo aquello que no cumple con nuestras expectativas.
El hígado es un órgano que se deleita en los sabores, los colores, los ritmos
y todo aquello que le hace disfrutar de una vida relajada y sin privaciones.
Por otro lado, la vesícula muestra la cólera cuando se siente rechazada o se le
exige en exceso. Los arrebatos coléricos se
producen cuando hay mucha tensión o inestabilidad emocional debida a cierta
dificultad para aceptar las diferencias y la diversidad.
La valoración personal la rige el hígado, y son muchos los que padecen
de una baja consideración, que se muestran con sus espaldas dobladas, cargadas
con la mochila de su desestimación. Las vértebras dorsales 9 y 10 están
vinculadas también a estos dientes. Los caninos simbolizan energía y fuerza a
la vez que agresividad y deseo de confrontación. De hecho, los estudiosos de la
astrología lo unen a Marte, el Dios de la guerra.
Las ferropenias afectan a los caninos, en caso de que haya anemia comer
lentejas, carne roja, nueces, granada, etc., hay relación directa entre las
bajadas de niveles de hierro y la debilidad, el cansancio, la desmotivación
vital y otros síntomas.
Relación entre dientes y emociones, por grupos de
piezas
Los incisivos
Los incisivos nos hablan de nuestra relación con nuestros padres, y los
sentimientos de supervivencia y necesidad de ser amados. De nuestra sexualidad
con la pareja y nuestra capacidad de amar a los demás como “padres y madres”.
Los caninos
El canino está relacionado con nuestros deseos de poseer, así como
nuestros deseos sexuales. Dentro de la relación entre dientes y emociones, los
caninos enfermos nos hablan de que la persona puede estar sufriendo sensación
de escasez: “¡necesito más!” Las infecciones en estos dientes se manifiestan en
forma de ira y rabia, así como amargura por no tener aquello que deseamos.
• El primer premolar superior nos habla de nuestros deseos de “ser” en
relación a los demás. Este premolar expresa el deseo individual de
diferenciarnos de los demás. Cuando este diente está enfermo podría deberse a
cambios en la vida que nos hacen sentir como que morimos, que una parte nuestra
muere. Así, emociones como la tristeza y la melancolía son típicas de este
diente.
• El segundo premolar, en cambio nos habla de poner en acción ese “yo” y
crear algo mío en el mundo. Cuando este diente está enfermo puede deberse a un
sentimiento de frustración y desconfianza con uno mismo. “¿Estoy haciendo
aquello para lo que estoy hecho?”
Premolares inferiores
Los premolares inferiores suelen ir relacionados con sentimientos de haber
sido víctimas de injusticias en la vida. Sentimientos como la desconfianza en
el futuro, desilusión y descontento pueden ser algunas de las emociones
expresadas.
Molares superiores
• El primer molar superior nos habla de nuestro deseo de crecer en la vida, de crear nuestra propia vida. Cuando este diente está débil las emociones de miedo o desconfianza en el futuro nos acechan. Suelen ser épocas que vivimos faltos de dicha, sin darnos tiempo para divertirnos y para el placer.
• El primer molar superior nos habla de nuestro deseo de crecer en la vida, de crear nuestra propia vida. Cuando este diente está débil las emociones de miedo o desconfianza en el futuro nos acechan. Suelen ser épocas que vivimos faltos de dicha, sin darnos tiempo para divertirnos y para el placer.
• El segundo molar superior nos habla de cómo nuestros deseos son
recibidos por nuestro entorno y relaciones. Está relacionado con las emociones
de ilusión o desilusión, desapego y codicia.
Molares inferiores
• El primer molar inferior está relacionado con nuestro apego al pasado
y a las experiencias vividas. La emoción resultante es la melancolía.
• El segundo molar inferior nos habla de la flexibilidad que necesitamos
al enfrentar los golpes de la vida. Así, un segundo molar débil nos hablará de
emociones relacionadas con la humildad y la capacidad de reajustarse ante
nuevas situaciones.
Infecciones o problemas en estos molares denotan problemas en el manejo
de nuestras relaciones. Dentro de la relación entre dientes y emociones estas
piezas son también un caso muy a tener en cuenta.
Las muelas del juicio son las muelas que nos hablan de nuestro
destino. Recogen todos nuestros deseos y nos
muestran si realmente andamos en la dirección correcta.
Las emociones que suelen manifestarse cuando existe alguna patología en
estos molares son el enojo y la infelicidad, con un sentimiento de que todo va
demasiado deprisa y no siempre en la dirección que nuestro corazón anhela. La
persona suele sentir que es incapaz de encontrar su identidad en este mundo.
Fuente: http://xananatura.blogspot.mx
http://hermandadblanca.org/
Gracias!
ResponderBorrarHola, en este momento y desde hace 2 días tengo dolor en el segundo molar, ya fui al dentista y me recetó ibuprofeno y metronidazol, me hizo un curetaje para saber si presentaba caries o infección y no hay nada de eso. Sin embargo el dolor sigue presentándose aun con el ibuprofeno
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