Estas maravillosas energías no deberán pedirse
solamente el día específico de su mayor intensidad, sino en cada día de nuestro
diario vivir o en el momento que sean requeridas.
Cada una de estas energías se manifiestan en
diferentes formas o modalidades, de acuerdo a su voltaje o cohesión propias.
Por lo tanto se pueden presentar como luz, flama, llama, fuego o rayo. La
diferencia está dada únicamente por la intensidad del voltaje su potencial.
Cuando invoquemos o pidamos estas maravillosas
energías, lógicamente conscientes de que las estamos solicitando a través de
esa parte divina en nosotros, es decir por medio de nuestro ser cristico o
magna presencia YO SOY individualizada en cada uno de los hijos de Dios.
Igualmente debemos manifestar en forma
consciente que las invocamos bajo la gracia divina y para el bien de todo hijo
del creador, es decir, no lo solicitamos como nosotros la personalidad humana,
sino dejando que obre nuestra parte divina, es decir Dios y su justicia. De
esta manera estamos evitando el tratar de inmiscuidos en el libre albedrío de
nuestros hermanos o el causar daño con nuestro pedido a ningún hermano nuestro
o a la creación de amor que nos ha sido dada como habitación.
Es posible que al pedirlas no las veamos ni en
nuestra mente ni mucho menos con nuestros ojos físicos, lo cual no quiere decir
que no actúen: recordemos que todo es mente, cerrando nuestros ojos con plena
certeza, confianza y seguridad, estas energías estarán actuando. Por lo tanto
valgámonos de ellas.
La luz la podemos ver o
imaginar de una coloración tenue, como el chorro de luz de una linterna; se usa
principalmente para armonizar, para crear ambientes de paz, de armonía, sin
lucha de desacuerdos.
La flama es la misma luz, pero
en una intensidad mayor, es decir, con sus partículas más cohesionadas, mas
acerca las unas de las otras por lo tanto la intensidad de su calor isotérmico
son de mayor vibración. La flama la podemos representar como cuando tenemos una
estufa, ya sea de gas o de gasolina, en bajo. Es una flamita que además de
armonizar también activa.
Llama verde de
la verdad, la curación, la consagración y la concentración Llama rosa del amor
divino y de adoración Llama dorada de iluminación, el amor y la paz
Llama violeta de
misericordia, compasión, invocación, transmutación y liberación
Llama blanca de
pureza, la resurrección y la ascensión Llama oro-rubí de paz, gracia,
saneamiento, provisión y ministerio
Llama azul y cristal, de fuerza, poder y protección y voluntad de dios
La llama es la misma
luz o la misma flama, pero con una intensidad de mayor perdurabilidad y un
nivel vibratorio más intenso. Podríamos representarla nuevamente con la estufa
pero ya en alto.
La llama se mantiene más intensamente en
nosotros. Por ello, nosotros deberíamos usar constantemente la llama violeta y
permanecer en un cilindro de llama violeta de dos metros de diámetro
aproximadamente alrededor nuestro, ya que le llama violeta es eminentemente
transmutadora, limpia y disuelve toda energía discordante, ayuda al hombre a
liberarse de su karma antiguo o acumulado o latente, igualmente ayuda a romper
ataduras y cristalizaciones de miedo, ansiedad, gula, pereza, temor, angustia y
todo aquello que nos cause limitación.
Abre el espacio para qué energías más sutiles
pueden penetrar, energías tales como la luz y la llama blanca entre otras.
El fuego tiene un
nivel superior de voltaje, siendo la misma energía en un nivel mayor de
intensidad y poder. Lo podemos imaginar o visualizar como un gran incendio. Sí
está actuando en nuestro cuerpo, deberá sentirse y visualizarse quemando todo
lo negativo. Todo aquello menor que la verdadera perfección.
El fuego violeta libera y transmuta casi que
instantáneamente.
COMO MANEJAR ESTAS ENERGÍAS
Como ya se dijo, siempre debemos
solicitarlas por intermedio de nuestra amada presencia YO SOY en nosotros,
en nuestro hogar, nación o nuestro planeta o bien en el nombre del ser cristico
y siempre bajo la gracia divina, es decir de acuerdo con la ley de la voluntad
divina.
Una vez se hayan pedido, traemos primeramente
el fuego violeta y envolvemos nuestros cuerpos en el, así como también nuestro
hogar o el recinto de trabajo y sitio de meditación; lo vemos cumpliendo su
función y solicitamos la llama violeta. Al entrar la llama, se produce una
diferencia de potencial que hace que la persona o el evento o el planeta
empiece a girar intensamente y al producirse el giro vam saliendo todo tipo de
cristalizaciones, odios y demás imperfecciones que nos impiden avanzar;
comienza a salir tanto de nosotros como de nuestros hermanos, para quienes
invocamos con gran amor estas energías maravillosas.
Una vez elevado el fuego sobre nosotros, hacia la
primera causa universal para qué allí sea purificado nuevamente; traemos el
fuego blanco y repetimos todo el proceso con el fuego y la llama.
Elevamos el fuego y dejamos actuando la llama,
lo mismo que la anterior.
Luego podemos traer la llama Rosa, la llama
verde y así sucesivamente y envolviéndonos en ellas. Es conveniente hacer
penetrar por los vitris de las plantas de nuestros pies el fuego violeta,
la llama violeta, el fuego blanco y la llama blanca, ya que si las hacemos
penetrar por la coronilla, pueden causarnos molestias o dolor de cabeza, debido
a su gran poder y al hecho de no tener nuestros chakras superiores vibrando
adecuadamente, a causa del mal manejo energético que hemos realizado en nuestro
diario vivir.
Las energías restantes si podemos visualizarlas
o entrarlas por nuestra coronilla. Una vez realizado lo anterior podemos pedir
a través de la presencia divina, la luz azul del primer rayo, para que envuelva
en una esfera, pirámide o cubo de luz azul que selle estas energías, y para que
sea una muralla de protección contra todo elemento discordante o perturbador
que intente molestarnos.
Este llamado podemos realizarlo invocando al
amado arcángel Miguel y a los señores de luz del primer rayo.
Sería conveniente, justo y equitativo, que
utilizáramos todo los días estas energías divinas, en una acción consciente de
limpieza para nuestro amado planeta tierra.
Podríamos en el nombre del Ser Crístico del
planeta o de nuestra humanidad, invocar a los seres de luz que manejan y
administran estas energías, para que envuelvan el planeta en una pirámide
perfecta de luz violeta y visualizar como desde sus vértices y aristas se
irradia la luz violeta hasta el núcleo del mismo planeta, condensándose allí el
fuego violeta que crece y llena a todo ser del planeta mismo, para transmutar y
consumir toda la efluvía o energía negativa que rodea al planeta y a nosotros
mismos, envolviendo en este fuego liberador a gobernantes, marginados de la
ley, ricos y pobres, niños y adultos, la todos los seres humanos sin ningún
distingo, a los reinos mineral, vegetal, animal y todo ser o evento que nuestra
conciencia o nuestro maestro interno nos indique a través de nuestros
sentimientos u observaciones.
Información de autoría: – Jorge Llorente,
instructor de Ciencia Cósmica (Bogotá Colombia) – Libro de enseñanzas: Las
incertidumbres humanas (anónimo) – cienciacosmica.net
Artículo publicado en cienciacosmica.net: Manejo de energías cósmicas http://cienciacosmica.net/manejo-de-energias-cosmicas/
Artículo publicado en cienciacosmica.net: Manejo de energías cósmicas http://cienciacosmica.net/manejo-de-energias-cosmicas/
Gabriel Vallejo.
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