Podemos denominar a cada aspecto del yo como un pequeño yo pero esto no significa que estos pequeños yoes estén separados. Cada pequeño yo (i.e. el orgullo, la codicia, la gula etc.) es solo una cara o un aspecto del único yo o ego. Esto significa que el único yo se transforma y asume la forma de orgullo, envidia, ira, gula, lascivia, avaricia, codicia, etc. de la misma manera que el agua (que es H2O) se transforma en varias formas y aparece como líquido, nieve, hielo, lluvia, vapor, niebla, granizo, humedad y nube.
Podemos comparar también el ego con un árbol. Su tronco es la sensación "yo soy el cuerpo" y sus ramas son las varias tendencias egoístas (orgullo, envidia, ira, gula, lascivia, avaricia, codicia). Las ramas no están separadas del árbol sino son expresiones del árbol. Igualmente, las varias tendencias egoístas no son yoes separados sino expresiones del único yo.
Por eso la mitología griega simboliza el yo o ego con la Hidra de Lerna, que era un monstruo con muchas cabezas y no varios monstruos separados.
Es cierto también que los pensamientos no son el yo o los varios pequeños yoes, sino solo un medio (como también lo son la imaginación, la razón, los sentidos y la energía vital) de expresión del yo.
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