Amados…
Hace
ya un largo tiempo que no escribo un mensaje de mis últimas experiencias a
través de mis sentires…
Muchas
situaciones he vivido en estos últimos meses, algunas dolorosas desde el Alma,
otras desde lo emocional, otras desde lo mental y otras… desde mi cuerpo
físico.
Espero
que este relato, realmente logre cumplir con el único fin…
Ser
una luz dentro del caos aparente que debemos todos atravesar y digo aparente,
pues en realidad son los abismos propios de una Maestría mayor que debemos
alcanzar.
El
desapego es uno de las condiciones que debemos alcanzar para nuestra evolución
individual, pero cuando “creemos” que lo hemos alcanzado en alguna área de
nuestras vidas, ella, la vida misma, nos indica que aún falta algo más de
soltar…
A
veces son miedos muy arraigados en nuestro pasado histórico, que son reflejos de
otras vidas…
Esos
miedos están aferrados en nuestra mente, en el inconsciente, por lo cual, no
somos totalmente conscientes de su dimensión y anclaje.
Traerlos
a la conciencia y soltarlos en el amor, para mí fue una una tarea titánica.
Sentía
el miedo, pero llegar hasta su mismo origen, implicó realizar un viaje profundo
a los planos del inconsciente…
Para
lograr descender hasta la raíz misma, del miedo, debemos ser valientes y
esperanzados, pues ese miedo, hay que Sentirlo en toda su extensión…
Valientes,
pues hay que tener valor para reconocerlo…
Esperanzados
pues, debemos tener un alto grado de esperanza, pues al sentir el miedo, no caer perdidos en él, por el contrario lograr remontarlo en el amor para llevarlo
a la luz de la reflexión y después… soltarlo.
Para
superar el miedo, debemos sentirlo, en cierta forma… entregarnos a él, para
conocer su mismo origen y saber hacia dónde nos dirige y así sanarlo en la
compasión infinita y la comprensión definitiva que no lo necesitamos para Ser
lo que venimos a Ser… Luz encarnada en evolución.
Entonces…
Bajé,
bajé… y seguí bajando hasta la misma esencia del miedo ancestral, lo sentí en
toda su intensidad, se convirtió en terror, no tenía escapatoria, debía
atravesarlo…
Cuando
lo crucé… comprendí que ese miedo, tan temido por mí de muchas vidas era una
ilusión, era una creación, almacenada en mi inconsciente…
Al
hacerlo consciente, de lo frágil de su existencia, simplemente dejó de
existir, pues la Luz de de la
comprensión desde el amor ilimitado, disolvió el miedo, dejando paso a un
increíble espacio de Luz.
No
fue una tarea sencilla, pues primero tuve que detener el parloteo mental, que
me distraía para que continuara incrementando el hábito del miedo.
La
mente busca mantener los miedos vivos, pues en ellos, ella es la soberana, pero
el Amor, pudo más que la mente y fue el Corazón derramando compasión, amor
hacia mi misma la que me liberó del miedo a ser lastimada…
Fue
una auto sanación, donde primero debía
sentir el miedo desde su misma esencia, descender hasta su origen, para
después elevarme sabiendo que existió, pero había sido iluminado cuando
comprendí que el amor podía disolverlo desde el perdón hacia mí misma, por
haberme herido durante tanto tiempo con la creencia mental, que el miedo a ser
herida era infranqueable, imposible de vencer…
El
miedo es débil, les diría frágil cuando se lo atraviesa desde el corazón.
El
miedo genera manifestaciones de rencor, confusión, dudas, desconfianza,
generalmente nos quedamos con sus manifestaciones exteriores y justificamos su
existencia, pues fuimos… “agredidos”, “lastimados”, “ofendidos” y en realidad
las manifestaciones, tapan el miedo encerrado en el inconsciente.
Entonces…
Viajen
hacia el miedo, atraviesen sus murallas, desde el amor, desde las ganas de
liberarse de él…
Sienta
el miedo, sin miedo a ser lastimados por sus efectos colaterales, el miedo se
puede disolver tan fácilmente, como fue creado por el Ego, simplemente con la
seguridad absoluta que el amor puede liberarnos de su existencia
definitivamente.
