Una de las tareas más importantes del hombre es aprender a verse a sí mismo tal cual es y no como aparentemente cree ser.
Para vernos tal cual somos, debemos aprender a salirnos de los conceptos mentales que tengamos de nosotros mismos. Estos conceptos mentales, fundamentados en creencias, ideas, vagos recuerdos, conveniencias personales, etc., nos impiden conocernos.
Solo sacándo la imagen o máscara, podremos comenzar ver al verdadero actor de nuestra vida tal como es.
Para vernos tal cual somos, debemos aprender a desarrollar el sentido de la Auto-Observación, el cual nos va a permitir ir descubriendo esas facetas ocultas de nosotros, que tal vez los demás pueden ver, pero que juraríamos no tener.
Una vez seamos conscientes de quien es el personaje, descubrimos al que nos separa de Nuesta Divinidad.
Cada uno tiene una “Falsa imagen de sí mismo”…
Estamos acostumbrados a ver lo malo fuera de uno mismo, a veces creemos que los demás son los causantes de nuestros problemas, los malos de la película, los culpables, los traidores; y nosotros, mansas ovejas, no tenemos la culpa de nada.
Pocos son los valientes que se atreven a mirarse a sí mismos más allá de las creencias, más allá de sus propias conveniencias, más allá de lo que les parece ser. Esos pocos que se atreven, son los valientes que se logran Autoconocer, desde ahí cambiar su patrón y perseguir su verdad, recuperar su Esencia.
Cuando comenzamos a mirarnos, cuando comenzamos a observar nuestra manera de pensar, de sentir y de actuar, comenzamos a descubrir una serie de ideas cargadas de negatividad, una serie de sentimientos cargados de inseguridad, y descubrimos como detrás de nuestra manera de actuar, se esconden intenciones que no queremos sentir, de dañar y perjudicarnos a si mismos.
¿Eres realmente imparcial en tus decisiones?
¿Estás seguro que tus pensamientos se fundamentan en la verdad?
¿Estás seguro que tu afán de protagonismo está guiado por el Amor en toda su expresión?
Reflexiona y comprende, antes que la fría noche te cubra con su helado manto.
Solo teniendo una Atención Activa a ti mismo, vas a permitirte salir del autoengaño y darte cuenta de que no somos como creíamos ser.
Por eso decimos que “Preferible es saberse “malo” que creerse “bueno”; ya que el que se cree bueno no va hacer nada por trascender y corregirse (porque ya es bueno), seguirá auto engañado por el resto de los días en su falsa creencia. Sin embargo, el que valientemente empieza a descubrir su propia limitación se capacita para arrepentirse y luchar contra esa faceta negativa de si mismo, contra esa limitación que enturbia su mente y su corazón, para liberarse y dejar libre a la expresión de su verdadero Ser.
Esta es la razón que nos mantiene en este plano de existencia.
¿Quieres conocerte a ti mismo?
Obsérvate, pon atención a tu mente y a tus sentimientos a cada instante, para descubrir las intenciones ocultas que pueda haber en tu proceder. De esta forma irás descubriendo tus ocultas formas mentales que se proyectan disfrazadas, tus sentimientos negativos acompañados de una adornada imagen de ti mismo.
Por eso son pocos los que logran el Autoconocimiento, porque son pocos los que logran esta sinceridad consigo mismo y prefieren continuar autoengañados, creyendo que van bien, cuando no han medido cada pensamiento, cada palabra y acto que para su mente lo hicieron con buenas intenciones. Eso es vivir dormido e hipnotizado por la mente, es no darse cuenta de lo que está pasando y de lo que vamos generando.
NUESTRA MENTE: GUARIDA DEL EGO
Lo básico para el Auto-conocimiento, es estudiar y conocer nuestra propia mente.
El punto de partida del conocimiento de sí mismo está en la comprensión de lo que en ella se manifiesta.
Si queremos cambiar debemos hacerlo en nuestra manera de pensar. En la mente se manifiestan nuestros miedos, dudas, penas, recuerdos, rabias, malos pensamientos, frustraciones, etc.
Es básico comprender que el ego utiliza nuestra mente para manifestarse. El ego -que nos recuerda la palabra egoísmo: primero yo, segundo yo y tercero yo- es una multiplicidad sicológica que mantiene nuestra mente en un continuo estado de desorden y desconcentración.
Pasamos de un pensamiento a otro; de una idea a otra; prometemos y no cumplimos, pensamos bien de alguien y luego mal; juramos amor eterno y luego odiamos; etc. Este sin fin de ideas y contradicciones tiene su base y fundamento en nuestro querido ego. Mientras no controlemos el ego en nuestro interior seguirá este desorden.
La mente es de naturaleza femenina, por lo tanto debe ser pasiva y receptiva; pero el abuso de la misma la ha tornado masculina (activa y penetrante). Es urgente devolverle la pasividad a la mente, la serenidad que ella necesita para reflejar las verdades del Ser.
Ese es uno de los objetivos fundamentales de la Meditación: “calmar la mente”. Para lograrlo algunos discípulos se pasan horas y hasta días luchando por alcanzar la mente serena. Así como esté nuestra mente, así también estará nuestro corazón.
