Lo que importa es el aquí y ahora. No te ancles en
el pasado ni te preocupes en exceso por el futuro. Deja que el sol ilumine tus
días.
La depresión es
el trastorno mental más común entre la población, y además, la principal causa
de baja laboral en todo el mundo a día de hoy. También te interesará saber que
las medicaciones más vendidas en el mundo son los antidepresivos, y que según
cifras de la OMS (Organización
mundial de la salud), cada año se eleva su administración entre un 10 y un 15%.
¿Qué
es lo que está ocurriendo? ¿Es la vida cada vez más complicada y nosotros más
vulnerables? La verdad es que no hay un “por qué” claro y concluyente que nos de
una respuesta, podríamos decir que cada persona es única y que no hay dosdepresiones iguales. Es por
ello que a día de hoy, es muy difícil ofrecer unasestrategias que
nos sirvan a todos, sin embargo, sí que podemos tener en cuenta estas sencillas
reflexiones para tenerlas muy en cuenta en el día a día.
Te
animamos a conocerlas en el siguiente artículo.
1. La clave está en la autoestima
Las personas vemos la vida que nos rodea y la interpretamos
según nuestraautoestima.
Si la tuya es baja, te obsesionarás en que los demás, por ejemplo, consiguen
cosas que a ti se te escapan, y te verás a ti misma como alguien que no
se merece determinadas cosas, o más aún, que no tiene “capacidad” suficiente
para conseguirlas.
La falta de autoestima genera desequilibrios y conflictos
internos que van haciendo mella lentamente a lo largo de nuestra vida. Suele
decirse que una de las depresiones más peligrosas es la endógena. En estos casos nunca hay una causa concreta que genere la
enfermedad o el trastorno. El problema está en nuestro interior y se ha ido
gestando probablemente desde nuestra infancia.
Si el contexto familiar ha
sido siempre algo complicado, si los vínculos con nuestros padres no han sido
lo bastante buenos o no se ha propiciado una adecuada madurez emocional,
nuestra autoestima siempre habrá sido baja. Día a día se va almacenando una
tristeza inexplicable, una falta de motivación y un desánimo que deriva en depresión.
¡Cuida tu autoestima!
¡Sé el protagonista de tu vida y no un actor secundario!
2. El sufrimiento no va a ser para siempre
Te lo aseguramos, la depresión no va a durar toda la vida ni tampoco ese dolor que ahora sientes en tu interior y
que te inmoviliza. Si enfocas tu día a día de un modo más racional, desechando
los pensamientos negativos y encontrando ilusiones cotidianas, la depresión se
irá despegando de ti como una fría sombra capaz de difuminarse y desparecer.
3. Céntrate en el presente
El pasado ya no está, no existe, se ha ido. ¿De qué te sirve
focalizar tu atención en esos días del ayer que solo te ocasionan sufrimiento?
No vale la pena, al igual que no debes caer nunca en pensar en el futuro de
modo fatalista. No tienes una bola de cristal con la que anticipar todo lo que
pueda ocurrir.
Limítate a vivir el aquí y el ahora con la máxima intensidad y con la felicidad que mereces. Es
lo único que vale la pena.
4. Pedir ayuda siempre, pero a la gente más indicada
Es posible que te hayan dicho muchas veces aquello de “la familia es
la primera que debe ayudarte, la que nunca te falla”. Bien, eso es cierto No obstante, hay que tener en cuenta
que existen personas que en ocasiones nos causan más daño que beneficio. Hay
quien pensará que si te han diagnosticado depresión es “porque eres una persona
débil que siempre está triste”.
Ten cuidado. Busca ayuda profesional y, después, apóyate en esos
familiares y esos amigos que de verdad saben escucharte, los que siempre
aciertan con sus palabras y los que saben reconfortarte.
5. A tu depresión no le gusta que salgas de casa
Así es. A la depresión le encanta la oscuridad y las ventanas
cerradas, además del silencio, ahí donde encerrarte con sus pensamientos
negativos y fatalistas. No te dejes convencer, no la escuches y sal a caminar cada día durante media hora. Permite que el aire te envuelva,
que el sol te acaricie con su calidez y que la gente te hable. Rodéate de vida,
de movimiento, de luz y de la alegría cotidiana.
6. A tu depresión le encanta la “comida poco saludable”
Las bollerías, los snacks, las comidas precocinadas, los
refrescos… Todo ello son alimentos que sacian nuestra ansiedad y que nos
aportan ese placer momentáneo pero, en realidad, lo que hacen es favorecer nuestro
desequilibrio químico y alimentar aún más a esos neurotransmisores que intensifican
nuestra depresión.
Empieza a consumir más fruta y verdura fresca, agua,
infusiones, flores de Bach, consume avena…
Sigue una dieta saludable que te permita sentirte mejor y acumular menos
toxinas.
7. Decídete a decir no a la depresión
No es fácil. Decir no a la depresión requiere fuerza y
valentía, pero hay algo que debes tener muy claro: tú no eres tu
depresión. Tú eres una persona que merece ser feliz de nuevo, que merece ver la vida con ilusión y esperanzas. Así que…
¿Y si nos desprendemos a partir de hoy de esa sombra que se empeña en hacerte
sufrir?
http://mejorconsalud.com/
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