El
amor es entrega…
El
amor es dejarnos conducir, por Dios en nosotros…
Para
ello debemos Ser prolongaciones de la Chispa Divina que vive, palpita en
nuestro corazón.
Ser
en nuestro hacer diario, como Dios lo haría… siempre en la comprensión, en la
reflexión, en el amor… a pesar del caos que pueda reinar fuera de nosotros, en
nuestro interior el Amor del Corazón siempre nos rescata al mejor lugar que
habita en nosotros… la Paz Interior.
Desapegarme
del miedo, fue una liberación increíblemente sanadora, pues comprendí que el
miedo se lo podía vencer en el amor, entregando el poder a Dios en mi Corazón.
Dios,
siempre nos centra en el mejor de los lugares… El Amor.
Se
sucedieron, más acontecimientos con el transcurrir de los días, donde mi valor
fue puesto en su máximo nivel…
A
mi esposo le realizaron un estudio tomográfico de sus pulmones, pues la tos no
cedía hacía ya varios meses… el resultado del estudio… fibrosis pulmonar.
Realmente
la noticia me impactó mucho, pues él había superado el cáncer de colon y ahora
otra nueva enfermedad de larga data y sin una solución para erradicarla.
Me
costó mucho aceptarlo, pero Dios en mi me abrió otra puerta… La aceptación de
la situación, convivir con ella, aceptado que a pesar de mis esfuerzos de años,
para no llegar a una enfermedad, no era responsable del libre albedrío que
mi esposo ejercía sobre su propia vida y el consumo de cigarrillos era su
responsabilidad.
Superado
este impacto a nivel emocional, llegaron los problemas en mi salud física…
Unos
dolores de cabeza muy extraños, que nunca antes los había sentido.
Se
originaban en la base del cráneo, ascendiendo hacia el lado derecho de la
cabeza.
Los
dolores eran internos, los primeros días de iniciados, no podía dormir, trataba
de apoyar mi cabeza de distintas maneras en la almohada, pero solo con
calmantes parecía que se iban, para regresar nuevamente…
Mientras…
Se
acercaba la fecha de una nueva operación, programada que había concertado con el cirujano para la
extracción de un lunar en el lado izquierdo del rostro…
Y dolor de cabeza, que
no lograba superarlo…
Buscaba la causa, pero no le encontraba el origen
del mismo, por suerte una amiga, me alertó de la gravedad del tema que podía
derivar el dolor en un infarto cerebral, que mi tema era… crear espacios vacíos
en mi mente, dejar de pensar, dormir más
en una palabra, descansar.
Durante
tres días por las noches ambas rezamos en armonía con Yeshua, el Arcángel
Rafael y la Madre María…
Inicié
un trabajo consciente de soltar viejos pensamientos arraigados a situaciones
que no podía modificar, pues no dependían de mi esfuerzo personal…
Se
los entregué a Dios en mi, que se haga su entera voluntad, de nada servía
pensar en temas donde los involucrados nada aceptaban para modificar
situaciones de convivencia, por el contrario, cada día lo profundizaban un poco
más.
Asimismo,
debo agradecer a todos aquellos que trabajaron desde el silencio sanando mis
energías, algo agotadas… GRACIAS A TODOS!!!!!
Entre
todos desde el Cielo y desde la Tierra, logré superar ese tan molesto dolor de
cabeza…desapareció!!!
Finalmente
llegó el día de mi operación, no fue dolorosa, como en otras oportunidades,
pero el médico me recetó antibióticos, con mi advertencia que no debían
contener penicilina, pues soy alérgica a la misma.
Pero,
a pesar de no contener penicilina, mi cuerpo reaccionó con alergia… aparecieron ampollas todas ellas en el lado izquierdo
de mi cuerpo…
Tenía
que ser esta nueva manifestación de mi cuerpo, por alguna causa, que estaba
saliendo a la Luz, para ser sanada.
