VI
PENSAMIENTO Y CREACIÓN
196. He dicho ya que el hombre no piensa; que SOY YO, en lo interno, Quien hace su pensamiento.
197. He dicho, asimismo, que el hombre cree que él es el que piensa.
198. Como esto parece una contradicción, se hace necesario que Yo te haga ver que el hombre, comúnmente, no piensa como tampoco hace nada de lo que él supone que hace.
199. Pues SOY YO, desde su interno, el que hace todo lo que él lleva a cabo, aunque necesariamente lo hago por su organismo, es decir, a través de su personalidad, de su cuerpo, mente y alma.
200. Voy a explicarte claramente cómo es esto.
201. Primero trata de comprender que Yo te hice a Mi Imagen y Semejanza, y que Yo tengo Mi Ser en tu interno. Aun cuando tú, de cierto, no sepas esto todavía, y, en cambio, creas que YO, Dios, SOY un ser que se encuentra en algún
lugar lejano, y que, por tanto, estamos separados, trata, por lo menos, de imaginarte que ESTOY en tu interno.
202. Después, date cuenta claramente de que lo que tú haces cuando piensas no es realmente pensar, ya que no es un pensar consciente; y esto es así precisamente, por que tú no eres consciente de Mí, que SOY el Inspirador y Director de cada idea, de cada pensamiento que entra a tu mente.
203. Date cuenta, asimismo, de que precisamente porque ESTOY en tu interno, y porque tú eres Mi Imagen y Semejanza, y posees, por tanto, todas Mis Facultades, tú tienes el poder de pensar; pero precisamente porque no eres
consciente de que pensar es crear, y de que ése es uno de Mis Divinos Poderes que tú usas, ciertamente has estado pensando toda tu vida, pero ello ha sido sólo un falso pensar, o lo que tú llamarías erróneo pensar.
204. Y justamente este erróneo pensar, es decir, ese no saber de tu parte que has estado haciendo un mal uso de Mi Poder ya dicho, es lo que te ha estado separando de Mí, en conciencia, cada vez más y más; pero siempre, sábelo, cumpliendo con Mi Propósito, lo cual se te hará claro más adelante.
205. La prueba que corrobora lo antes dicho la tienes en el hecho innegable de que tu te crees separado de Mí; que estás viviendo en un mundo material; que tu cuerpo de Carne, a 15 ves que engendra tanto el placer como el dolor, también
les da refugio, y que una influencia maligna, llamada Demonio, se está manifestando en el mundo y oponiéndose, por tanto, según crees, a Mis Designios.
206. Sí, tú crees que todas estas cosas son efectivamente así.
207. Y son así para ti, porque todas las cosas son para la conciencia del hombre mortal lo que él piensa o cree que son.
208. Y sabe que Yo Soy el que, asimismo, he hecho que todo le parezca al hombre lo que él cree que es.
209. Veamos si esto es o no es verdad.
210. Si tú crees que una cosa es de tal o cual modo, ¿no es ella, acaso, en realidad, para ti, exactamente como te la figuras?
211. ¿No es verdad que cuando algo te parece real, ya sea, por ejemplo, lo llamado pecado o perversidad, alguna aflicción, dificultad o zozobra, no es verdad, repito, que todo ello es así, sólo porque tu pensar y creer que así es lo hace de esa manera? Otros, en cambio, pueden estar viendo eso mismo de manera diferente por completo, y, aun, pueden hasta estar pensando que tu punto de vista constituye una tontería. ¿No es esto así?
212. Si esto es verdad, como indudablemente lo es, entonces, tu cuerpo, tu personalidad, tu carácter, tu ambiente, tu mundo, son, ni más ni menos, lo que todo ello a ti te parece ser y no puede ser de otro modo, porque todo lo has
pensado que es como está al presente.
213. Así, pues, si tu ambiente actual, tu carácter, tu cuerpo (en caso de estar enfermo), etc., no te agradan como están, sabe que tú puedes transformarlos, valiéndote del mismo proceso de que te serviste para hacerlos como son o están
actualmente; tú puedes hacer que todo eso sea como quieras que sea, pensándolo según tus deseos. ¿No es así?
214. Aunque quizá preguntes: ¿Cómo puede uno lograr ese verdadero pensar, ese pensar consciente, que es el que produce un cambio de tal naturaleza?
