Dios ha guardado toda Su Sabiduría en nuestro
interior. No hay palabra escrita en un libro sagrado que pueda ser más sagrada
que el sentimiento que nos vincula al Creador y a nuestros hermanos.
De hecho,
los libros sagrados lo son porque plasman tan fielmente como pueden las
realidades perennes del corazón humano.
Los sabios han tenido que mirar adentro
antes de poder escribir afuera. Cualquier intento por nuestra parte de imponer
lo exterior a lo interior violará las mismas cualidades que quiere fomentar.
No
hay acción, palabra, ni pensamiento que vaya verdaderamente fuera de nosotros.
Todo lo que hacemos, nos lo hacemos para nosotros mismos. Todo lo que hacemos
a nuestros hermanos, lo hacemos a nuestro Creador. Nada está hecho
con una energía que sea diferente a aquella que nos crea y de la cual estamos
hechos.
Podemos respetar la pureza de esa energía, y el resultado será la
felicidad, la paz y la abundancia. Hay acciones que vician la energía de la
cual estamos hechos. No quedan fuera de nosotros, pero durante algún tiempo
parecen estar fuera. Es sólo cuando regresan en forma de efectos y resultados,
que nos damos cuenta de que están dentro de nosotros y que somos nosotros
mismos los receptores de nuestras dádivas.
Sólo hay resultados. No hay premios.
No hay venganzas. Todo es Sabiduría y el Amor Divinos. Si hemos faltado contra
nosotros o nuestros hermanos obtendremos un resultado.
Pero será un importe
exacto, no una venganza eterna. Una acción que no está fundamentada en el Amor
no es una acción verdadera. Pero mientras estemos viviendo de forma dolorosa,
no podremos menos que experimentar los resultados de las ilusiones en las
cuáles queremos creer. Dios es tan amoroso que nos permite darnos cuenta
de la acción viciada en el momento de cometerla. Aún más, antes de llevarla a
cabo. Podemos argumentar que lo que nos quita la paz viene después. Pero es
sólo después que resulta completamente evidente.
Si prestamos atención, nos
daremos cuenta de que las acciones que produjeron resultados dolorosos, fueron
dolorosas desde el momento de su ejecución. Así que no estamos solos en nuestro
aprendizaje y en todo participa el Amor, que es la poderosa fuerza que pone las
cosas en orden.
Podemos decidir, sí. De eso se trata nuestro aprendizaje. Pero
el baluarte de nuestro aprendizaje es que nunca podremos divorciarnos de la
Fuente que nos creó, por más que nos alejemos de ella. Y eso es porque nunca
podremos dejar de Ser lo que Somos, por más que hayamos aprendido formas de
ocultarlo. Nunca podremos cambiar el hecho de sentirnos lastimado por los daños
con los que agraviamos a nuestros semejantes, no importa cuán insensibles nos
hayamos tornado a ese sentimiento. No estamos solos. Nos acompañan nuestro
Creador, y nos acompañan nuestros hermanos.
Y siendo el Amor siempre expansivo,
resulta una bendición tener a tantos hermanos de una misma comunidad para
compartir “ESO” indescriptible que somos.
Resulta una bendición que el
Creador nos haya regalado un vínculo infalible que nos recordará por medio del
dolor las cosas que hay que cambiar. Porque lo que somos no nos daña. Nos daña
lo que creemos ser. Así como el Amor no se daña a sí mismo, porque dejaría de
ser el Amor; así también podemos estar seguros de que si algo nos ocasiona
sufrimiento es porque va en contra de nuestra Realidad Interior. Y que al
dejarlo, sólo pueden esperarnos la Paz y la Felicidad. Al abandonar lo que no
somos, sólo puede quedar puro e intacto aquello que sí somos.
No hay acción ni
pensamiento alguno que pueda verdaderamente separarnos de Aquel que nos
sustenta y en el Cual estamos unidos. Hay residuos del miedo al castigo divino,
a “la ira”, “el reproche” o “la venganza” divina en nosotros.
Nos imaginamos un
dios voluble y caprichoso porque nosotros somos así. Creemos que dios actuará
con mala voluntad contra nosotros, como lo hacemos nosotros mismos, sólo que
con poder infinito.
En algunas personas, este miedo no es sólo un residuo, sino
la base sobre la cual toman todas sus decisiones. Es hora de abandonar el
miedo, en lugar de abandonar nuestra divinidad.
Quien Te ama no quiere tu
sufrimiento, por eso Dios te ama y te aparta del miedo con el dolor, por
el apego a esa falsa imagen que has fabricado de ti.
Sólo Dios nos pide que
seamos responsables. No culpables.
La diferencia es evidente.
El ser responsable
implica, sólo, que al experimentar dolor reconocerás que te corresponde a ti el
soltarlo. Implica, sólo, que no repetirás las acciones que has reconocido como
creadoras de dolor.
Ser culpable implica que necesitas un castigo. Ser culpable
es una evidente estupidez. Porque significa que crear más dolor es la forma de
equilibrar la balanza por haber creado dolor. Y el dolor se vence con Amor. El
dolor no se vence con dolor. El dolor sólo fortalece al dolor. De la misma
manera en que el Amor sólo fortalece al Amor. La medicina debe curar. Y la
curación se siente como alivio. Si has colocado mucho dolor en un fiel de la
balanza, colocar mucho amor en el otro fiel es la forma de lograr el
equilibrio. La forma de volver a la armonía, a la felicidad, al bienestar.
Estamos enfermos. O estamos sanando. Nosotros elegimos. Una nos lleva a
permanecer así. La otra nos lleva a sanar. Y hace que todo en el presente sea
más gozoso. El sufrimiento no nos tomó a nosotros. Nosotros lo tomamos a él. Si
ya no lo queremos basta con que lo soltemos. Basta con que soltemos las
acciones que se manifiestan con frutos amargos, porque eran amargas desde sus
semillas. Somos medicina que cura.
Ofrécela en tus palabras, en tus acciones,
en tus pensamientos.
Hazte responsable de tu vida. Hazte responsable de tu
huerto y de los árboles que crecen en él. Hazte responsable de las semillas que
siembras. Hazte responsable. Pero no te sientas culpable por nada. No temas al
Creador. Abraza el Amor.
Siembra árboles de Amor. Ofrece Amor a tus hermanos.
Vive libre. Abraza tu libertad. Ofrécela a tus hermanos. El amor no es algo que
se pueda aprender porque jamás ha habido un instante en el que no lo conocieras
El aprendizaje finaliza una vez que has reconocido todo lo que NO ES amor.
Artículo publicado originalmente en: http://cienciacosmica.net/seamos-responsables-no-culpables/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario