lunes, 26 de noviembre de 2018

Timidez infantil, principales características


De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, el término timidez hace referencia a una persona temerosa. Desde la Psicología se reconoce la timidez como aquellos individuos con dificultad para iniciar o mantener un contacto social con una o más personas, esto se refleja en ocasiones a través de ciertas manifestaciones desde la infancia, por esta razón a continuación hablaremos un poco más del tema.



Contenido
1 ¿Qué pasa a nivel cognitivo?
2 ¿Qué pasa a nivel emocional?
3 ¿Qué pasa a nivel social?

¿Qué pasa a nivel cognitivo?

A nivel de pensamientos un niño con timidez evidencia una percepción negativa de sí mismo en comparación con los demás, además tiende a anticipar las consecuencias negativas de un contacto social. En ocasiones esto puede suceder debido al tipo de contacto que tiene el menor con su familia, es decir, tienden a decirle cosas como: “no sirves para nada”, “no me hables”, “no quiero escucharte”, “eres un inútil”; con lo cual lo único que logra el entorno familiar es comenzar a crear en el niño la idea de que el no hace nada bien y que por esa razón es mejor que no haga nada. Es común que cuando hay déficit en contacto social a nivel cognitivo haya mucha actividad, puesto que la timidez produce que se tienda a planear muchas cosas y que se realicen pocas de ellas.

¿Qué pasa a nivel emocional?

En lo relacionado a las emociones un niño con timidez tiende a presentar generalmente baja autoestima, la cual se evidencia en sentimientos de culpa e inferioridad. En algunos casos esto produce ciertos trastornos psicosomáticos, es decir malestares físicos producidos por un manejo emocional inadecuado. Además de esto se presenta un miedo constante a cualquier situación que implique contacto con otros, por ejemplo: situaciones normales como pasar al frente en el salón, que le pregunten algo en una reunión familiar, entre otras.

¿Qué pasa a nivel social?

Como todos sabemos el ser humano es social por naturaleza, por tal motivo evidenciar cierta dificultad para interactuar con otras personas es una señal de alerta que se debe atender para que se resuelva a tiempo en la infancia. A nivel social un niño con timidez evidencia incapacidad motora, es decir, el niño o niña tiende a paralizarse en sus movimientos, lo cual a su vez produce una gran actividad fisiológica (es decir, aumenta el ritmo cardíaco, la respiración, la sudoración, la tensión muscular), acompañado de gran actividad cognitiva que en conjunto todo en lugar de promover la interacción tiende a inhibirla.


El niño tiende hacia las conductas de evitación (es un estilo de afrontamiento de situaciones, el cual implica no tener contacto con un estímulo aversivo o que genera cierto temor o inseguridad), como por ejemplo salir al recreo solo. Además de esto, a nivel corporal se puede observar que no hay ningún tipo de contacto, es decir, no mantiene contacto visual, puede crear ciertos tics (es decir, algunos movimientos del cuerpo que son repetitivos que ayudan a percibir seguridad ante situaciones que generan miedo o nervios), entre otras manifestaciones.

Dentro de lo cual cabe resaltar que si se detecta alguna de estas características en su hijo o hija y no sabe cómo ayudarle, puede consultar con un Psicólogo sobre qué medidas tomar, puesto que el déficit en habilidades sociales producto de la timidez en la infancia es algo que se puede modificar si se trata de forma oportuna.

En conclusión…

Al ser seres sociales debemos recordar que desde que nacemos hasta que morimos interactuamos con todas las personas que nos rodean, el tipo de interacción tiende a variar de acuerdo a la relación de confianza que se tenga con la otra persona, es decir usted no saluda igual a su cónyuge que a su empleado de trabajo. Por esta razón saber la forma adecuada de interactuar con los demás ayuda a la promoción de un sano desarrollo durante la infancia, ya que permite que se creen vínculos de amistad y más adelante relaciones estables en los diferentes ámbitos, es decir; afectivas, laborales, sociales, académicas, entre otras. Lo cual a mediano o largo plazo cuando el niño supere la timidez y se vuelva un adulto podrá ser capaz de manifestar lo que piensa, siente y hace de forma positiva, sin guardarse nada, permitiendo que vaya creando cierta autonomía para ser capaz de tomar decisiones para su vida. Recordemos que ¡la idea es prevenir y no tener que lamentar!

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