Amados...
Las puertas lentemente se iban cerrando...
A veces, las cerraban las violentas "sombras" de los egos perdidos en el orgullo.
Otras, las cerraba la sabiduría de la vida plena, que nos empuja hacia los nuevos y desconocidos senderos.
Más cerraba sus puños para retener la puerta abierta, más rápido se cerraba...
Y la Paz...
Y la Alegría...
Y la fortaleza...
También parecían que partían junto con todo aquello que se iba despidiendo...
Ya nada quedaba, más que un gran vacío...
Y cuando creía todo perdido, todo vacío...
Una puerta jamás reconocida, tan cercana, tan tranquila...
permanecía aún abierta.
Tan cerca de las manos, tan cerca del corazón...
Era un puerta de tanta Luz!!!!
Era la Rosa de la Vida, la Rosa de la Paz Interior!!!
Habitaba en el Corazón, al lado de Dios... YO SOY!!!
Una Puerta, no reconocida, por el afan de buscar afuera, otras puertas, que se abrían y se cerraban al compás de la evolución.
Pues todo cambia, todo evoluciona, todo se transforma...
Salvo, la Paz Interior, que siempre está viva, siempre esta dispuesta para que habitemos en ella, sin límites de tiempo.
La Rosa de la Paz Interior, habita en tu corazón.
No la busques en los libros.
No la busques con las técnicas de meditación.
No la busques con los magos, los curanderos o los predicadores...
Ella habita en el silencio del corazón.
Ella espera que sueltes toda búsqueda.
Ella se abrirá cuando en la quitud del Alma, decidas entregarte a su Amor, único, incondicional e ilimitado.
Ella, la Rosa de la Paz Interior es...
Dios en ti.
Es tu Esencia Divina.
Eres tú.
Es Dios en ti.
Somos Luz.
Somos Amor.
Somos Paz.
Con Amor, Ashamel Lemagsa.
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