215. Veamos, Primeramente, sabe que Yo, tu Ser Real, he llevado tu atención a las cosas que ahora te desagradan y que te hacen pensar que son lo que ahora te parecen ser. Si, Yo y sólo YO SOY el que en tal forma estoy preparando tu mente humana para que, cuando vuelvas a Mí, que moro en tu
interno, lleno de Fe de inquebrantable Confianza, se haga posible, por el hecho mismo de que te has vuelto a Mí, que Yo te capacite para ver todas estas cosas en su fondo Real, y ya entonces puedas manifestar en tu vida la Realidad de ellas, y
no más lo que ahora te parecen ser, lo cual tanto te desagrada.
216. Sí, Yo llevo a ti todo lo que por su aspecto exterior puede atraer a tu mente humana o inducirla a proseguir en su búsqueda o investigación terrenal, y todo con el objeto de hacerte aprender lo ilusorio que es, para la mente humana,
todo aspecto externo de las cosas materiales, así como también la falibilidad de todo juicio o comprensión humanas; solamente así podrás retornar a Mí y a Mi Sabiduría en tu interno, reconociendo-Me como el Uno y Único Intérprete e
infalible Guía.
217. Y cuando ya hayas vuelto así a Mí, Yo te abriré tus ojos y te haré ver que la única forma de que puedas lograr invariablemente el cambio que deseas en tu modo de pensar consiste en cambiar, asimismo, tu actitud hacia las cosas que
al presente crees que no son lo que debieran ser.
218. Es decir, que si esas cosas no te son satisfactorias ni agradables, y, por tanto, te afectan hasta causarte malestar físico y confusión mental, lo primero que debes hacer es dejar de pensar que ellas puedan afectarte o perturbarte de tal
modo.
219. Porque, ¿quién es el que manda?, ¿tu cuerpo, tu mente o Tú, el YO SOY interno?
220. Entonces, ¿por qué no has de hacer sentir que Tú eres el amo, que Tú mandas? Y esto lo puedes lograr sujetándote a pensar sólo las cosas verdaderas que el YO SOY de ti en lo interno desea que pienses.
221. Porque sabe que precisamente por pensar las cosas a tu modo, por permitir los pensamientos inarmónicos, sólo por eso, les das el poder de afectarte o perturbarte; de otra manera, no tendrían ninguna influencia sobre ti. Cuando
dejes de pensar que en ellos hay algún poder para influirte y te vuelvas a Mí en lo interno, y dejes que Yo sea el que dirija tu pensamiento, El que gobierna tu mente, entonces esos pensamientos inarmónicos desaparecerán, desde luego, de tu
conciencia, y se disolverán en la nada, de donde los formaste al pensarlos, o mejor, al erróneamente pensarlos.
222. Cuando ya te sientas bien dispuesto a hacer esto, entonces, y únicamente entonces, estarás listo, no sólo para crear por medio del pensamiento consciente, debidamente efectuado -es decir, dirigido por Mi-, las cosas reales y
permanentes que Yo, desde tu interno, deseo que tú crees, sino que también estarás listo para recibir la Verdad.
223. Cuando ya así puedas distinguir lo verdadero de lo falso, lo real de lo aparente, entonces tu pensar consciente será tan poderoso para crear todas las cosas y condiciones que desees, como antes lo fue tu pensar inconsciente, para crear las cosas que, si bien deseaste primeramente, en cambio ahora te son
detestables.
224. Sí; fue precisamente así, por pensar inconscientemente, o sea, que el control que tus deseos ejercían sobre tu poder creativo fue lo que hizo que pensaras inconscientemente, erróneamente; fue por eso, precisamente por eso, que tu mundo y tu vida son ahora lo que tú, alguna otra ves, en el pasado, debiste haber deseado que fueran.
225. ¿Has estudiado ya o analizado el proceso de funcionamiento que ejecuta tu mente cuando aparece en ella una nueva Idea, fecunda en posibilidades?
226. ¿Te has podido dar cuenta de la relación que el Deseo guarda con respecto a tal Idea, y cómo esa Idea, por virtud de ser pensada, es, finalmente, llevada hasta una efectiva realización?
227. Mas estudiemos cuál es esa relación y cómo es el progreso.
228. Siempre lo que primero hay es la Idea, no tomando en cuenta, por el momento, la necesidad u ocasión que hubo para que ella apareciera. No importa tampoco para el caso saber de dónde vino la Idea, si de adentro o de afuera;
porque en cualquier circunstancia, siempre SOY YO el que la inspiro (si hago que surja de lo interno), o hago que sólo impresione tu conciencia (si te llega de lo externo), en el particular momento en que una u otra cosa se efectúe.
229. Así, entonces, justamente en el grado que logres serenarte y enfoques tu atención sobre la Idea, acallando todas las actividades de tu mente y eliminando de tu conciencia toda otra idea o pensamiento, en ese mismo grado, la Idea de que se trata podrá tener completo predominio e influencia, de manera que Yo ilumine tu mente y haga desenvolver, ante tu contemplación mental, las variadas y diversas fases y posibilidades contenidas dentro de la aludida Idea.
