Los 9 errores que a continuación se detallan,
pueden cambiar una dieta saludable en otra cosa distinta y opuesta.
Seguramente uno de los días más felices de tu vida,
fue cuando te enteraste que el chocolate era realmente bueno para ti, te diste
cuenta que esos caramelos rellenos que tanto te gustan en realidad tienen un
corazón de saludable antioxidante. Claro, después te diste cuenta que pequeñas
cantidades de chocolate negro y amargo es lo saludable, aquél mezclado con
azúcar y crema no lo es en absoluto.
Cuando entra el factor de urgencia en los
resultados y desaparece el pacto de mantenimiento en el tiempo y de por vida,
entonces lo saludable de la dieta se envilece y se transforma en un
descarrilamiento de intenciones.
He aquí los 9 errores más flagrantes:
Las Promesas: te prometen bajar 5 kilos por semana, claro, comiendo sólo repollo y
pomelo. Estos extremos a corto plazo te alimentan el hambre y luego caes en una
tormenta de ansiedad y atracones. Cuando se eliminan grandes grupos de
alimentos, se eliminan también importantes nutrientes y esas deficiencias
nutricionales atacan tu salud y tus ganas de comer mejor. Otro de los problemas
son los efectos secundarios desagradables, ya que en este tipo de dietas
rápidas se acentúan los alimentos diuréticos y laxantes que conlleva a
peligrosos estados de deshidratación. Un tema a tener en cuenta es la
incompatibilidad de estos alimentos, en tratamientos de esta naturaleza,
con ciertos medicamentos sobre todo los reguladores de la presión arterial.
Si un producto o una dieta suenan demasiado buenos
para ser verdad, probablemente sea mentira. Hay que ignorar las dietas que
prometen resultados milagrosos a corto plazo. El peso se pierde con una dieta
balanceada, en forma gradual y equilibrada.
Vegetarianismo: millones de personas en el mundo son vegetarianos y lo son con las
mejores intenciones. Hay comunidades que lo hacen por amor a los animales y
otras por mejorar el estilo de vida. Se relacionan este tipo de dietas con una
tasa menor de obesidad, diabetes y enfermedades coronarias, incluso cáncer. No
siempre la ingesta de vegetales significa baja en grasas o calorías. Los
alimentos ricos en almidón o los carbohidratos son muy calóricos. Si el queso,
las pastas o los batidos son la base de la dieta vegetariana, se puede ganar
peso y complicaciones de salud.
Ahora, cuando haces de las verduras la pieza
central de cada comida, agregando los granos enteros, frutas y otros
alimentos no cárnicos saludables, obtienes suficiente proteína de fuentes
vegetales como frijoles, nueces, queso de soja y aminoácidos esenciales de los
alimentos integrales, entonces la palabra vegetariano va unida a dieta
saludable.
Más no es mejor: la investigación constante en el campo alimentario, promociona los
beneficios de uno u otro alimento. El chocolate, el vino tinto, el aceite de
oliva, las nueces tuvieron su protagonismo en la corte de los platos
milagrosos. Es verdad que estos alimentos representan beneficios para la salud,
pero en la medida y la combinación adecuada, las grandes cantidades de ingesta
de estos productos no garantizan la misma proporción de salud.
Por ejemplo, el chocolate, el aceite de oliva, y
los frutos secos son ricos en calorías. Una cucharada de aceite de oliva tiene
120 calorías. El vino tinto contiene alcohol que, en grandes cantidades, puede
aumentar el riesgo de contraer enfermedades del corazón y cáncer.
Está bien agregar algunos de estos ingredientes en
tu dieta. Pero hazlo con moderación y como parte de un plan de alimentación
saludable. Eso significa un poco de aceite, no borbotones. O un puñado de
frutos secos, no una bolsa. Debes manejar estos conceptos.
Súper Alimentos: ¿Qué pasa con los llamados súper alimentos,
como por ejemplo, la baya de Acai - una fruta rica en antioxidantes de Centro y
Sur América - que supuestamente tienen increíbles beneficios de salud?
Aquí va una verdad controversial, pero probada: no
existen los llamados súper alimentos, el beneficio de la dieta saludable va a
ser tan bueno como ella en toda su extensión. Los diferentes alimentos trabajan
en forma sinérgica e integralmente. El panorama general es lo que cuenta.
