Durante gran parte de su infancia, Albert Einstein no fue precisamente
considerado como un alumno brillante, sino más bien una persona
introvertida. Sin embargo, con el paso de tiempo y de su trabajo, dejó a
la ciencia uno de los legados más importantes del siglo XX. Un desarrollo
teórico en el campo de la física solamente al alcance del genio que hoy recordamos.
Son varias las biografías que se han escrito sobre
su vida y todas coinciden en algo: tenía una personalidad marcadamente
introvertida. Al igual que Einstein, existen muchos personajes conocidos por su creatividad y su
inteligencia que también contaban con una personalidad introvertida, como
Bill Gates o Ghandi.
“Soy una persona introvertida… Me encanta ser yo
misma, me encanta el aire libre, amo dar un largo paseo con mis perros y mirar
a los árboles, las flores, el cielo.”
-Audrey Hepburn-
Pero la introversión y la extraversión no son
compartimentos estancos, sino que a veces se mezclan, ya que hay personas extravertidas que en según qué
situaciones pueden mostrarse tímidas y personas introvertidas que tienen rasgos de vivacidad, sociabilidad
y otros aspectos típicamente extravertidos.
Estudios
sobre la introversión y la extraversión
El
primero en trabajar con los conceptos de introversión y extraversión fue Carl Jung. En su libo
Psychologische Typen (Tipos Psicológicos), Jung habla de dos formas de actuar
que definen a cada persona: una forma de actuar enfocada hacia fuera, hacia los
demás y a la sociedad; otra de actuar que se orienta hacia el ámbito privado.
Estas dos formas de actuar definen dos tipos psicológicos: la extraversión y la
introversión.
Además, asocia estos los
dos tipos psicológicos con dos de sus arquetipos. Jung asocia la introversión con el arquetipo de Apolo (caracterizado por
la introspección, racionalidad y mesura) y la extraversión la
asocia con el arquetipo de Dionisio (caracterizado por el desorden, la búsqueda
de lo nuevo y el interés por las sensaciones).
Posteriormente, el
psicólogo alemán Hans
Eysenck estudió también el tema, pero se ciñó al método
científico. Eysenck se fijó en las bases biológicas y genéticas del ser humano,
es decir, en aquello que no se aprende mediante la experiencia, pero que se
expresa mediante la forma que tenemos de adaptarnos a nuestro entorno.
Por ese motivo, Eysenck plantea la relación entre introversión y extraversión como una dimensión
del temperamento presente en todas las personas y que está definida
por nuestra fisiología, por niveles de excitación o inhibición ante los estímulos
externos.
Lo
que podemos aprender de una persona introvertida
La Universidad de Harvad
realizó un estudio para analizar posibles patrones característicos de los
cerebros de personas identificadas como introvertidas. En dicha
investigación detectaron que las
personas introvertidas tienen mayor cantidad de materia gris y
que además es más gruesa en ciertas zonas de la corteza pre-frontal,
relacionadas con el pensamiento abstracto y la toma de decisiones.
Puede que por ese motivo, los introvertidos le dediquen más
tiempo al pensamiento abstracto y sean descritos como menos impulsivos,
como más atentos a los detalles y más incómodos en una situación en la que no
hay escape para la interacción social o no existe más remedio que trabajar en
equipo. A continuación, vamos a analizar algunas de las cosas que podemos
aprender de una persona introvertida:
Saber
disfrutar de la soledad
Una persona introvertida
saber estar sola y aprovecha ese tiempo para leer, ir al cine, escribir,
comprar, viajar, etc. Disfruta de su tiempo y de todo lo que le gusta hacer, no
necesita que haya nadie más. Ese aislamiento, además tiene una razón de ser,
porque una persona introvertida
recarga energía estando a solas.
“¿Por qué, en general, se
rehúye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo
mismos.”
-Carlos Dossi-
Saber
escuchar
Cuando una persona
introvertida habla, lo hace una vez que ha reflexionado y escuchado. Una persona introvertida prefiere callarse y
estar atenta a lo que dicen los demás para intervenir después.Su comportamiento no está motivado por
el miedo a
intervenir en una conversación, sino de que no quieren intervenir cuando están
seguros de que pueden aportar algo realmente valioso.
Ser
analíticos y reflexivos
Una
persona introvertida toma las decisiones de acuerdo a experiencias previas
mediante la investigación, observación e interpretación. Le gusta probar,
analizar, pensar y suelen ser personas poco impetuosas y bastante
prudentes.
Ser
meticulosos
Un estudio realizado por la
Universidad de Cornell (Nueva York) llegó a la conclusión de que las personas introvertidas cuentan con mayor
estimulación cerebral al procesar información visual, lo que les ayuda a detectar los detalles que
para otros pasan desapercibidos.
Disfrutar
de las relaciones sociales de otro modo
Las personas introvertidas
también disfrutan de sus relaciones con
otras personas, pero de un modo diferente a los extrovertidos. Una persona introvertida prefiere
relacionarse con las personas de una en una y evitar los grupos numerosos en los que suelen optar por
tomar un papel secundarios, abrumados por la cantidad de estimulación.
Ser
sensibles
Las
personas introvertidas, aunque
a veces pueden parecer frías y distantes, suelen ser bastante sensibles.
De hecho, algunas de las obras literarias más profundas y que describen de
manera más rica los sentimientos, han sido escritas por personas muy
introvertidas que han llevado a cabo una profunda introspección.
Ser creativos
La
reflexión y la introspección que caracterizan a una
persona introvertida la hacen más creativa.Aprovecha su soledad para
dedicarse a reflexionar y de esa forma puede llegar a niveles de concentración
que le permiten crear cosas nuevas o nuevas soluciones para problemas.
“La creatividad es la
inteligencia divirtiéndose.”
-Albert Einstein-
https://lamenteesmaravillosa.com
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