Detrás de todo pensamiento hay un pensador; eliminando el pensador (el ego) se calma la mente. El estrés, el insomnio, el miedo, la ansiedad, las preocupaciones, se fundamentan en una mente activa que alberga ruido mental.
El trabajo interior (Auto-conocimiento) es lo único para lo primordial para lo cual cada uno de nosotros es imprescindible, si nosotros no trabajamos dentro de sí mismo, nadie lo hará por nosotros.
Este trabajo interior se inicia trabajando sobre nuestra propia mente, devolviéndole su característica principal, que es ser pasiva.
¿Por qué eres tan reaccionario?,
¿Por qué solamente te escuchas a ti mismo?,
¿Estás seguro que siempre tienes la razón? ,
¿Tus ideas y proyectos a quien benefician?…
La vida moderna está acelerada, porque tenemos nuestra mente acelerada, porque hay mucho caos en nuestro interior, mucho ego.
La mente es nuestra cárcel y debemos liberarnos de ella; solo así saborearemos lo que es la auténtica felicidad, la serenidad, la paz, la tranquilidad del corazón. En la mente está el tiempo, el pasado y el futuro, los recuerdos y las proyecciones.
El inconciente (ego) se vale de todo esto para perturbarnos e impedirnos vivir el presente y Ser lo que Somos. Liberándonos de la mente nos liberamos del tiempo y comenzamos a vivir de instante en instante.
Nos empezamos a conectar con nuestra conciencia, que está más allá del tiempo, pero que lamentablemente está encerrada en el ego, atrapada en esa multiplicidad sicológica.
La mente como instrumento es extraordinario, pero ésta puede estar al servicio del ego o de la conciencia. Utilizada por el ego se manifestarán pensamientos negativos, rabias, rencores, envidias, ambición descontrolada, lujuria, etc.
Al servicio de la conciencia lograremos la inspiración, la intuición, la concentración, etc.
Actualmente nuestra mente gira en torno al más; más dinero, más títulos, más posesiones materiales, más reconocimientos, etc. “Rico no es el que mucho tiene, sino el que menos necesita”. Quien se libera del ego (mente), se libera del reino de la inconciencia, de la oscuridad sicológica y puede descubrir el Templo de su SER en su propio corazón, aquí y ahora.
“LIBERARSE DE SU MENTE”
La mente es un instrumento magnífico si se usa correctamente.
Utilizada en forma inadecuada, sin embargo, se vuelve muy destructiva. Para decirlo en forma más exacta, no es tanto que usted la utilice inadecuadamente, generalmente usted no la utiliza en absoluto.
Ella lo utiliza a usted. Esa es la enfermedad. Usted cree que usted es lo que piensa su mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de usted.
Déjeme preguntarle esto:
¿Puede liberarse de su mente a voluntad?
¿Ha encontrado el botón de apagar?
El comienzo de la libertad es la comprensión de que usted no es el que piensa.
En el momento en que usted empieza a observar al que piensa se activa un nivel más alto de conciencia. Muchos viven con un torturador en la cabeza que continuamente los ataca, los castiga y les absorbe la energía vital. Esto causa sufrimiento e infelicidad así como enfermedad.
Así pues, cuando usted escucha un pensamiento, usted es consciente no sólo del pensamiento, sino de usted mismo como testigo de él. Ha aparecido una nueva dimensión de conciencia.
Mientras oye al pensamiento usted siente una presencia consciente – su ser más profundo – más allá o debajo del pensamiento, como quien dice. El pensamiento entonces pierde su poder sobre usted y rápidamente se calma porque usted ya no le da energía a la mente por medio de la identificación con ella. Este es el comienzo del fin del pensamiento involuntario y compulsivo.
Cuando un pensamiento pierde fuerza, usted experimenta cierta quietud y paz dentro de usted. Con la práctica, la sensación de quietud y paz se hará más profunda. De hecho, esta profundidad no tiene fin.
También sentirá una sutil emanación de gozo que surge de lo profundo de su interior: el gozo de Ser. Así pues el único paso vital en su camino hacia el Autoconocimiento es este: aprenda a dejar de identificarse con su mente.
Cada vez que usted crea una brecha en el fluir de la mente, la luz de su conciencia se vuelve más fuerte. Este tipo de pensamiento compulsivo es en realidad una adicción.
¿Qué es lo que caracteriza a una adicción?
Simplemente esto: usted ya no siente que puede elegir detenerse. Parece más fuerte que usted.
También le da una sensación falsa de placer, placer que invariablemente se convierte en dolor. Para el ego, el momento presente casi no existe. Lo único que se considera importante es el pasado y el futuro.
Esta inversión total de la verdad es la causante de que en su “modalidad ego”, la mente sea tan disfuncional. Está siempre preocupada de mantener el pasado vivo porque sin él ¿quién es usted?
Se proyecta constantemente hacia el futuro para asegurar su supervivencia y para buscar algún tipo de alivio o de realización en él. Dice: “Un día, cuando esto, aquello o lo de más allá ocurra, voy a sentirme bien, feliz, en paz”. Incluso cuando el ego parece estar ocupado con el presente, no es el presente lo que ve: lo percibe en forma completamente errónea porque lo observa con los ojos del pasado. Observe su mente y verá que así es como funciona. Queridos hermanos, es hora de despertar.
Fuente: http://cienciacosmica.net/autoconocimiento.
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