230. Hasta este punto, sin embargo, esto tiene lugar sin que medie para ello tu voluntad, como no sea sólo a concretarse el hecho de enfocar o concentrar tu atención sobre la Idea.
231. Pero una vez que Yo he dado a tu mente humana la noción de las posibilidades de la Idea tantas veces repetida, y he conseguido atraer a tu interés, entonces ya es tu personalidad humana la que prosigue la tarea, haciéndola suya; porque sabe que así como hice surgir e inspiré en tu mente la Idea, así también la hice que fructificara allí (en tu mente), al dar nacimiento al Deseo; sí, al deseo de llevar hasta la manifestación externa todas las posibilidades de la idea; convirtiéndose, entonces, el Deseo, en el agente humano de Mi Voluntad y proveedor, a la vez, de la Fuerza motriz necesaria para llevar a cabo todo el desarrollo de la
Idea; y esto sucedía al mismo tiempo que la personalidad humana se constituía en el instrumento terrenal que era utilizar para graduar y enfocar ese Poder o Fuerza motriz en la forma necesaria, hasta lograr la realización de la Idea.
232. Sí, todas las ideas y todos los deseos surgen así, de Mí. Por eso todos ellos son deseos Míos e ideas Mías, que Yo inspiro a tu mente y hago sentir en tu corazón, con el objeto de llevarlos, a través de ti, hasta la manifestación externa.
233. Tú, realmente, no tienes ideas propias tuyas, ni podría tampoco haber la posibilidad de que tuvieras, siquiera, un solo deseo que no proviniera de Mí, porque YO SOY todo lo que Hay; Soy la Única realidad. De ahí que todos los deseos
son Buenos (*), y cuando se entienden bien claro que así deben ser, porque no hay ni puede haber otra manera de que sean, entonces llegan a cumplirse infalible y rápidamente.
(*) En idioma ingles, Dios se dice GOD, y Bueno se dice GOOD. Esta semejanza entre GOD y GOOD, que en idioma español no existe, es en la que se basa la consecuencia de afinidad a que se alude en este págrafo, al decir que
“todos los deseos son Buenos (Good)”, porque provienen de Dios (God) o Yo Soy Impersonal.- (N. del T.)
234. Tú puedes, sin embargo, interpretar erróneamente Mis deseos, Mis impulsos o apremios internos, o tratar de utilizarlos para tus propios fines egoístas.
Pero sabe que, aunque Yo te permito eso, ello sin embargo, cumple Mi Propósito.
Porque sólo dejándote que hagas mal uso de mis dones y por virtud del sufrimiento que ello te acarrea -ten en cuenta que ese mal uso o abuso, así como el sufrimiento, son Mis agentes purificadores- es como Yo puedo hacer que te conviertas en un conducto puro e inegoísta, que es lo que Yo necesito para llevar a cabo la expresión perfecta de Mis Ideas.
235. Así, pues, tenemos: primero la Idea en la mente, y, después, el Deseo de verla realizada en manifestación tangible.
236. Lo anterior es por lo que toca a la relación que guardan el Deseo y la Idea a que antes se ha hecho mención. Por lo que se refiere al proceso que se emplea para realizarla, te diré que:
237. De acuerdo con la precisión y claridad con que se concibe la Idea y se mantiene en la mente, y en el grado también en que la Idea logra posesionarse de la personalidad, en esa misma proporción el Poder creativo de la Idea, impulsado por el Deseo, inicia Su labor. Y lo hace obligando a la mente humana a pensar de manera completa, es decir, a imaginar (a dar forma a la Idea concibiendo de ella una imagen), o en otras palabras, a hacer surgir formas mentales, dentro de las cuales sea posible que Yo haga entrar, como dentro de un vacío, la substancia vital, el elemento Impersonal de la Idea, la Cual -cuando la Palabra o Verbo
Creador es Hablada, ya sea en forma audible o no, consciente o inconscientemente- entonces comienza por Si misma a materializarse; primero, dirigiendo la conciencia y teniéndola bajo su control, así como también a todas las demás actividades, tanto de la mente como del cuerpo, al igual que de todas las mentes y de todos los cuerpos en conexión o relación con la Idea, lo cual no debe parecerte extraño, ya que debes recordar que toda conciencia, como todas las mentes y los cuerpos, son Míos, y, por tanto, no están separados, sino que son Uno e Impersonal por completo. Después, la Idea prosigue atrayendo, dirigiendo y plasmando condiciones, cosas y acontecimientos, los que, tarde o temprano, la
Idea susodicha hace surgir, por fin, en manifestación tangible y definida, como expresión misma de esa Idea que le sirvió de origen y que es la que constituye su parte verdadera o real.
