Una relación romántica puede reconocerse fácilmente por su fuerza motriz intensa y a menudo, irracional. Cuando nos enamoramos, la pasión alimenta nuestro comportamiento, guía nuestros pensamientos, cambia nuestro funcionamiento físico y químico, y altera nuestras vidas.
EL AMOR Y LA AMISTAD, DOS PILARES
Aristóteles afirmaba que los humanos amamos tres tipos básicos de amistad: las que son útiles, las que son placenteras y las que son buenas, y hay un tipo de amistad que corresponde a cada amor.
Las amistades útiles surgen entre compañeros de estudios o de trabajo, nacen de la necesidad y la conveniencia. Las amistades placenteras se basan en el disfrute que proviene de pasar un agradable tiempo juntos. El tercer tipo (y según Aristóteles el más maduro y deseable) es la amistad basada en la bondad. Cuando descubrimos el buen carácter en alguien, nos hace querer estar cerca de esa persona, además, puede inspirarnos a querer mejorarnos a nosotros mismos. Este sería la base perfecta sobre la que edificar los cimientos de un amor romántico pleno y duradero.
La atracción personal puede, a primera vista, parecer que no tiene ninguna razón o explicación lógica, y a veces da la sensación que emana casi de otra dimensión. Pero en realidad hay algo de lógica en todo esto, aunque no siempre lo parezca. Siempre ha de existir algún tipo de afinidad, una cercanía y una complementariedad…
Pero el amor romántico también puede surgir lentamente, construyéndose poco a poco sobre una base firme de amistad, con un historial de vida compartido que permite que la razón tenga el control durante al menos un período crítico inicial. En cualquier caso, no importa cómo encontramos a nuestra pareja perfecta; normalmente sabemos cuándo ésta ha llegado, y el resto será historia.
Para que la una relación de amor florezca y sea tan bonita como duradera, dependerá de la implicación y el deseo de superar las piedras del camino que ambos tengan. En este artículo te traemos unos prácticos consejos que te ayudarán a nutrir y conservar una relación cercana y romántica con tu media naranja, si lo deseas.
13 ESTRATEGIAS ÚTILES PARA MANTENER TU AMOR EN PAREJA
1. Fomenta la pasión, no la obsesión
En las etapas iniciales de una relación amorosa, lo normal es que ambos experimenten un fuerte deseo de estar el uno con el otro en todo momento. Pero a medida que pasa el tiempo, en algunas parejas, esta pasión y preocupación puede pasar a ser una obsesión y provocar la pérdida de la individualidad.
En una relación sana, los primeros sentimientos de enamoramiento se transforman con el tiempo en un amor profundo que permite a cada persona mantener sus amistades, pasatiempos y un sentido general de identidad. Si sentimos que te hemos perdido nuestra individualidad, y a menudo son nuestros amigos quienes lo notan por primera vez, es importante recordar cuáles eran nuestros intereses y actividades para retomarlas, ya que eso puede ayudarnos a encontrar el equilibrio personal.
2. Busca lo positivo de forma activa
La psicología sostiene que las emociones positivas pueden ayudar a las personas a florecer, pero no podemos esperar a que sucedan sin más. Las parejas que son más felices nutren activamente estas emociones. Hacerlo requiere práctica y entender que estos sentimientos caen en un continuo, desde aquellos de gran excitación como la pasión, la diversión y la alegría (que a menudo experimentamos al comienzo de una relación), hasta emociones más tranquilas como la serenidad, la gratitud y la inspiración. Si cultivar estas emociones no nos sale de forma natural o espontánea, es importante entonces “priorizar la positividad”, lo que significa programar actividades en común que en su día nos llevaron a experimentar emociones agradables y positivas.
3. Comprende que las emociones suben y bajan
Las emociones no dejan de ser unas “etiquetas” que le damos a los procesos químicos que se generan nuestros cuerpos, combinados con las formas en que nuestro organismo pensamiento e impulsos reaccionan ante ellos. Podemos, de hecho, cambiar una emoción, nuestra química, al cambiar nuestras percepciones o perspectivas, nuestros comportamientos o las situaciones en las que nos colocamos.
Es conveniente a veces realizar algunas respiraciones lentas y profundas mientras observamos nuestros cambios internos. Cuanto más rápidamente dejemos que se disipe la influencia de los factores desencadenantes externos y nos guíe nuestro centro interno, antes podremos ver hacia dónde nos dirige nuestro corazón. En la vida hay momentos buenos y momentos malos, las emociones nos indican cómo nos encontramos, pero no es conveniente dejarnos “secuestrar” por ellas. No existen emociones malas, pero sí hay que procurar tener momentos de reflexión e introspección, cuando algo nos preocupa o incomoda, aceptando ese momento vital y tratando de buscar soluciones de forma madura y racional.
4. Practica la ternura y el cuidado
El amor romántico y el noviazgo se caracterizan en un inicio por sus actos y palabras de gran pasión y dedicación incondicional el uno por el otro. Con el tiempo, la amistad y la honestidad deben sustentar ese amor para que sea duradero, ofreciendo ternura y cuidado a la otra persona, lo que ayudará a mantener nuestros niveles de oxitocina, permitiéndonos ver más allá de nuestros propios intereses personales.