Los malditos carbohidratos: En la otra punta están los alimentos demonizados, si te deshaces de
ellos, pagarás el precio nutricional. Los hidratos de carbono son un buen
ejemplo. Quieres reducir el pan blanco y el arroz blanco, debido a que estos y
otros granos refinados son bajos en nutrientes, pero no debes olvidarte que son
las principales fuentes de energía, aquellos comestibles como el pan integral,
la avena y el arroz son ricos en vitaminas B y Acido Fólico, esenciales para la
buena nutrición.
Grasas cero: Hubo momentos en que "bajo en grasa" y "sin
grasa" eran los mantras de las personas que hacían dieta. Los fabricantes
de alimentos atienden a esta tendencia mediante la introducción de versiones
“livianas” de sus productos, como galletitas sin grasa y aderezos para
ensaladas bajos en grasa, lógicamente que para no rebajar el sabor, tuvieron
que apelar a sustitutos químicos asesinos causando verdaderos estragos en la
salud.
Las tendencias revisionistas actuales, aseguran que
la grasa ya no es el malo de la dieta. Los médicos y dietistas subrayan que las
grasas son buenas para ti. Las necesitas. La grasa es un componente de cada
célula de tu cuerpo. Con el fin de que, metabólicamente, tus células sean lo
más eficaces posible, tienes que tener grasa en tu dieta, y muy especialmente
cuando estás en una, te ayuda, entre otras cosas a darte sensación de saciedad,
además debes tener en cuenta que, la falta de grasa hace que el azúcar en
sangre sea inestable por un periodo más largo de tiempo y tienes sensación de
hambre en todo momento.
Debes elegir, eso sí, grasas saludables,
insaturadas de origen vegetal, y no demasiada cantidad. Las nueces, las
semillas y los aceites vegetales como el aceite de canola o de oliva, son los
ejemplos más sanos.
Dieta Martirio: ¿Cuántas veces te has castigado para lograr entrar en un pantalón
o lucir una malla en vacaciones sobre todo, negándote casi todos los alimentos
que te hacen feliz? Cortar tus bocados predilectos sólo te prepara para el
fracaso. Es muy poco realista, para la mayoría de la gente, mantener ese tipo
de dieta a largo plazo. No hace falta que renuncies a tus comidas
favoritas. Sólo debes comer con moderación.
Todo es cuestión de pequeños lujos sin ser
excesivamente indulgente cuando se trata de alimentos muy ricos en calorías. A
modo de sugerencia, puedes combinar dulces con alimentos más bajos en calorías,
por ejemplo, derretir una llovizna de chocolate sobre frutillas frescas o
consumir la granola con unas pocas chispas de chocolate.
Atiborrarse de Pasto: Otra tendencia reciente en una dieta saludable es sustituir por seis
pequeñas ensaladas las antiguas tres comidas al día. El pastoreo tiene sus
ventajas. Mantiene tu nivel de azúcar en sangre estable durante todo el día,
así que no te da tanta hambre. El problema es que te la pasas comiendo, lo que
puede significar un problema de calorías a largo plazo.
Si estás acostumbrado a comer en forma más completa
y entonces empiezas a pastorear, es muy fácil que lo hagas en cantidades cada
vez más grandes de lo que en realidad deberías, entonces podrías terminar
adquiriendo más calorías.
Lo sostenible en una dieta saludable: cuando eliges una dieta, sea por razones de
perder peso o por una condición física que lo amerita, lo sostenible y más
importante es encontrar una que se adapte a tu estilo de vida. Pregúntate a ti
mismo cuando te enfrentas a nueva dieta, ¿Puedo comer de esta manera por el
resto de mi vida? Si la respuesta es negativa, no es la dieta para ti.
Ya sea que quieras perder peso o atender a los
síntomas de alguna enfermedad, la clave es hacer pequeños cambios en tu vida.
Agregar, por ejemplo, más frutas y verduras a tus comidas. Iniciar cada mañana
con un desayuno más saludable. Hacer más ejercicios, alrededor de treinta
minutos por día.
Las dietas saludables se construyen, no tanto desde
los alimentos en sí, sino desde las calidades y los compromisos.
bionaturista.blogspot.com.a
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