238. Así, es como toda cosa o condición que se palpan, o acontecimiento que ha tenido lugar, fueron primeramente Idea en la mente. Fue precisamente por anhelar, pensar, y, finalmente, por Hablar la Palabra, por lo que tales ideas
llegaron a manifestarse de manera visible.
239. Medita mucho en esto, y, sobre todo, pruébalo por ti mismo.
240. Esto lo puedes hacer, si gustas, tomando cualquiera Idea que te venga, y siguiéndola con atención, para que veas que recorre, en su desarrollo, todo el proceso antes mencionado, hasta llegar a manifestarse o realizarse; o, mejor, si lo
prefieres, remontándote al origen de cualesquiera de los hechos que hayas realizado, como la ejecución de una pintura, la invención de una máquina, o alguna otra cosa o condición particular, ahora existente; en cualesquiera de esos
casos podrás percatarte de que tal cosa o condición tuvo como origen una idea, la Idea original, necesaria e indispensable para que, sea lo que fuere, pueda existir.
241. Este es el plan y proceso de todo pensar verdadero, es decir, de lo que en realidad puede llamarse PENSAR, y, por tanto, también lo es de toda Creación, ya que "Pensar es Crear".
242. Ahora bien, ¡atiende! Tú tienes ahora mismo, y siempre has tenido, gracias a este poder de pensar de que disponeos, dominio sobre todos los reinos de la tierra; y, si puedes aceptarlo y quieres comprobarlo, no tienes en este momento
sino que Pensar y HABLAR LA PALABRA -dándote cuenta clara de tu poder, y, en ese mismo momento, Yo, Dios, tu Ser, Omnisciente, Omnipotente y Omnipresente, haré que comience el proceso-, y la conciencia de las células
invisibles de toda materia, sobre la cual has enfocado tu voluntad y atención, por estar siempre en actitud expectante, es decir, dispuesta a servir -cuya conciencia expectante es Mi conciencia, recuérdalo-, comenzará inmediatamente a obedecer, obrando siempre de acuerdo con la imagen o planes que tú has elaborado y preparado por medio de tu pensamiento.
243. Sí; todo ha sido hecho por la Palabra o Verbo Creador, y sin esa Palabra, nada de lo hecho se hubiera hecho.
244. Una vez que tú ya puedas darte cuenta clara de esto y sepas, a ciencia cierta, que la conciencia del YO SOY, en tu interno, es una con la conciencia de toda materia, animada o inanimada, y que Su voluntad es una con tu voluntad, que
es Mi Voluntad, así como que todos tus deseos son Mis deseos, entonces comenzarás a conocerMe y a sentirMe en tu interno, y entonces también acabarás por reconocer el Poder y la Gloria de Mi Idea, la que eternamente Se está expresando Impersonalmente por tu conducto.
245. Pero sabe que es enteramente necesario que tú, primero, sepas CÓMO pensar, cómo distinguir Tus pensamientos: los dirigidos por Mí de los pensamientos de otros; cómo determinar el origen de esos pensamientos, siguiendo el rastro que hayan dejado desde su procedencia, para que, así, puedas exterminar de tu conciencia los indeseables, a voluntad; y, finalmente, cómo tener dominio sobre tus deseos, utilizándolos de manera que siempre Te sirvan, en vez de que seas un esclavo de ellos.
246. Sí, dentro de ti mismo, Tú tienes todas las posibilidades, y justamente es y tiene que ser así; porque YO SOY Quien allí está. Mi Idea debe expresarse, sí, debe expresarse por ti; y así lo hará con Sólo que la dejes, es decir, que aquietes tu mente humana, desechando todas tus ideas, creencias y opiniones
personales, para que La dejes que fluya por ti y se manifieste. Todo lo que necesitas hacer para lograr esto es volverte a Mi, en tu interno, y dejar que YO dirija tu pensamiento y tus deseos; dejar siempre que Yo exprese lo que Yo quiero,
haciendo tú, personalmente, sólo lo que Yo deseo que hagas. Entonces todos tus deseos se realizarán; tu vida toda será armoniosa; tu mundo, un cielo, y tu ser, uno con Mi Ser.
247. Cuando ya hayas comenzado a darte cuenta o vislumbrado, un tanto, siquiera, la grandiosidad que estas palabras encierran para el que sabe penetrar su significado, entonces quiere decir que ya estás listo para comprender la verdadera importancia de lo que sigue.
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