El autoconocimiento es un arma psicológica muy poderosa que nos hace avanzar y enfrentarnos a las limitaciones; es el acto de encontrarnos a nosotros mismos y conocernos en profundidad, así como a nuestras emociones, nuestros defectos y cualidades, nuestros problemas y el contexto en el que nos hallamos. No se trata solo de ir almacenando información sobre el día a día, sino de prestar atención a nuestro estado emocional y psicológico, así como a nuestro contexto, para poder analizarlo todo a fondo y de manera holística.
Contenido
1 ¿Por qué es importante conocernos a nosotros mismos?
2 ¿Por qué puede ser difícil conocernos a nosotros mismos?
3 Como podemos llegar al autoconocimiento
¿Por qué es importante conocernos a nosotros mismos?
El autoconocimiento es clave para sentirnos en paz con nuestra propia realidad, para seguir creciendo y creando buenas relaciones a nuestro alrededor. Conocernos a nosotros mismos nos aleja de las frustraciones y el estado de decepción y hace más plenas nuestras vidas.
Aunque parece un concepto fácil, no lo es. Si preguntas a alguien si se conoce a sí mismo, probablemente te dirá que sí; podría responder algo como “soy una persona activa y alegre” o “me gustan cierto tipo de comidas”, pero el autoconocimiento va mucho más allá de almacenar recuerdos y conceptos que nos caracterizan, se trata más bien de llegar a un estado de análisis profundo y autoaceptación. Es la búsqueda de nuestra verdadera naturaleza, de nuestros deseos y emociones, que muchas veces quedan escondidos bajo las expectativas de otras personas o situaciones con las que vivimos.
¿Por qué puede ser difícil conocernos a nosotros mismos?
Como decíamos antes, llegar al autoconocimiento no es tan fácil como pensamos. Aunque creemos conocernos, a veces hacemos cosas que están en contra de lo que sentimos y escondemos deseos y emociones para tratar de adaptarnos a lo que nos rodea.
Muchas veces, hacemos las cosas en nuestro día a día por pura inercia, sin plantearnos por qué las hacemos. Otras veces actuamos por impulso y esto hace mucho más difícil para nosotros poder llegar a ese punto de autoconciencia, ya que no hacemos una reflexión profunda sobre nuestros actos.
Además, enfrentarnos a una visión de nosotros mismos que no nos produce placer, puede ser duro y tendemos a resistirnos a ello. A veces preferimos la calma que a corto plazo nos da el no afrontar una realidad que no es acorde a nuestros ideales, antes que tomar los beneficios que a largo plazo nos produciría este tipo de auto reflexión.
No es fácil enfrentarnos al temor que nos invade el saber que algunas facetas de nuestra vida no se corresponden con lo que verdaderamente somos y podemos tender a acomodarnos en la superficie. Esto no es extraño en una sociedad que premia las apariencias y el éxito inmediato más que la introspección y la estabilidad personal, lo cual, suele tener consecuencias negativas, ya que hace que incluso aquellos que más éxito parecen tener, en ocasiones no se sientan realmente felices.
Como podemos llegar al autoconocimiento
Llegar al autoconocimiento, como explicábamos, es una tarea que requiere esfuerzo, tiempo y una gran motivación. Algunas prácticas que pueden llevarnos a este estado de autoconciencia son trabajar la meditación, la aceptación y la toma de responsabilidad. Hace falta un ejercicio consciente y sostenido para poder reflexionar sobre quiénes somos y quiénes queremos ser. Escribir sobre nuestro pasado, sobre cómo nos sentimos y qué esperamos del futuro, puede ser también una gran herramienta de autoconocimiento.
Existen algunas preguntas que podemos hacernos para guiarnos más fácilmente hacia el camino del autoconocimiento, como, por ejemplo:
Cómo me siento con respecto a mi pasado
Cómo me siento en el presente
Cuáles son las cualidades que más me gustan de mí
Cómo me siento junto a las personas que tengo alrededor
Cómo suelo reaccionar ante el estrés
Cuáles son las cosas que más me decepcionan
En qué cosas siento que debería mejorar
Cuáles son las cosas que realmente me gustan y me motivan
Qué es lo que espero en el futuro
Cómo me gustaría que fuera mi vida
Qué podría hacer o cambiar para que mi vida actual se asemejara, de forma realista, a aquello que me gustaría vivir.
Estas y otras preguntas pueden ser claves como guías en la reflexión sobre nosotros mismos, para poder avanzar y olvidar nuestras limitaciones contextuales. Ya sea por escrito o a través de nuestra propia habla interna, contestar a estas preguntas nos hará acercarnos un poco más al autoconocimiento.
Cuando alguien se ha enfrentado a sus temores y ha llegado al estado total de autoconocimiento, suele identificarse como una persona más segura, capaz de crear cambios positivos en su vida, con menor tendencia a la frustración y sentimientos asociados como la envidia o la ansiedad, así como con mayor responsabilidad en sus acciones y mayor empatía por los demás. Citando a Sócrates, el filósofo ateniense: “conócete a ti mismo”. Quizás ese es el verdadero camino hacia la plenitud.
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