¿Cuál
era la relación el dolor de cabeza del lado derecho, la operación, la posterior
alergia?
Busqué
en mis apuntes y recordé que el lado derecho del cerebro (inflamado) se relaciona en la
energía Yin (Femenina) y la misma se refleja en lado izquierdo del cuerpo que
representa el lado femenino ancestral.
Entonces…
¿Qué
más sanar???
¿Qué
me estaba diciendo mi cuerpo?
¿Qué
más soltar????
Profundicé
mis sentires…
Llegué
al dolor ancestral de las mujeres tanto de mi familia materna como paterna, que
fueron destratadas, por los juicios de valor que se realizaron indiscriminadamente
sobre todas ellas, por exigirles todo, hasta sus propias vidas, por el trabajo
continuo y el sacrificio diario, sin casi ningún reconocimiento, del esfuerzo
realizado.
Entonces…
Mis
operaciones, seis lunares en total, eran energías mal calificadas de origen
ancestral, que yo sentía que debía desterrar en mí, para liberar luz en el ADN
familiar.
Sentí
que el dolor de cabeza, era mi dolor ancestral de mujer lastimada, herida ya
sea de palabra, de acción o del pensamiento que juzgaba antes de comprender los
sentires del Alma y finalmente las ampollas de la alergia, seguían un recorrido,
como un camino perfecto desde el hombro hacia el corazón y hacia la garganta,
eran los sentires ardientes de las palabras no dichas, de los sentimientos no
expresados.
También
recorrían mi pierna izquierda hacia el tobillo, indicaban cuando nos tratan de
detener nuestros pasos, nuestro progreso a través del dolor, la culpa y el
sacrificio sin amor…
No
hay dolor tan fuerte que no se pueda superar desde el Amor, cuando el Alma se
conecta al corazón y desde él a nuestro Ser Superior…
Aunque
el cirujano me dio medicación para calmar los dolores de las ampollas, me
aclaró, que mi alergia ya no era exclusivamente a la penicilina, sino que era
un tema genético…
Entonces,
confirmé que era un tema arraigado en el ADN y que las mismas se irían
desapareciendo en la medida que el perdón sanara las líneas ancestrales de mi
familia tanto paterna como materna, para llegar finalmente, a mi misma y desde
allí sanarme en este ahora.
Logré
conectar el hoy, con el pasado de mis ancestros y mi cuerpo tanto físico como
emocional y mental era la fuente más preciosa para que esas heridas salieran a la
Luz y finalmente ser sanadas en el perdón.
Soy
consciente, que mi trabajo en mi propia sanación seguirá su marcha hasta mi
último día de mi existencia Terrenal, pero agradezco la oportunidad que me
brinda esta vida, en este ahora, para SANAR!!!!
Bien…
espero que este largo relato les sea a todos los que lean este mensaje de
alguna utilidad, pues es mi misión compartir experiencias, que pueden ayudarlos
a iniciar o continuar sus propias transformaciones.
Gracias
a todos, los que con paciente lectura llegaron hasta su final.
Hoy,
puedo decir, que lentamente me recupero, en mi Paz Interior…
La
vida fluye y yo con ella. Namasté!
Con
Amor, Ashamel Lemagsa.
Excelente mensaje testimonial, tendiente a la autosanación de cada uno de nostros.
ResponderBorrarMe encantó como uniste cada manifestación...y hago votos porque todo pueda ser sanado en tí...lo antes posible...aunque decretaste hasta tu ultimos días....ummm...eso sí que no Ashamel...el tiempo es YA...!!!
SOMOS UNO
SOMOS CONCIENCIA
TE AMO
Eugenia
Así es Euge!!! , el tiempo es YA para SANAR!!!!!
BorrarNo le temo al karma propio ni ancestral, por eso hasta el último día de mi existencia Terrenal, trabajaré en mí para liberar karma tanto propio como de mis ancestros... para eso llegué a este tiempo. Te amo. Somos UNO!.