5. Evita hacer suposiciones
Aunque los amantes quieran creer que saben y entienden todo el uno del otro, la vida garantiza que lo desconocido (el misterio del futuro) siempre esté presente, tal vez un poco más profundo, un poco más amplio y un poco más en la distancia de lo que creemos. Mantén vivo el romance gracias al misterio del porvenir, permitiéndote llegar a ser mañana mejor persona de lo que puedas llegar a ser hoy.
6. Aprecia las sorpresas del otro
Parte de la magia de la vida así como de nuestra pareja, es precisamente lo que no se sabe: descubrir que a nuestra pareja le encantaba ir a la montaña cuando era niño, tocaba el clarinete en la escuela o estudiaba francés en secundaria, es algo que nos puede sorprender y ofrecer una nueva visión del otro. Cuando vemos como disfruta jugando con un cachorro o comiendo un sabroso helado de chocolate, nos deleitamos con esos momentos de felicidad simple pero real. Los descubrimientos que hacemos sobre nuestra pareja menudo nos permiten verla con nuevos ojos, y no cansarnos de estos pequeños descubrimientos.
7. Reconoce la importancia del contacto físico
Una relación romántica se caracteriza, entre otras cosas, por la alegría que resulta del contacto físico entre ambos. Las sensaciones de química y la electricidad de los dos experimentan al tocarse son en sí mismas seductoras, creando un anhelo de contacto continuo y repetido. Ya sea porque la dopamina nos esté recompensando con placer o la oxitocina con una embriagadora sensación de calidez y acceso a nuestros propios sentimientos, el contacto físico no tiene sustituto: el sexo puede ser el tipo de comunicación más honesto y poderoso.
8. Comparte tus miedos y alegrías
Cuanto más comprendamos cómo se siente nuestra pareja, qué piensa y por qué se comporta de la manera en que lo hace, más sinceramente podremos abrazarnos. La energía requerida para esconder un secreto de la conciencia propia o ajena, tiene un efecto negativo al restringir la energía disponible para el flujo de emociones sinceras. La pasión crece cuando se eliminan estas barreras.
9. Acepta al otro en su conjunto
Tratar de cambiar a alguien en lo que quiere que sea, a menudo condena una relación al fracaso por asfixia. Deja que los juicios de valor te cieguen y permítete aceptar las limitaciones y vulnerabilidades propias y ajenas: no rechaces las partes de la persona completa, aunque no te gusten tanto. Conocer y aceptar a la persona de la vida real (en lugar de la idealizada) es un proceso que dura toda la vida, pero es esencial para mantener la magia.
10. Céntrate en las fortalezas de cada uno
Las personas, desgraciadamente, solemos fijarnos en las debilidades de los demás antes que en sus fortalezas. Que las parejas descubran los principales puntos fuertes del otro, los tengan presentes y los valoren de forma explícita, sirve de potenciador del cariño y refuerzo mutuo. Por ejemplo, si la fortaleza de alguien es su amor por el deporte y la del otro es su interés por el aprendizaje, podrían hacer un recorrido en bicicleta por una ciudad histórica para incluir en el viaje las pasiones de ambos.
11. Acepta los celos y no dejes que destruyan tu relación
Los celos pueden alertarnos fácilmente, a menudo sin motivo. Inevitablemente surgen cuando nuestro compañero romántico presta su atención hacia otras cosas en lugar de a nosotros. No solo sentimos una gran incomodidad debido a la desconexión emocional que percibimos, sino que el objetivo de su atención puede sentirse como una amenaza. Ya sea que se trate de otra persona, una actividad, una demanda como un niño enfermo o una fecha límite de trabajo, el desapego temporal que se genera, nos hace sentir en un “segundo plano”. Sin embargo, debemos tener cuidado de sentirnos “traicionados” cuando nuestra pareja se enfoca en otro aspecto importante de su vida. La mejor solución para lidiar con esto es reconocer nuestra incomodidad, hacer todo lo posible para satisfacerla de manera más adecuada aprovechando para atender a nuestras propias necesidades, expresar nuestros sentimientos directamente al otro y brindarse mutuamente el espacio para relacionarse con otras personas, lugares y pasiones.
12. Sé agradecido
A medida que avanzamos en una relación, solemos dar por sentados los sentimientos del otro. La gratitud es una forma de ayudarnos a seguir viendo las virtudes de nuestra pareja.
Para ello, es importante expresar este sentimiento empleando lo que se llama gratitud centrada en el otro, que cambia la atención de “Yo” a “tú”. Puedes decir con frases como: “Gracias por cuidar a nuestro hijo cuando necesitaba terminar este proyecto”. Con estas simples palabras de agradecimiento, demuestras que eres una persona atenta, amable y considerada.
13. Enfrenta el futuro
El verdadero misterio reside en lo que está por venir, en lo que aún no ha ocurrido y en lo que podemos llegar a ser. Deja espacio para crecer, soñar e imaginar una vida juntos. Permite que las posibilidades de las experiencias compartidas se conviertan en realidades. Deja que las diferencias os refuercen y se atesoren, para que la unión sea duradera y mantenga firme vuestra amistad. Haz planes, busca la sorpresa en común y simplemente no te preocupes demasiado por el futuro, pues vendrá lo que tenga que venir.
Marta Guerri
http://buscandome.es/
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