Una vez la robustez de nuestra estructura energética ha sido reforzada y el conjunto del campo de energía que hemos llamado “el huevo de luz” ha afianzado sus conexiones y componentes entre si, pasemos a ver otro de los puntos que es necesario reforzar y trabajar para que la subida frecuencial de todos los cuerpos hacia niveles cada vez más elevados de la línea temporal en la que estemos se haga de forma armónica, natural y con las menores repercusiones y efectos contraproducentes posibles.
Para entender exactamente qué es lo que hemos hecho con la petición y el trabajo del último artículo, pues solo la comprensión y la consciencia sobre el porqué de las cosas nos ayuda a proceder adecuadamente con ellas y avanzar por nuestro proceso evolutivo, veamos cómo están “sujetados” y conectados los diferentes elementos que nos forman, desde los cuerpos sutiles hasta sus diferentes componentes internos.
Una red de filamentos energéticos
Ninguna parte de nuestra estructura es independiente de las otras, ninguna está desconectada o separada o no relacionada con las demás, ningún punto de cualquier posición del conjunto del campo energético queda impasible, o inalterado, si hay un cambio en cualquier otro punto. Por lo tanto, todo afecta a todo, todo cambia a todo, y todo se altera, ajusta, armoniza o resintoniza si se trabaja en cualquier parte de aquello que nos forma. Estructuras y componentes más cercanos entre si, y más interconectados, alteran o ajustan estructuras más próximas, pero hasta el hecho de cortarse una uña del dedo pequeño del pie en el cuerpo físico 1.1 altera moléculas y partículas energéticas en el cuerpo causal. Esto es debido a que existe una red de filamentos y conexiones de todos los sistemas con todos los sistemas. Ya no solo hablamos de la red de canales y meridianos que portan chi, prana, energía vital de un punto a otro, sino que todos los componentes y elementos se entrelazan entre si por minúsculos filamentos energéticos formados por partículas de diferentes tipos de vibración, pero todas con una peculiaridad: transmitir y retroalimentar a todos los sistemas con todos los demás sobre lo que sucede en cada uno de ellos.
Esto hace que tengamos, desde el alma hasta el cuerpo físico, un sistema de envío y recepción de paquetes de información automático, que propagan constantemente datos de todos los cuerpos y elementos a todos los demás, haciéndonos ver que, por esa razón, hay información sobre todo lo que nos pasa en cualquier parte del cuerpo y estructuras, y hay retroalimentación de lo que se intercambian estos mismos componentes entre sí a todos los niveles. Este mecanismo es la base, o parte de ella, de muchas terapias que permiten obtener datos del estado de cualquier punto del cuerpo físico examinando otras partes del mismo, como la lengua, los pies, los ojos o los oídos.
Así, es fácil entender este mecanismo a nivel físico y celular, pues sabemos que el cerebro, el corazón y resto de órganos físicos envían y reciben impulsos eléctricos con paquetes de información que facilitan que nuestro cuerpo sólido funcione correctamente. Ahora, simplemente, añadimos a este conocimiento que este mismo mecanismo también está presente en todos los cuerpos sutiles internamente, y entre todos los componentes, en todas las partes y “piezas” que nos componen. De esta manera, tanto a nivel de ser, de Yo Superior como a nivel de alma y a nivel de psique, queda todo registrado, compartido, consultado y organizado para que funcionemos como un perfecto y completo sistema holístico e interdependiente.
A su vez, por esta misma razón, los ajustes de vibración y sanación que se producen con las peticiones de desprogramación o de eliminación de bloqueos y disfunciones que hemos estado trabajando, producen alteraciones en todos los niveles y en todos los cuerpos, y por eso hemos empezado esta etapa reforzando sus conexiones y estructuras para que sea robusta y esté en condiciones de soportar con mayor facilidad los cambios que han de venir a partir de ahora. Huelga decir que la petición de seguir ajustando y reforzando todo esto que habíamos publicado en el anterior artículo se puede seguir haciendo constante y regularmente, pues será el equivalente a ajustar los tornillos de una estructura cada cierto tiempo para mantenerla estable y asegurada.
Limpieza del mecanismo de retroalimentación
Una vez comprendido y explicado esto, vamos con el trabajo a hacer a continuación, que es precisamente limpiar este mecanismo de retroalimentación de todo aquello que pudiera impedir que los paquetes de información automáticos que son emitidos y recibidos por todos los cuerpos sutiles sobre el estado de los otros cuerpos y partes de los mismos lleguen y sean decodificados adecuadamente.
¿Quién hace la decodificación de estos paquetes en cada cuerpo sutil? ¿Existe alguna especie de central de información en cada uno de ellos que permite la gestión de este envío y recepción de datos? Así es. De la misma manera que asignamos al cerebro y al corazón la gestión de todo el cuerpo físico y sus componentes, a través del envío de impulsos mediante el sistema nervioso central y el sistema nervioso autónomo, el cuerpo etérico, el emocional, el mental y el causal poseen una contrapartida parecida, no a nivel de órganos pero si a nivel de “sistemas nerviosos energéticos” que ejecutan la misma función que los sistemas nerviosos del cuerpo físico, y el equivalente al cerebro físico en cada uno de los cuerpos es la partícula energética que, en enseñanzas esotéricas, se denomina el “átomo simiente”, al cual ya hicimos una introducción hace algunos años en este otro artículo.
De esta manera, este “átomo simiente” actúa como el equivalente a la caja negra de un avión, recopilando datos que provienen del cuerpo donde están ubicados, y retransmitiendo a través de las conexiones del equivalente al sistema nervioso de ese cuerpo sutil la información que recibe. Cada átomo simiente está alojado en un punto concreto del cuerpo que rige, así, para el cuerpo físico-energético su átomo simiente está en el ventrículo izquierdo del corazón del cuerpo 1.2, para el cuerpo etérico se encuentra en el plexo solar etérico, para el cuerpo emocional a nivel del hígado “emocional” y para el cuerpo mental y causal se encuentran en la cabeza, a la altura del lóbulo frontal.
Posibles bloqueos en el sistema de comunicaciones
Este mecanismo pues, que estamos explicando, puede presentar por acumulación de energías “tóxicas” y nocivas, bloqueos de diversas índoles y diferentes magnitudes, que pueden ir desde lo que llamamos implantes etéricos, hasta cualquier tipo de taponamiento energético producido por años de acumular disfunciones y distorsiones en nuestra estructura. Por lo tanto, el siguiente paso es limpiarlo, y para ello usaremos la siguiente petición a nuestro ser o Yo Superior:
Solicito que se ponga en marcha el mecanismo de limpieza, refuerzo y sanación de los sistemas de retroalimentación, comunicación y envío y recepción de paquetes de datos sobre el estado de los componentes que me forman, de manera automática y autónoma y gestionado por mi Yo Superior, una vez ejecutada esta solicitud. Solicito que se eliminen los bloqueos, distorsiones y elementos presentes en los mismos que limitan, bloquean o dificultan el buen funcionamiento de este proceso, tanto a nivel de los llamados átomos simiente como a nivel de los filamentos y conexiones que forman el complejo energético de información y distribución de los datos sobre el estado de mi estructura, partes y sistemas que poseo. Gracias.
De nuevo, este trabajo durará una semana más o menos, dependiendo de la intensidad y tiempo que le dediquéis, y conseguiremos limpiar un poco todo el sistema interno de comunicaciones para acometer otras limpiezas y sanaciones más adelante.
Un abrazo,
David Topí
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